Escribe Cándido
La imagen que alguna vez evocó el suscrito en esta columna, de un tigre herido de muerte que antes de morir intenta arrasar la jungla y todas las especies que en ella habitan, para simbolizar a Estados Unidos, ha sido corroborada por los hechos. Si no bastara con la tragedia de la guerra contra Irak, sustentada en mentiras, ahora todos los indicios apuntan a Irán como la próxima víctima.

El secuestro en Irak protagonizado por "30 hombres armados que vestían uniforme del ejército iraquí", un hecho casi imposible de no asociar a la organización terrorista CIA, y las maniobras con lanzamiento de misiles por unidades navales imperiales en el Golfo Pérsico, son algunos de ellos. Sólo algunos. Hay otros más convincentes, aunque en apariencia no lo sean. Tony Blair, el hombre que aterrorizó a su pueblo con la inminencia de un potencial ataque nuclear de Sadam Hussein con una anticipación de sólo 45 minutos, para persuadirlo de la "necesidad" de la invasión a Irak, ha "descartado un ataque militar a Irán."

Dados sus antecedentes hay que interpretar la afirmación al revés. Repudiado por sus conciudadanos, sometido a frecuentes interrogatorios policiales por presunción de corrupción relacionada con las finanzas del partido, Blair tiene asegurada una cloaca en los sumideros de la historia. Pero los indicios más significativos, provienen de los "perros guardianes".

Los que alertan al mundo en los titulares de portada sobre "la inquietud de la comunidad internacional" por los planes de Irán para el desarrollo de la energía nuclear para "fines pacíficos" según su gobierno, no demuestran ninguna inquietud sobre el arsenal nuclear de Israel. La inmoralidad de esta postura se comenta sola. Pero así como la industria petrolera, la misma que llevó a George W Bush a la presidencia (fraudulenta, además) de EE.UU.está pagando una atractiva suma de 10 .000 dólares por artículos que cuestionen el rigor científico del informe de Naciones Unidas sobre el cambio climático y la incidencia de los seres humanos en él, también la industria militar tiene "sus" columnistas y "expertos" que bajo la apariencia de "análisis" interpretarán la melodía grata a los oídos de los guerreros. Que no es otra que la que "convenza" a la opinión pública global, de la necesidad de conjurar "por cualquier medio" el "peligro iraní". Por último, aunque seguramente no lo último, porque la lista es larga, no podría dejar de mencionarse entre los "soldados mercenarios" de la cruzada empredida por el "señor presidente de Amerika", a esa murga desafinada que componen los "líderes" de la llamada Unión Europea. Por ahí anda Javier Solana exigiendo más recursos "para la defensa de Europa", contra quién, no se sabe ya que el comunismo soviético se desplomó hace ya unos años, mientras en su propio país, las catástrofes causadas por el cambio del clima, en Galicia, la isla de El Hierro, en las Canarias, etc, muestran "en directo" el desamparo de la población que no dispone de ninguna fuerza "de desplazamiento rápido" para ayudarla en lo más elemental porque han sido enviadas a Afganistán, (antes a Irak) a morir "por la causa" de las transnacionales de Dick Cheney, Rumsfeld y el propio Bush. Otra cara, apenas mencionada en la "cruzada contra el terrorismo" es su costo desorbitado y el paralelo aumento de la pobreza a varios millones más de los ya pobres "americanos". Sólo los que duermen en la calle en aquella gran "democracia", han alcanzado bajo los gobiernos de Bush a dos millones y medio de personas!

Lo sorprendente en todo esto es que una junta internacional de psiquiatras no haya tomado en sus manos la atención de Bush y que la pandilla que se aprovecha de su minusvalía, no haya inquietado a Carla del Ponti y al Tribunal de la Haya para tomar cartas en el asunto.

Porque en la jungla habitamos todos.