Por Juan Cameron.
Con un éxito extraordinario y la asistencia de importantes poetas latinoamericanos y mexicanos, se clausuró el miércoles 21 el III Encuentro Iberoamericano de Poesía Carlos Pellicer Cámara. El congreso de artistas tuvo lugar en la ciudad de Villahermosa, capital del Estado de Tabasco, al sur de México. Destacan entre sus logros una eficaz organización, el retrato de una política cultural constante y el rescate del sentimiento americano.
Después de la década de los setenta pocas ocasiones hubo para sentir lo americano como una totalidad. El ostracismo fue, tal vez, la ocasión más propicia. Quienes lo compartieron en Europa o en otros destinos entendieron que la patria (aunque el gran Lêdo Ivo sostenga lo contrario) es en definitiva el idioma; y los pasaportes resultaron, nada más, actas de pertenencias regionales sin mayor trascendencia entre los exiliados. Visto así, si algún logro fundamental (¡vaya oxímoron!) puede atribuírsele al III Encuentro Iberoamericano de Poesía Carlos Pellicer Cámara, es precisamente ese: el de haber redescubierto para sus participantes esa magnífica sensación de unidad, ese llamar a los objetos con sustantivos cercanos que habrían de ser depositados, después de todo, en un arca común.
El esfuerzo, la tenacidad y el profesionalismo de sus organizadores dio el resultado esperado. El gobierno del Estado de Tabasco, el Instituto Estatal de Cultura, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y todos quienes de una u otra contribuyeron a su desarrollo (como la Compañía de Danza Folklórica de la Ciudad de Villahermosa o la dirección del Museo La Venta) deben sentirse muy satisfechos. Mención especial merece la maestra Norma Cárdenas Zurita, realizadora de este congreso, secundada por el director Editorial y de Literatura, maestro Vicente Gómez Montero, y por la eficaz funcionaria Norma Abreu y un equipo de colaboradores.
Para los poetas invitados significó, aparte de un magnífico y por lo demás cariñoso trato, la oportunidad de acercarse a un país enraizado en la historia con merecido orgullo. El respeto hacia el artista y el apoyo a la cultura fue notorio en cada actividad y en cada gestión. Desde el rescate de la obra de Pellicer -como museólogo y poeta- hasta la infraestructura bibliotecaria y arquitectónica de la ciudad, pasando por la exaltación de su pasado (los templos de Comalcalco y la cultura olmeca), todo es homenaje y pertenencia al mismo tiempo. Un simple detalle ilustra esta conducta: los grandes carteles que, fuera de los recintos donde se realiza el encuentro, anuncian los nombres de sus propios poetas. Es un ejemplo a imitar.
Diez mesas de trabajo, en cada una de las cuales leían entre cuatro a seis poetas, hubo en la Casa de Artes José Gorostisa. El público de la capital tabasqueña tuvo la oportunidad de escuchar allí a grandes poetas del continente, entre ellos Jacobo Rauskin, de Paraguay, Lêdo Ivo, brasileño, a quien se le festejó por sus 83 años, Eduardo Mitre, de Bolivia, Eduardo Chirinos y Marco Martos, de Perú, Hernán Lavín Cerda y Omar Lara, de Chile, Aitana Alberti, hija de Rafael Alberti, de España, Alex Pausides, Waldo Leyva y Nelson Simón, de Cuba, Mario Sampaolesi, de Argentina, Otto Raúl González, de Guatemala, Ramón Coté Baraibar, de Colombia, Carlos Villalobos, de Costa Rica, junto a importantes poetas mexicanos, como es el caso de Roberto Arismendi, Blanca Luz Pulido, Kyra Galván, Mario Bojórquez, Luis Jorge Boone, Alí Calderón, Eduardo Langagne, Thelma Nava, Francisco Magaña, Pablo A. Graniel entre muchos otros. El chileno Jaime Concha y el mexicano Vicente Quirarte expusieron temas vinculados a la obra de Pellicer. Por su parte, Raukin, Chirinos, Sampaolesi, Boone y Galván dictaron talleres de poesía para los aficionados locales.
Hubo lecturas en lugares públicos. En el Mercado Pino Suárez leyeron Arismendi, Fernando Nieto Cadena, Javier Payeras, Tito Ledesma, Waldo Leyva y Alvaro Solís. Otros lo hacen en el elegante mall de Galerías, donde continúa una maratón colectiva. Quienquiera puede subir al escenario a leer textos propios o publicados en libros facilitados por la biblioteca local.
Como un pelo en la sopa
En concordancia a esta actitud frente a la cuestión cultural, diversos órganos de prensa y televisión cubrieron el encuentro. Destaca entre los profesionales de la prensa el compromiso del periodista y poeta Erwin Macario, quien, con generosa pluma y asistencia dio cuenta día a día en su columna de El Heraldo.
Nota aparte merece la odiosa posición de los periodistas de Tabasco Hoy. Al parecer, cuestiones de orden político interno y una línea de dirección impuesta, llevaron a los periodistas a desinforman, cuando no francamente mentir, sobre la verdadera proyección de las actividades. Lo escrito por la notera Aurora Frías, el día 22, rebasa todo principio ético y no merece mayor análisis. Se trata de un pelo en la sopa; es una lástima.
El sentimiento continental que aquí se rescata se debe a la gestión de Norma Cárdenas, a la amplia visión del Gobernador Constitucional del Estado de Tabasco, el químico Andrés Rafael Granier Melo, y a todo el equipo de personas que se esforzó por dejar en muy buen pie el nombre de Villahermosa. Uno de sus objetivos, el de proyectar la obra literaria de los poetas tabasqueños, justifica por sí solo toda la inversión y el esfuerzo llevados a cabo.
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