inicio | opinión | notas | cartelera | miscelanea sueca | suplementos | enlaces 4-Mayo-2007

¿Ya no hay conflicto armado?

 

escribe Dick Emanuelsson

En Colombia reina hace meses un silencio total acerca el conflicto armado. Parecía que ya no hay enfrentamientos armados entre el Estado y la insurgencia. Sólo cuando explota una bomba en las afueras de la comandancia de la policía en Cali, sale el presidente Uribe acusando a las FARC de ser los autores cuando en toda Cali hablan de que fueron los narcos o grupos del mismo ejército en venganza a los procesos judiciales que están por comenzar por varias masacres realizadas por el ejército contra la policía en varias partes del país.

El conflicto armado sí se puede silenciar desde los escritorios de las salas de redacción en Bogotá pero no se puede silenciar el grito del hambre y el grito de justicia del pueblo colombiano. Y es un régimen que cada día se hunde más en su propia corrupción, sus contradicciones y su nefasta política entreguista del país al amo del Norte.

Es tan grande la desesperación de Uribe que ahora ordena hasta allanamientos en las oficinas del Congreso a los congresistas que se atreven a cuestionar la hoja de vida de la familia Uribe, una hoja de vida que todo el mundo sabe está manchada de coca, paramilitarismo y de la peor herencia de la mafia colombiana. Pero esa política enfrenta resistencia de diferentes índoles, incluso la armada.

En un parte de guerra que envía el Comando Conjunto de Occidente de las FARC se ve otra realidad. Mientras reina el silencio de ese conflicto en la gran prensa controlada por el vicepresidente Santos y su familia, entre ellos el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, primo al vice, el parte de guerra de las FARC en esa parte de Colombia muestra otra visión totalmente diferente de la oficial.

No hay un día, en los tres primeros meses del año, donde no hubiese combates y acciones guerrilleras contra las fuerzas militares, que en Colombia incluye la Policía Nacional, una policía capacitada de enfrentar a la insurgencia muchas veces mejor que el propio ejército. No hay prácticamente un solo día de estos 90 días donde no hubiese ataques a los reagrupados paramilitares, verdaderos escuadrones de la muerte. Por que mientras el vice y su patrón andan diciendo en el mundo que ahora todo está «pacificado» en Colombia, los informes internacionales acerca el exterminio del movimiento sindical indican que las FF.AA. y sus paramilitares realizan los asesinatos casi por completo.

En un discurso [1] pronunciado ante una conferencia internacional sobre derechos humanos en Colombia, realizada en el Parlamento Europeo el 18 de abril, Janek Kuczkiewicz, director del Departamento de Derechos Humanos y Sindicales de la CSI (que aglutina 180 millones de afiliados), hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que ésta acentúe la presión sobre las autoridades colombianas a fin de que éstas investiguen adecuadamente los más de 2.000 asesinatos de sindicalistas cometidos entre 1991 y 2006, más de la quinta parte de los cuales eran dirigentes sindicales. Y tira la bomba contra Uribe: «Contrariamente a lo que el gobierno aduce, estas muertes no fueron víctimas casuales del conflicto armado interno. Sus nombres forman parte de los 2.245 trabajadores y trabajadoras asesinados en Colombia entre 1991 y 2006, de los cuales un 97 % fue asesinado por actores militares o paramilitares, con un 3% por la guerrilla u otros actores».

El espacio de maniobra se reduce cada día más para Uribe. Se puede hacer muchas cosas con bayonetas, pero es difícil quedarse sentado encima de ellas demasiado tiempo, me enseñó un viejo amigo.

[1] Colombia: Nuevas y condenatorias evidencias de la connivencia entre los servicios de seguridad y los escuadrones de la muerte para asesinar a sindicalistas. http://www.ituc-csi.org/spip.php?article1063&lang=es



Copyright ©
Semanario Liberación
Box 18040
20032, Malmö, Suecia
Teléfono: +46 40 672 65 02
Telefax: +46 40 672 65 03
Correo electrónico: