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¿Algo salió mal?

 

escribe Simón

El sábado en la tarde, en el entretiempo del partido Dinamarca-Suecia, un movimiento extraño en las calles de Malmö me convocó a la ventana. Varios tanques y blindados de guerra transitaban por Nobelvägen.

Despistado creía que estabamos por ingresar en una nueva guerra del fútbol (como la que enfrentaron a Honduras y El Salvador en 1969) y que los tanques se dirigían al cruzar el puente sobre Öresund. Los daneses habían aumentado la presión sobre el arco sueco y parecían cerca del empate -que después lograron- y seguir de largo en el marcador.

Traté de reaccionar y compré de inmediato todos los versos ideológicos de la neutralidad sueca en los conflictos mundiales -una neutralidad más bien cómplice- y los valores democráticos y de paz que aseguran, es una política de Estado.

Debía existir una explicación a este despilfarro de medios bélicos y combustibles -me imaginaba los litros de gasoil a más de 10 coronas el litro que deboraban esos mostruos de acero- y me puse a buscar en internet alguna explicación más coherente.

Los diarios suecos informaban de la realización de maniobras militares, con el nombre codificado de Combined Challenge (no sé porqué los militares suecos hacen maniobras con nombres en inglés). Pero, justo al lado de la foto de los tanques pasando frente a la plaza de Värnhem, había un artículo titulado: Ejercicio militar salió mal, milicianos ejecutados.

La introducción a la nota era para asustarse, aunque de todas maneras estaba claro que las ejecuciones no eran reales.

Un pelotón de cazadores participante en las maniobras, realizaron, como parte de los ejercicios, una masacre con los prisioneros de la supuesta milicia capturados. Los detenidos fueron ejecutados con un tiro en la nuca, y después los soldados festejaron con sus dedos haciendo la V de la victoria delante de sus oficiales.

El pelotón estaba comandado por dos jóvenes oficiales profesionales, un teniente de 25 años y un capitán de 35.

Consultados por la prensa ante tan insólito ejercicio, el oficial responsable dijo que la maniobra representaba una acción muy complicada ya que se trataba de detener a un grupo de milicianos que había asesinado a civiles en un poblado.

El oficial no avanzó más en justificar la escenificación de la ejecución de los detenidos, otra masacre, y nadie explicó que el sentido de formar a los jóvenes reclutas en esas prácticas.

Los militares no realizan entrenamientos para después no hacer las mismas cosas en el campo de batalla.

El gobierno conservador sueco pretende aumentar el número de soldados que participan en las misiones de paz en el mundo, desde Africa, Kosovo hasta Afganistán. Uno se pregunta si cuando esos jóvenes sean enviados a Afganistán o el Congo -donde ha milicias- ¿también ejecutarán, y esta vez de verdad, a los detenidos?.

¿Algo salió mal? o ¿salió bien pero mal porque lo publicó la prensa?. Si los jóvenes suecos no quieren terminar asesinando prisioneros con un tiro en la nuca, es mejor no hacer el servicio militar.



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