Escribe Juan Cameron.
Con el apoyo del Consejo Nacional del Libro y la Lectura, el conocido profesional penquista y colaborador de importantes medios nacionales y extranjeros, editó bajo el sello de El Periodista la novela La otra historia de Pinkas y Gabrielle, un ameno relato basado en la saga familiar de los Juffé y los Josef, judíos centroeuropeos obligados a emigrar durante la época del nazismo.
La capacidad literaria de André Jouffé se percibe con facilidad cuando el autor se aleja de lo inmediato e intenta un relato de ficción, al menos presentado así bajo el formato de novela. Porque La otra historia de Pinkas y Gabrielle, aparecida bajo el sello El Periodista Editorial en septiembre de 2006, tiene una fuerte carga autobiográfica que el autor proyecta desde sus bisabuelos, en el Tarnopol polaco, hacia finales del siglo antepasado. Cuatro generaciones de judíos centroeuropeos en una errancia que contempla las ciudades alemanas de Berlín y Leipzig para culminar en Chile, primero en Valparaíso y luego en Santiago y Concepción. Es en esta última ciudad donde Denis, el protagonista, culmina su historia pues el supuesto relator, Hilarius, o Herbert Louis Josef , fallece un mes antes de la aparición del volumen.
El título de esta novela concentra también las dos fuentes principales -los Juffe y los Josef- del destino final de Denis. El bisabuelo Pinkas Juffe, "el primer farandulero de la dinastía", según lo bautiza Jouffé, dejó a Fanny Baral, su mujer y a sus ocho hijos, al menos durante los días de semana, y se largó a vender géneros por los campos del Tarnopol, negocio que le permitió comprar tabaco y alcohol y atender a algunas campesinas descuidadas por sus maridos. Comerciante y vagabundo, pronto es perseguido por sus fechorías y debe huir, con mujer e hijos, hacia Leipzig, en Alemania. El clima, la soledad, la muerte de su hijo Joshi en el frente de guerra, lo precipita hacia una rápida muerte en 1917.
Pero algo más aporta el bisabuelo al protagonista; y esto es su condición de relacionador público: "Pinkas fue presumiblemente el primer periodista no colegiado de la Galitzia polaca. Descubrió que recoger información de un pueblo a otro y traspasarla a ciertas fuentes interesadas, constituía un mejor negocio que vender sus porquerías de género".
La otra fuente es Gabrielle, hija de Martín Louis y de Kaette y hermana del relator (o delator, como se menciona en la novela), quien resulta ser la madre de Denis. La figura de Gabrielle se hace desagradable a lo largo del texto. El escritor toma partido y la defenestra cargándole un desmedido apetito sexual, un desapego a la maternidad y un absoluto desprecio por la familia. Ha visto morir por mano propia a Kaette, primero, y luego a su hermanito Tommy; tiene amores con un oficial del barco que la conduce a Chile con su padre y se acuesta con medio Santiago antes de casarse con Isaac Mendel Juffe Baral, un humilde peletero judío. A su divorcio se casa con Dick Loeb, agente de la CIA, y se traslada a Suiza. Es allí donde Denis, llevado por su padre, vive buena parte de su adolescencia.
Las historias intermedias enlazan paso a paso el texto. Estas se refieren al destino de los ocho hijos de Pinkas, al origen de Martín y su hermano Jakob, a la persecución nazi y quienes murieron en Auschwitz, a los desafueros amorosos del ya viejo padre de Denis y su amante, Gloria, que culminan con el nacimiento de un supuesto medio hermano del protagonista.
Todos estos elementos nos hacen pensar en una revisión del camino, en una búsqueda de si mismo, de nuestro querido André Jouffé. Temeroso, tal vez, de un desenlace inesperado -el año 2006 le acarrea un largo proceso clínico de desintoxicación- intenta poner en orden sus hechos y sus dudas y hacer un balance de una breve pero intensa vida. En enero cumple 60 años de edad. Tiene cinco hijos, otro en camino (a quien dedica este trabajo), sufre las consecuencias de una mala elección laboral (la designación de un cargo diplomático que fue de breve existencia), ha debido trasladarse a Concepción (y de allí el patronímico de "penquista" - por el antiguo Penco) y ya no brilla como una estrella del jet-set criollo. Esto no resulta fácil. En un país en el que el mérito no es reconocido, el valor intelectual carece de significación y en las élites políticas reina la mediocridad y el desaliño, en un país donde las normas del mercado rigen la sociedad con la misma opacidad que los mercaderes, el autor no tiene lugar; está definitivamente fuera de juego. De allí entonces el retrato de solapa, una fotografía tomada por Yasna Lara Navarrete, en la que aparece -Jouffé- con su propia ánfora sostenida en su mano derecha.
La otra historia de Pinkas y Gabrielle fue auspiciada a través una beca del Fondo Nacional de las Artes para la Octava Región y seleccionada por la línea de fomento a la creación literaria del Consejo Nacional del Libro y la Lectura. Se trata de una muy buena elección cuyo producto entretiene, interesa y aporta una visión histórica sobre una parte de nuestra población.
André Jouffé (1947) director de la carrera de Periodismo de la Universidad San Sebastián, en Concepción, fue declarado Caballero de la Legión de Honor en Francia, país en el que sirvió de agregado de prensa de la Embajada de Chile entre 1994 y 2000.
Es autor de Café Voltaire (ensayo sobre el Dadá, 1976), El fin de la dinastía Somoza (1978), My beautiful People (1982), Mis encuentros con la oposición (1983), El diario del fin del mundo (novela, 1986), Las piernas de Mariana (1992), Bye Bye París (crónicas, 1997), Primeras damas (1999), Relatos eróticos del mediofilo y de los siúticos (2001), Como amar a Pamela Jiles (2003), Tomás Wells, un artista provocador (2004), Los encantos de Jackie Van (2004), El lado B de los escritores (reseña, 2005), Yuraseck, el estúpido asesionato de un triunfador (reportaje, 2006) y el mencionado La otra historia de Pinkas y Gabrielle. Tiene en preparación Investigadores del periodismo, con alumnos y docentes de la Universidad San Sebastián.
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