inicio | opinión | notas | cartelera | miscelanea sueca | suplementos | enlaces 16-Febrero-2007

El gasto militar para 2008 supera la guerra de Vietnam y Corea
Un presupuesto para la guerra

 

Ernesto Tamara.
La pasada semana el presidente norteamericano George W. Bush, presentó el presupuesto para el nuevo año fiscal (octubre 2007 a septiembre 2008), en los que incluye partidas para el Pentágono, -incluidos los fondos para la guerra de Irak- de US$ 628.600 millones, lo que representa más de una quinta parte del total de erogaciones del Estado, y al mismo tiempo, en otra instancia, el secretario de Defensa, Robert Gates, reveló la creación de un nuevo comando regional para Africa con el supuesto objetivo de supervisar operaciones militares en esa área geográfica.


El presupuesto, fiel reflejo de las intenciones políticas del mandatario norteamericano, incrementa el gasto militar, recorta la inversión pública en seguridad social, educación, asistencia a los pobres y medicina, y traslada un enorme déficit fiscal al próximo gobierno. Al mismo tiempo se resiste a reestablecer los impuestos liberados a los ricos.


Todas las decisiones del presidente Bush tienden a fortalecer el complejo militar industrial e incentivar la carrera armamentista en todo el mundo. En los últimos tiempos no sólo ha abierto focos de tensión y preparado planes de agresión a varios países, sino que también ha promovido la instalación de plataformas de lanzamientos de misiles en países europeos -que amenazan Rusia y otros países de la región- y ha establecido públicamente la política de atribuirse la potestad de controlar el espacio exterior, desarrollando la denominada "guerra de las galaxias" y amenazando con destruir cualquier satélite que considere hostil a Estados Unidos.
Todas estas acciones quedaron sin respuesta de parte de la comunidad mundial, con algunas y conocidas excepciones, hasta que el pasado fin de semana, el presidente ruso, Vladimir Putin, salió a la palestra.
En un discurso en la Conferencia Internacional de Seguridad que se celebró en Munich, Alemania, Putin criticó la política exterior norteamericana, al afirmar que realizaba un "uso exagerado de la fuerza" y que "alimentaba una carrera armamentista".


Las expresiones de Putin fueron amplificadas por los medios de comunicación, casi alarmados por la osadía del ex agente de la KGB, y algunos advirtieron que las manifestaciones del mandatario ruso, indicaban el inicio de una nueva etapa donde Moscú se asumía como potencia desafiante y hasta llegaron a pronosticar una nueva "guerra fría".


Los funcionarios norteamericanos dijeron que estaban sorprendidos y decepciones por las manifestaciones del presidente ruso, y rechazaron que las mismas dieran inicio a una "segunda guerra fría". El secretario de Defensa, Robert Gates, que está encabezando el aumento del número de efectivos de las fuerzas armadas, así como los contingentes militares en Afganistán, Irak, y otros países, dijo que "con una guerra fría tuvimos suficiente".


Es que Putin, desde hace ya más de un año, se está planteando desafiar el poder norteamericano en varios campos, impulsado en el control de enormes reservas de gas y petróleo, con los que abastece a Europa, y en desarrollar su propia industria de armamentos que, ya desde 2005, compite en pie de igualdad con la norteamericana.

Presupuesto militar récord
El presidente Bush asumió su mandato en enero de 2001 con la herencia de un superávit fiscal de 200 mil millones de dólares dejadas por el entonces presidente Bill Clinton. Clinton a su vez había heredado del presidente George Bush (padre) un déficit fiscal de casi el mismo monto. Su hijo plantea dejar la Casa Blanca, en ese campo, igual que su padre, con un déficit colosal fiscal, pero ya como una potencia mucho más débil.
El presupuesto para el año fiscal de octubre de 2007 a septiembre de 2008 (prácticamente el penúltimo de Bush) se eleva a 2.9 billones de dólares, e incluye unos 628.600 millones, -una quinta parte del total de erogaciones del Estado- en Defensa.


Según estos datos, lo que Estados Unidos gasta en Defensa superior al gasto sumado que realizan los 23 países que lo siguen en orden de importancia en igual materia. Pero si además a ello se le suma el gasto en seguridad interior (Homeland Security), que es más de 200.000 millones de dólares, el gasto total en Seguridad y Defensa estadounidense es ya superior a lo que gasta el resto del mundo, sumado, en estas materias.


Los titulares de la prensa norteamericana fueron claro. "El presupuesto más grande desde la era Reagan", tituló el periódico The Washington Post, con el subtítulo: "Irak, Afganistán gastan más que la guerra de Vietnam" (1964-1975).


Por su parte, el diario The Congressional Quarterly señaló: "El gasto en la guerra superará a las marcas de la guerra de Corea (1950-1953) y Vietnam", en tanto que The New York Times tituló con la palabra "Récord".
Los actuales gastos en Defensa constituyen un 60% más de lo que se gastaba cuando asumió Bush en enero de 2001.


En el mensaje enviado al Congreso se incluye además un pedido adicional de 285.000 millones de dólares para los conflictos en Irak y Afganistán para este año y los dos que vienen.


La cifra surge de sumar los U$S 93.400 que Bush quiere que el Parlamento le autorice gastar en esas guerras este año (que se suman a los U$S 70.000 millones ya aprobados y en ejecución), los U$S 141.700 millones que prevé el presupuesto para 2008 y los U$S 50.000 millones que gastaría en 2009.


Curiosamente, el presupuesto de 2008 no incluye ninguna previsión de gastos para ese destino a partir de 2010, el propio mandatario aclaró que eso no significa que se esté fijando un cronograma para retirar a las tropas estadounidenses. Hacerlo, argumentó ante los periodistas, daría una señal equivocada "al enemigo".
Mientras, el portavoz de la Casa Blanca, Tony Fratto, aclaró que los números del proyecto enviado al Congreso no son los definitivos.


En su propuesta de presupuesto, Bush prevé un déficit de 239.000 millones de dólares, pero presenta una estimación de reducción del mismo -con los recortes en gastos sociales- que concluiría con un superávit de 61.000 millones para el año 2012, 3 años después de que concluya su mandato.


Como su propia experiencia indica, nadie asegura el próximo gobierno mantenga su conducta fiscal. El mismo logró dilapidar un superávit de más de 200.000 millones de dólares en 3 años, ya que en 2004 ya tenía un déficit de más 400.000 millones de dólares.


También el Departamento de Estado tendrá un aumento de su presupuesto a una cifra récord de 36.000 millones de dólares bajo el pedido de Bush, aunque unos 7.500 millones de estos serán destinados también a programas de defensa o seguridad, como créditos a países aliados para adquirir equipamiento del Pentágono o asistencia a la economía de los colaboradores clave en la "guerra mundial contra el terrorismo", como Pakistán y Jordania.


Además, Israel y Egipto, también aliados de Bush en su "guerra contra el terrorismo", mantendrán su status, que data de los años 70, de principales receptores de ayuda estadounidense, de 2.400 millones y 1.700 millones de dólares respectivamente.


Otra de las novedades del presupuesto es la intención de transformar en definitivos los recortes impositivos a las empresas que Bush sancionó en su primer mandato -lo que le significaría reducir en 10 años unos 1,6 billones de dólares de ingresos al Estado- y para apuntalar las guerras contra Irak y Afganistán, el presidente busca recortar programas sanitarios y de combate a la pobreza.


Bush propuso además la eliminación o reducción de gastos en 14 programas sociales que, según él, permitirán un ahorro en los próximos cinco años de millones de dólares.


Insistió en que con esas acciones logrará un ahorro cercano a los 100 mil millones de dólares, sólo por concepto de recortes monetarios en el programa Medicare y seguro sanitario, del que dependen 43 millones de jubilados y minusválidos.


También expresó que es necesario reducir los costos médicos crecientes que supone la atención de 78 millones de estadounidenses a jubilarse próximamente.

Proponen crear impuestos para la guerra
El senador Joseph Lieberman, fánatico defensor de la guerra a Irak, -ex demócrata y ahora "independiente"- propuso "un impuesto por la guerra contra el terrorismo" en una audiencia del Senado.
"Pienso que tenemos que empezar a pensar acerca de un impuesto por la guerra contra el terrorismo," dijo Lieberman durante una audiencia del Comité de Servicios Armados del Senado sobre el presupuesto de defensa de Bush.


"Lo que quiero decir es que la gente sigue diciendo que no le estamos pidiendo hacer un sacrificio a nadie sino a nuestro ejército en esta guerra y a algunos civiles que trabajan en ella," agregó. Lieberman no dio detalles de su sugerencia en torno al impuesto.


Hasta ahora ni la Casa Blanca ni la oposición demócrata ha respondido a la iniciativa de Lieberman.

Por ahora, resistencia demócrata
Los demócratas que controlan las dos cámaras del Congreso adelantan que buscarán modificar muchas de las iniciativas del mandatario.


Para el presidente de la comisión de Presupuestos del Senado, el demócrata Kent Conrad, "los presupuestos planteados por el presidente están llenos de deudas y engaño, desconectados de la realidad, y siguen llevando a Estados Unidos en la dirección errónea".


El representante demócrata John Spratt, fue aún más allá: "Dudo que los demócratas apoyen este presupuesto. Y, francamente, me sorprendería que los republicanos lo hagan".


En tanto, la titular de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, precisó que la demanda de capitales del Ejecutivo será sometida a un riguroso análisis.


"Aplicaremos una cabal supervisión al requerimiento gubernamental porque no pretendemos extender a Bush un cheque en blanco. Buscamos inducir al presidente a reducir nuestra participación en Irak en el corto plazo", indicó Pelosi.

Incentivar la carrera armamentista
El presidente Bush no ocultó nunca su intención de impulsar la carrera armamentista. Y bajo su mando, el mundo ha seguido su conducta. Recientemente, un entredicho diplomático entre Chile y Perú, por la decisión inculta de Chile de fijar sus límites asumiendo como propio un territorio en disputa, fue interpretado por legisladores de ambos países, como resultado de la presión de los lobbys de armamento a fin de provocar tensión y compra de armas en la región.


Según los últimos datos disponibles, los gastos militares en el mundo alcanzaron un nuevo récord en 2005, al llegar a un billón 118 mil millones de dólares; y el primer consumidor de armamento fue Estados Unidos, con 48 por ciento de lo invertido a nivel mundial, según un informe del Instituto Internacional de Investigación para la Paz (SIPRI), con sede en Estocolmo.


El informe destacó que los principales exportadores son, desde 2001, Rusia y Estados Unidos, cada uno con una cuota de mercado de alrededor de 30 por ciento. A ellos les siguen, a mucha distancia: Francia, Alemania y Gran Bretaña, con 20 por ciento entre los tres.


En esta carrera Rusia, en su nuevo formato capitalista, ha intentado seguir los pasos. En su informe a la nación en la Duma rusa, a principios del pasado año, el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que "hablar del final de la carrera de armamento es prematuro" y señaló que ésta ha pasado a un nuevo nivel tecnológico.


El presupuesto militar norteamericano, "en magnitudes absolutas, es casi 25 veces superior al de Rusia", dijo el mandatario y debe servir de incentivo para reforzar las defensas propias, alegó el presidente.

El mayor deudor del mundo
Estados Unidos es hoy el país más endeudado del mundo, con una deuda pública y privada equivalente a todo el producto bruto mundial.


El mercado financiero estadounidense es la gran atracción y refugio para el capital especulativo de todas las procedencias. Más de 700 mil millones de dólares de las reservas de los Bancos Centrales de todo el mundo, se encuentran colocadas el sistema bancario norteamericano, ofreciendo financiamiento barato a largo plazo para los déficits del país más rico del mundo.


Para cubrir su déficit por cuenta corriente, Estados Unidos necesita atraer aproximadamente 2.300 millones de dólares diarios, y si esos flujos menguan se debilita el valor del dólar frente a otras monedas.


Al aumentar la deuda de EEUU con el exterior, el dólar debería devaluarse. Sin embargo, como el dólar es moneda de reserva y de pago a la vez, es interés de EEUU tratar de mantener la demanda de dólares artificialmente alta. La amenaza de una guerra sobre países productores de petróleo ayuda a alzar del precio de petróleo y con ello la demanda de dólares. Con una demanda artificialmente alta del dólar, el tesoro americano, puede emitir billetes a costo simbólico y financiar así su gasto militar y estimular el consumo interno.



Copyright ©
Semanario Liberación
Box 18040
20032, Malmö, Suecia
Teléfono: +46 40 672 65 02
Telefax: +46 40 672 65 03
Correo electrónico: