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Respuesta de Mikael Wiehe a Sydsvenskan |
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Cuba tiene derecho a preservar su independencia nacional y este derecho necesita ser apoyado. La resistencia cubana contra Estados Unidos ha tenido un precio muy alto, escribe el conocido cantante y músico sueco Mikael Wiehe en relación a una nota editorial aparecida en diario Sydsvenskan (2002) donde se le atacó por apoyar a Cuba en una actividad de solidaridad en Malmö. Esta es la versión completa de la respuesta de Wiehe, que Sydvenskan publicó en forma recortada el pasado 21 de febrero.
Pero por otra parte, soy profundamente escéptico con una parte de aquellos que dicen defender la democracia. Demasiado a menudo me parece haberlos oído y visto actuar de acuerdo a sus propios intereses, defender privilegios sociales y económicos propios o tomarse el derecho a utilizar a otras personas o países en su beneficio. Y esto es válido no menos para la élite que gobierna Estados Unidos desde que el presidente Dwight Eisenhower a finales de los años 50 advirtiera sobre el creciente poder que iba adquiriendo el complejo militar industrial. Esa élite a partir de la posguerra en nombre de la democracia ha depuesto líderes y gobiernos, y apoyado diferentes formas de dictaduras en la mayoría de los continentes: En Asia por ejemplo, en Irán, Indonesia y Vietnam; en Africa, en Ghana, Sudáfrica y Zaire (actualmente Congo) y otros países más; en Europa, Grecia, España y Portugal. Más claro ha sido quizás en América Latina, donde en los 70 Estados Unidos puso en el poder juntas militares prácticamente en la mayoría de los países del sur del continente. Juntas que más o menos activamente fueron apoyadas desde Estados Unidos, que asesinaron, torturaron y obligaron al exilio a millones de personas. Sin olvidar a los que por causa de las políticas económicas aplicadas fueron expulsados a vivir en barrios marginales, sometidos a la pobreza, las enfermedades, a una casi inexistente educación y a muertes prematuras. Y ésto Cuba lo ha podido evitar. En parte gracias a la revolución que bajo el liderazgo de Fidel Castro triunfó en 1959 y que acabó con el status que tenía Cuba de ser el burdel de Estados Unidos en el Caribe, recuperando la autodeterminación nacional, no menos por la resistencia que ha hecho contra la política de agresión que los gobiernos norteamericanos llevaron adelante contra el país desde ese momento. Una política que ha comprendido desde la propaganda, la amenaza y un bloqueo comercial de 40 años (que la Asamblea General de la ONU condena todos los años), hasta intentos de invasión, guerra química y biológica y planes de asesinatos contra Fidel Castro y otros líderes revolucionarios.
La resistencia contra Estados Unidos ha tenido su costo. El precio entre otras cosas ha significado pobreza material, una tupida burocracia, un cerrado y en parte militarizado aparato de Estado, una censura de noticias exteriores, líderes revolucionarios que no se han animado a dejar el poder, una profunda diferencia entre los cubanos en Cuba y los exiliados en Miami y una gran desconfianza contra los que se han animado a criticar la revolución. Fidel Castro mismo ha expresado ésto cuando dijo: " Dentro de la revolución todo, contra la revolución nada". Personalmente creo que la medida más importante que debe tomarse para mejorar la situación de los cubanos de las dos orillas del Estrecho de la Florida, es el levantamiento inmediato y sin condiciones del bloqueo económico de Estados Unidos contra Cuba. Cuba no es ninguna democracia parlamentaria europea, no. Pero Cuba entiende que a través de las diferentes organizaciones de masas ha construido otros canales para satisfacer la influencia popular y yo no puedo decir en forma categórica si ésto es un experimento de democracia directa o un intento de control de la población. Creo de todas maneras que el apoyo que tiene el actual sistema en Cuba y Fidel Castro personalmente se acerca más al que tiene el presidente Chávez, del que posee Bush en Estados Unidos. Si yo fuera uno más entre los millones de pobres oprimidos, uno entre las explotadas víctimas del neoliberalismo -en el llamado sector de la economía informal- y que hoy venden baratijas en medio de los semáforos de las grandes metrópolis del continente, infectadas por el olor a gasolina, seguramente Cuba sería el país de mis sueños. Como persona crecida y educada en un país europeo, de democracia parlamentaria y perteneciente a la parte más rica de la población mundial, prefiero vivir en un país como Suecia que no ha sido objeto nunca de un bloqueo económico o de una invasión militar y que a pesar de sus injusticias y falencias me ofrece una mayor libertad personal. Por eso no quiero mudarme a Rusia- como me llamaron a hacerlo en los años 70, o a Cuba- como ahora me exhortan. Según Amnesty hay en las cárceles cubanas 69 presos llamados de conciencia, personas que están presas por sus opiniones. ¡Cada uno de esos presos están de más! Pero debe decirse también a propósito, que los regímenes apoyados por Estados Unidos durante los años 60 y 70, mataron en Argentina 30.000 personas, también muchos miles en Chile, Uruguay, Brasil, Nicaragua, El Salvador, Guatemala, sólo para recordar algunos ejemplos. Sin contar a los que fueron presos, torturados o tuvieron que exiliarse.
Pensando en las imágenes que se han mostrado de la cárcel de Abu Ghraib en las afueras de Bagdad y en los testimonios que existen entre otros, de la cárcel de Baghram en Afganistán y de ex-presos de la Base de Guantánamo, no es una exageración aseverar que las peores violaciones contra los derechos humanos que se han cometido en Cuba, son las que se producen en la base militar de Guantánamo.
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