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Gema Belandria, asesora del gobierno venezolano, de gira en Suecia
Del caracazo a la revolución bolivariana

 

Nada ni nadie podrá detener el proceso revolucionario bolivariano aseguró Gema Belandria, promotora del naciente partido de la Revolución bolivariana de visita en Suecia. Destacó que en este año quedará conformado, desde las bases, el nuevo partido socialista que con una plataforma única abarcará a la mayor parte de la izquierda revolucionaria, y estimó que transformar o sustituir el aparato de Estado burgués y burocrático, llevará al menos 10 años más.

En su visita a Malmö, Belandria explicó el proceso de creación de un Estado nuevo al servicio del pueblo y el desarrollo de la revolución, que consideró pacífica, encabezada por Hugo Chávez en Venezuela.

Belandria, profesora universitaria, asesora del gobierno revolucionario, está trabajando como promotora del nuevo partido de la Revolución bolivariana.

Destacó que actualmente cientos de miles de personas están participando como promotores del nuevo partido, discutiendo las formas constitutivas, programas, etc. Esto será definido por un Congreso Constituyente donde participarán delegados de las bases. Lo que está claro, subrayó, es que ningún dirigente dirá quienes serán los representantes, sino que serán electos por las bases.

La dirección del nuevo partido también será electa por las instancias de base y se acordó que serán instancias de dirección colectiva. Destacó que no será una unión de partidos donde las actuales direcciones pasarán a constituir las autoridades del nuevo partido, sino que todos deberán pasar por la instancia de la elección en las bases.

La estructura y los mecanismos de participación del partido serán aprobados en el Congreso Constituyente, y todavía se está en la etapa de discusión en las bases. Belandria consideró que la construcción del nuevo partido consumirá todo este año.

Por otra parte destacó que este proceso tiene sus dificultades, y recordó que algunos partidos de la izquierda han resuelto ya disolverse para integrarse desde las bases al nuevo partido, mientras que otros dudan o se han dividido. Por ejemplo el Partido Comunista de Venezuela no ha aceptado disolverse, pero ha aceptado que algunos de sus dirigentes y militantes pasen a integrar la nueva estructura. El partido Podemos no aceptó la iniciativa y se ha dividido. La cúpula partidaria prácticamente se ha apartado del proceso mientras que sectores de base han desobedecido a sus dirigentes y han pasado a trabajar para el nuevo partido.

El Movimiento Quinta República y Liga Socialista han aceptado disolverse y se han integrado a trabajar en la promoción del partido socialista bolivariano.

La revolución se inició en el caracazo

Destacó que el proceso revolucionario se inició desde el pueblo y sin conducción de los partidos políticos, y es impulsado en una relación, que definió como de matrimonio, entre el presidente Hugo Chávez y el pueblo venezolano.

El 27 febrero de 1989, el pueblo salió a las calles a protestar contra el paquete de medidas económicas impuestas por el presidente Carlos Andrés Pérez había asumido el 28 de enero- y negociado con el Fondo Monetario Internacional. En esa insurrección popular, conocida como el caracazo, el gobierno aplicó una feroz represión que provocó más de 3 mil muertos.

Esa insurreción, dijo Belandria, fue el sustento para la insurreción militar contra el presidente Pérez, encabezada por Hugo Chávez tres años más tarde en 1992, y estas dos insurreciones, llevaron al triunfo electoral de Chávez en 1998.

Entonces, recordó la representante venezolana, Chávez triunfó sobre toda la campaña propagandística de la derecha, por encima de los partidos políticos, y contra todos los pronósticos de las encuestas.

Al asumir el gobierno, recordó la representante venezolana, Chávez encontró un aparato del Estado burocrático y al servicio de los centros de poderes tradicionales, que enseguida comenzaron a boicotear todas las medidas dirigidas a beneficiar al pueblo. Así, el primer paso fue consultar en un referendum al pueblo si se reformaba la Constitución. Logrado el respaldo popular para la reforma, se elegió por voto popular una asamblea constituyente.

En la nueva Constitución, aprobada también por otro referendum popular, se hicieron algunos ajustes que permitieron empezar a profundizar el proceso. Por lo pronto, se eliminó la Cámara de Senadores, pasando a un parlamento unicameral. Después se amplió las bases del poder del Estado, pasando de los tres poderes tradicionales, ejecutivo, legislativo y judicial, a cinco, agreando los poderes electoral y de moral ciudadana -que permitirá la constitución de asambleas populares y otros mecanismos de participación ciudadana-.

Ese primer parlamento unicameral aprobó una ley que por 100 días permitía al presidencia legislar por decreto para acelerar algunas reformas necesarias. Entre ellas, la imposición a la banca de pagar impuestos, de lo que estaban exentos anteriormente, el inicio de la reforma agraria con la incautación de los latifundios improductivos y el reparto de las tierras fiscales, la prohibición de la pesca de arrastre dentro de las 80 millas marinas, y el inicio del proceso de recuperación de las riquezas nacionales como el petróleo.

Belandria recordó que al inicio del gobierno de Chávez, el barril de petróleo estaba en 37 dólares, y las empresas transnacionales sólo pagaban al Estado 0,60 centavos de dólar por barril.

Ahora vamos por todo

Esta batería de medidas a favor del pueblo provocó el golpe de Estado de abril de 2002. Apenas conocida la noticia de la captura y prisión del presidente Chávez, miles de personas se volcaron a las calles a manifestar su respaldo al presidente y exigir su restitución en el poder. Esas movilizaciones, recuerda Belandria, no fueron transmitidas por las cadenas de televisión que apoyaban al golpe. Destacó que las masivas movilizaciones fueron espontáneas, sin convocatoria de ningún partido político.

El golpe provocó una profundización de la revolución aseguró Brelandria. Derrotados los golpistas, el pueblo dijo ahora vamos por todo.

Sin embargo, relató, el aparato del Estado seguía frenando y boicoteando el proceso revolucionario, y dentro del marco de la ley no se podía desplazar a los empleados de ese Estado burgués y burocrático. De alli es que comienza a crearse desde las bases un nuevo Estado popular y solidario.

El primer paso es la creación de la Misión Robinson para alfabetizar más de 2 millones de personas, y la Misión Barrio Adentro, para llevar la atención sanitaria a los barrios más humildes. En principio se instruyó un médico para un núcleo de 240 familias que a través de una misión, debían aportar un espacio físico para instalar la clínica y vivienda para el médico.

Los médicos venezolanos no aceptaron a participar en el proceso, por lo que se obtuvo la colaboración de médicos cubanos. Actualmente hay 26 mil médicos en todo el país en clínicas en los barrios y ya en la mayoría de los casos, en módulos especialmente construidos para vivienda y clínica.

Belandria destacó que esta misión ha avanzado y poco a poco ha construido un sistema de salud pública paralelo y en algunos lugares ha asumido instituciones del ministerio. Lo mismo ha comenzado a suceder en otros aspectos del Estado a través de diferentes misiones.

Este proceso de sustitución del viejo aparato del Estado, estima Belandria, llevará otros 10 años.

También en la construcción del poder popular se han dado grandes avances. Ya están funcionando los centros comunales que reunen representantes de las misiones y que representan a un número de familias, que varía en cantidad según sean zonas rurales o urbanas.

Al mismo tiempo, el Estado revolucionario ha restacado la propiedad y soberanía de las riquezas nacionales y se prepara para la defensa popular del proceso.

En este último campo, Belandria insistió en que el proceso revolucionario es pacífico, pero que esa característica dependerá de la reacción de la derecha opositora y de los planes imperialistas. Actualmente, insistió, 2 millones de personas están recibiendo instrucción militar para la defensa popular de la revolución.

La representante venzolana explicó también que el proceso tiene sus dificultades, entre las que mencionó la corrupción heredada. En los años anteriores, explicó, se formó una mentalidad en el aparato de Estado, que podría considerase como una cultura de la corrupción que aún no se ha superado.



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