Indiferentes a las críticas y a las cuestiones éticas, el ministro de Relaciones Exteriores, Carl Bildt, rechaza renunciar, mientras el primer ministro Fredrik Reinfeldt, justifica a su colega de partido y asegura que quienes lo critican son sólo quienes no quieren el capitalismo. Bildt no negó haber participado en un lobby europeo que promovió la guerra contra Irak, y se justicicó diciendo que quería que sacaran rápidamente Sadan Hussein del gobierno.
Los reclamos de relevo del titular de Relaciones Exteriores de Suecia abarca por ahora sólo el abanico de los partidos políticos de la oposición, pese a que existe una evidente contradicción entre los intereses económicos privados del ministro y su accionar al frente de esa cartera.
Aunque la semana pasada anunció la venta de las acciones que poseía en la petrolera Lundin Oil, con intereses en la conflictiva Sudán, Carl Bildt mantiene acciones en otras áreas conflictivas del planeta, y en especial, de fuerte controversia dentro de la Unión Europea. Según el diario Aftonbladet, Bildt mantiene acciones por 11,5 millones de coronas en Legg Mason, una empresa norteamericana vinculada a la industria militar, con inversiones en Lockheed Martin, fabricante de tanques, transporte blindados y aviones. Algo más de 1,8 millones de coronas en un fondo turco, East Capitals, propiedad de los militares de ese país, acusados de violaciones graves a los derechos humanos. Cabe recordar que el ingreso de Turquía a la Unión Europea es un tema central en las próximas discusiones de ese organismo.
También posee casi 300.000 coronas en un fondo de los Balcanes, en East Capitals Balkanfond, que invierte en empresas serbias que los medios de comunicación señalan tiene vínculos con los criminales de guerra.
Bildt también recibió críticas por su participación en el denominado Committee for the Liberation of Iraq (CLI) organizado por Estados Unidos, que promovió la guerra e invasión contra ese país.
Por encargo de ese comité creado en Estados Unidos, Bildt publicó un artículo en el Herald Tribune, en enero de 2003 -la invasión se inició en marzo- donde argumentaba sobre la necesidad de derrocar a Hussein mediante presión militar o mediante una guerra.
Al mismo tiempo, Bildt participaba del fondo de inversiones norteamericano Legg Mason, con inversiones, entre otras, en la fabricante de armas, Lockheed Mar.
Críticas de Persson
El ex primer ministro socialdemócrata, Göran Persson, criticó en un discurso en Uppsala, los negocios de acciones del canciller. "En toda mi carrera política, viví algo semejante", "esto no es bueno para el Ministerio ni el gobierno" sostuvo Persson, al tiempo que reclamó que el primer ministro conservador Reinfeldt tome cartas en el asunto.
En su intervención en un seminario sobre "la cooperación internacional en nuestros días" celebrado en Uppsala, Persson cuestionó severamente el papel de Bildt en el Committee for the Liberation of Iraq y la posesión de acciones en Lundin Oil. Reclamó que el primer ministro aclare que sabía sobre estas actividades de su ministro y exigió una investigación.
También el vocero del Partido del Medio ambiente, Peter Eriksson, atacó al canciller, "es una carga para el gobierno", y reclamó su remoción del cargo.
Apoyo de Reinfledt
El primer ministro conservador, Fredrik Reinfeldt, mantiene su respaldo al canciller y justifica sus actividades empresariales.
Pocos creen que Reinfeldt aproveche las críticas a Bildt para zanjar una larga disputa interna, ya que las críticas apuntan al modelo político y ético que desarrolla el gobierno en su conjunto.
Después de la renuncia de dos ministras a pocos días de asumir sus cargos en octubre pasado, los cuestionamientos al ministro de Economía por emplear en negro a una niñera, además de ilegal, y soportar las mismas acusaciones en su contra, el primer ministro se resiste a ceder ante las críticas de la oposición.
Reinfeldt ha afirmado que las críticas a Bildt están sobredimensionadas por la prensa, y basadas en especulaciones.
"Creo que estas críticas proceden de personas que descreen de la economía de mercado, que no les gusta las personas que possen acciones, que no les gusta Carl Bildt, y que no les gusta la idea de una política exterior con contactos fuera de Suecia", dijo el primer ministro.
Por otra parte, Reinfeldt aseguró que no conocía la participación de Bildt en el CLI, pero insistió que no era base suficiente para cuestionar a su ministro de Relaciones Exteriores.
Según Reinfeldt, Bildt siempre ha sido partidario de las negociaciones diplomáticas para resolver los conflictos, antes que de las acciones militares u otro tipo de amenazas. El primer ministro rechazó cuestionar la posesión de acciones de sus ministros en el exterior. "No podemos sospechar de cada fondo de inversión en el extranjero. De esa manera serían muchos a criticar, prácticamente todos los que poseen un fondo de pensión en este país".
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