El gobierno de "la coalición burguesa" en la década del 90 mostró la disposición de estos partidos para hacer cambios profundos y permanentes en la estructura social y económica del modelo sueco de sociedad de bienestar. Cambios retrógrados que no fueron revertidos en los 12 años posteriores de gobierno del Partido Socialdemócrata con el Partido de Izquierda y el Partido del Medio Ambiente.

Y ahora estamos otra vez frente a una situación similar: la mayoría circunstancial, muy escasa (apenas 7 diputados de diferencia en 349), parece dispuesta a seguir haciendo cambios cuya vigencia va a trascender este periodo de gobierno y va ha determinar en que sociedad van a vivir las próximas generaciones, la de nuestros hijos y nietos.

Hasta el momento, no hay señales claras de los partidos de oposición ni del movimiento sindical y otras organizaciones del movimiento popular que indiquen que se va a enfrentar estos cambios con propuestas alternativas que profundicen la democracia y la solidaridad ni que vayan a recurrir a todas las posibilidades que el sistema democrático nos brinda (protestas, huelgas, plebiscitos, nuevas elecciones, etc.) para cambiar el rumbo.

El vaciamiento de la democracia
En muchos países latinoamericanos, hemos acuñado una frase que describe con absoluta claridad procesos similares: el vaciamiento de la democracia.

Con esta frase intentamos describir una situación en la cual la vigencia de mecanismos democráticos de gobierno, de libertades y derechos, coexisten con un pronunciado divorcio entre representantes y representados, de creciente dificultad para hacer valer las opiniones e intereses de quienes no pertenecen al grupo selecto de políticos profesionales y sus allegados.

Sabemos de la falta de entusiasmo y compromiso con la vida política de amplios sectores de la sociedad sueca, no sólo de ciudadanos de origen extranjero, sino también entre la propia población "autóctona".

Muchos están desmoralizados y se sienten impotentes ante la falta de instrumentos para canalizar la protesta.

Lamentablemente las estructuras de las organizaciones populares aquí no parecen estar hechas para fomentar la participación y la lucha. El proceso de paulatino vaciamiento y crisis de participación en la totalidad de las organizaciones populares y partidos de izquierda suecos, reconocido esto por ellos mismos, indica que hay algo que no funciona. O visto desde otro punto de vista, que funciona muy bien para desalentar la participación ciudadana y recortar el ejercicio cotidiano de la libertad y la democracia formal, limitándolo al voto cada 4 años.

Por un Primero de Mayo unitario y de lucha

El 1ro. de Mayo se recuerda el sacrificio de los Mártires de Chicago y la lucha por las ocho horas. Pero el 1ro. de Mayo ha sido siempre a nivel internacional un día de lucha no sólo para obreros y asalariados sino también para los sectores discriminados y oprimidos de la sociedad. El 1ro. de Mayo debe ser una ocasión, también en Suecia, para expresar el descontento, la voluntad de lucha y la confianza en el futuro de amplios sectores de la población.

Lamentablemente en Suecia se ha perdido (¿o nunca hubo?) la costumbre de manifestar los 1ro. de Mayo todos juntos, como clase trabajadora.

Todos nosotros recordamos nuestra primera manifestación del Día de los Trabajadores en Suecia. ¡Qué difícil se nos hizo entender y aceptar aquello de que la LO reconocía pertenencia político partidaria y que cada partido hacía su propia manifestación el 1ro de Mayo! Veníamos de experiencias de lucha en las cuales el tema de la unidad dentro del movimiento obrero y de este con el resto de las organizaciones del movimiento popular siempre había ocupado un sitio primordial.

Con el mayor de nuestros respetos, durante casi 34 años hemos aceptado esta costumbre, aún concientes que de esta forma se limitaba las posibilidades de expresión del creciente descontento. También de esta forma se limita el debate sobre la sociedad que queremos y los caminos para alcanzarla.

No queremos que este 1ro. de Mayo, una vez más, volvamos a manifestar en forma fragmentada, divididos por las diferencias partidarias y no unidos por nuestros intereses comunes como trabajadores y desocupados.

Un aporte a la creación de una alternativa popular

En Västerås, este 1ro. de Mayo vamos a manifestar unidos asociaciones culturales, políticas y de solidaridad conjuntamente con partidos de la izquierda sueca.

Levantamos una plataforma común en contra de la privatización de bienes públicos, la desocupación y la discriminación y por solidaridad, paz y justicia globales.

Hemos recogido la adhesión de organizaciones y particulares desde Örebro a Köping.

Fuera de la plataforma común, no habrá consignas "oficiales" y cada organización traerá sus propias banderas y pancartas.

Consideramos que es un buen comienzo, sólo el comienzo.

Podemos (y debemos) aportar nuestro granito de arena en la construcción de nuevas herramientas y formas de expresión. La construcción de una alternativa democrática y popular a la destrucción de los valores democráticos y solidarios en el modelo sueco de bienestar es necesaria.

La gravedad de los cambios que se intentan imponer desde el gobierno lo requiere.

Mario Barbagallo, Gustavo Varela por Forum Omnis Terra, Västerås