|
||||||
Wolfowitz se sacrifica por amor |
||||||
escribe Simón La verdad es que no entiendo porqué todo el mundo se queja de Paul Wolfowitz. Creo que Wolfowitz lo hace por amor, y deberíamos celebrar esa dedicación tan especial para con su amada, Shaha Riza. En lo más íntimo, el pobre Paul está protegiendo el poco amor que puede recibir, porque sí que debe ser dificil amar a Paul Wolfowitz. Sólo por amor se puede explicar que ascendiera de cargo a su amante cuando compartían oficinas en el Departamento de Defensa de EE.UU. donde Paul era el subsecretario. Seguramente el amor entre ellos se encendía cuando veían por televisión el disparo de los misiles sobre Bagdad en marzo de 2003. Una guerra en la que Wolfowitz fue ferviente impulsor, y algunos dicen que también su amada. Enviado después por Bush a presidir el Banco Mundial, Paul no dudó en contratar a su novia, otorgarle un descomunal aumento de sueldo y saltearse todas las normas internas del banco para hacerlo. Ahora el Comité de Etica del BM dice que Paul Wolfowitz violó las reglas de la institución. Los funcionarios del banco hace meses que piden su destitución, en la última reunión conjunta del BM y el FMI se volvió a exigir su renuncia y se salvó por pocos votos y la presión de George W.Bush, que parece que sí sabe lo que es hacerlo todo por amor. Graduado de halcón y guerrerista desde los inicios de su carrera política, Wolfowitz no parece un hombre que provoque pasiones amorosas, quizás palmaditas en la espalda de los fabricantes de armas. Convengamos además que ya está viejo, que es muy feo y además bastante descuidado -o desprolijo- con su vestimenta. Recordemos la imagen transmitida al mundo cuando debió descalzarse para ingresar en una mezquita en Turquía hace un par de meses. El pobre tenía las dos medias agujereadas, y asi y todo no dudó en cumplir con el requisito de descalzarse hacer el ridículo antes el mundo- y rendir los honores que correspondían. No importa que haya asumido la presidencia del BM promoviendo una cruzada contra la corrupción. Se sabe que los organismos internacionales sobornan a funcionarios de gobiernos para que adquieran préstamos en la institución y después manipular sus políticas económicas. Claro que no era esa la corrupción que iba a combatir, sino, explicaron otros, el desvío de los dineros prestados. Lo que hizo Wolfowitz no es corrupción, sino muestra de amor, por lo que no se le puede acusar de doble moral, aunque parece que eso es moneda corriente en las esferas políticas que frecuenta. Además, explicó que lo hizo porque era nuevo en el cargo y no sabía. Recordemos además que es de origen judío y su novia egipcia. La lucha entre Oriente y Occidente, que Paul propició con la invasión a Irak y las amenazas a Irán y otros países árabes, él también la lleva a otro plano, más plano digamos, como la cama. |
||||||
|
||||||
|