Escribe Cándido Irán y su desarrollo energético
El anuncio del presidente de Irán Mahmoud Ahmadinejad sobre los progresos alcanzados en el proceso de enriquecimiento del uranio para uso industrial, ha recrudecido la campaña del rebaño mediático contra dicho país y su gobierno. Los argumentos esgrimidos son un nuevo testimonio de la hipócrita inmoralidad que es la esencia de la autodenominada "prensa libre". El diario conservador propiedad de la familia Bonnier, Dagens Nyheter, uno de los más influyentes de Suecia, destacaba en un extenso artículo del día 11/04/07, que "Irán desafía al mundo" al hacer oídos sordos a advertencias de las Naciones Unidas y de la Unión Europea.

En términos similares se ha expresado el otro "gran" diario sueco el Svenska Dagbladet, propiedad del consorcio noruego Schibsted, que ostenta el récord de inescrupolosidad al referirse a los prisioneros que Estados Unidos mantiene en la isla de Guantánamo, denominándolos en sus titulares, "Los presos de Cuba". No se recuerda que alguno de estos diarios, ni los columnistas que escriben en ellos hayan escrito que Estados Unidos desafiara a "la comunidad internacional" cuando decidió invadir a Irak en base a un cúmulo de mentiras, cuya "veracidad" ninguno de esos medios puso en duda.

Tampoco se han inmutado por las decenas de veces que el Estado de Israel hizo caso omiso de las resoluciones de la Asamblea de las Naciones Unidas, representativa de la"comunidad internacional". Ni tampoco se ha sabido que se pronunciaran en contra del régimen del apartheid establecido por Israel en su condición de ocupante del territorio palestino.

Al margen de la basura mediática en que se han convertido los diarios "serios", de Suecia y de Europa el hecho concreto es que no existe ningún fundamento de derecho internacional para prohibir a Irán lo que se ha permitido a otros Estados como el de Israel, Pakistán y que se ha atribuido el propio imperio, que representan más que un desafío, una amenaza real para la supervivencia la humanidad. Sobre todo cuando el gobierno iraní declara las intenciones pacíficas de su programa nuclear. Afirmación basada en el hecho de que las estimaciones sobre su riqueza petrolera, coincidentes con la de otros expertos, prevé un agotamiento de dicha riqueza en un plazo cercano. Expertos de probada honestidad, como el sueco Hans Blix, una espina en los estamentos políticos y mediáticos de su propio país, precisamente por decir la verdad, ha sostenido que en el supuesto de que Irán quisiera desarrollar la bomba, de la que su vecino Israel tiene un arsenal, tardaría aproximadamente diez años en lograr sus fines. Por supuesto que todo programa nuclear, entraña peligros, mucho más si es con fines militares, por lo que lo deseable sería primero, la eliminación progresiva de los arsenales existentes y luego su sustitución por energías más "limpias". Pero eso de que "unos sí y otros no" por decisión del "gran patrón", es inmoral y lesivo del derecho internacional y la soberanía de las naciones. Y además no se lo cree nadie.