Escribe Cándido.
La propuesta del gobierno conservador, de legalizar la interferencia de todas las comunicaciones privadas de todos los ciudadanos, ha tenido una vuelta de tuerca con el súbito cambio de posición de la socialdemocracia que del rechazo ha virado hacia su aceptación. Una lamentable capitulación frente a una propuesta antidemocrática, resistida incluso por sectores de los partidos de la alianza conservadora.
Se descarta que la decisión cuenta con el aval de Mona Sahlin, la nueva líder del Partido Socialdemócrata, lo que cae como un balde agua fría sobre los ciudadanos en general y especialmente entre los sectores del partido esperanzados en una renovación ideológica y táctica que dejara atrás la etapa gris de Göran Persson.
La sociedad orweliana que tanto criticaran los neocon, a propósito de la ex-Unión Soviética y los países del Este de Europa del "socialismo real", ha sido instalada con mucha mayor eficiencia en virtud de los adelantos técnicos y la permanente "ayuda" de los servicios de Bush y Cheney. Como si la experiencia no enseñara nada, "burgueses" y "proletarios" suecos, se pliegan a la "cruzada contra el terrorismo" emprendida por Bush después del 11-S que sólo ha servido para perpetrar atrocidades contra los derechos humanos, para debilitar la convivencia social, convirtiendo al país en un mundo de desconfianza y delación. Y para horrores como el campo de concentración de Guantánamo, que nada tiene que ver con Cuba, pese a que nuestra "prensa libre" mencione sistemáticamente a Cuba en relación con los prisioneros allí encerrados. Algún diario ha llegado a la infamia de escribir "los presos de Cuba" al referirse a Guantánamo, la base que Estados Unidos usurpa a aquel país.
Como lo ha demostrado la guerra de Irak, un crimen que cada vez más subleva la conciencia de la humanidad, comenzando por la de los propios ciudadanos de Estados Unidos, la estrategia "antiterrorista" , de la que la intromisión abierta en la vida de los ciudadanos es un aspecto, lejos de contener o derrotar al terrorismo, lo ha estimulado. La sistemática negativa a encarar las verdaderas causas del llamado "terrorismo", entre otras la ocupación y humillación cotidiana del pueblo palestino, la invasión de Irak, las amenazas contra Irán que no ha hecho más que ejercer los derechos de un estado soberano al intentar desarrollar la energía nuclear, la pretensión de Estados Unidos y de la Unión Europea de erigirse en mentores y policías universales, las marginación y el hambre de millones de individuos en razón de un sistema carente de los valores éticos fundamentales sin los cuales no sobrevive una sociedad, esa son la peor amenaza para la paz mundial y la propia supervivencia de la humanidad. Junto, claro está, con el deterioro del ecosistema causado por las mismas fuerzas que sostienen el actual modelo de desarrollo. En lugar de seguir vaciando de contenido a la democracia que dicen profesar y defender, con leyes como las que ahora quieren imponer en Suecia.
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