|
||||||
Conflicto por la celulosa |
||||||
La Corte de La Haya desestimó el pedido uruguayo de medidas cautelares para detener los cortes de puentes fronterizos del lado argentino. En los discursos, ambas partes apuestan a un diálogo que parece cada vez más lejano. El fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sorprendió a las autoridades de ambas orillas en conflicto. Los pronósticos previos al dictamen de La Haya, que debía resolver sobre la demanda uruguaya contra los bloqueos fronterizos en la provincia argentina de Entre Ríos, se inclinaban a favor de Uruguay. Por 14 votos contra 1, la CIJ rechazó la demanda del gobierno de Tabaré Vázquez, al considerar que los cortes no afectan la construcción de la pastera de Botnia en la ciudad uruguaya de Fray Bentos. Entre los argumentos dados a conocer por la presidenta del tribunal internacional, Rosalyn Higgins, se detalló que la Corte no está convencida de que los bloqueos dañen, en forma irreparable, los derechos que Uruguay alega en el caso y, por lo tanto, las circunstancias, tal como se presentan en la actualidad, no son tales como para solicitar el ejercicio de sus facultades para dar lugar a medidas cautelares. El canciller argentino, Jorge Taiana, se mostró satisfecho con la decisión y la consideró ventajosa para su país porque despeja la cortina de humo de Montevideo para no dialogar y enfrentar el problema de fondo, que se refiere a la construcción de la planta de celulosa como violatoria del Estatuto del Río Uruguay, vigente entre ambos países. Por su parte, el canciller de la otra orilla, Reinaldo Gargano, trató de exponer la gravedad del asunto tras lamentar la decisión de la CIJ. «El fallo le da la razón a los que van con cuatro sillas plegables y se ponen en el medio de la carretera e impiden el paso de mercadería, de gente, de ómnibus y de vehículos», aseguró. Los funcionarios coincidieron en que el diálogo es la única manera de resolver el diferendo bilateral, aunque el desarrollo de los acontecimientos ha demostrado hasta el momento que del discurso a la práctica existe un trecho bastante largo. Gargano ratificó este martes que con puentes bloqueados no hay ninguna negociación posible. Argentina, en tanto, no estará dispuesta a dialogar mientras Uruguay siga defendiendo la construcción de la planta sin predisposición para una eventual relocalización. Uruguay tiene a su favor, en este sentido, un dictamen de La Haya que rechazó, a mediados del año pasado, el pedido del gobierno de Néstor Kirchner para que la Corte detuviera la construcción de las plantas de celulosa de Botnia y Ence (esta última transnacional, luego optó por mudarse a Punta Pereyra, frente al Río de la Plata). En ese momento, Argentina debió digerir un fallo que, por 14 votos contra 1, desestimó su solicitud, por lo menos, mientras no se resolviera la cuestión de fondo. Además, Uruguay obtuvo una resolución favorable por parte del Tribunal de Controversias del Mercado Común del Sur (Mercosur), que consideró los cortes de ruta como contrarios al Tratado de Asunción, texto fundacional del bloque. Desde entonces, la delegación de la Casa Rosada en La Haya se concentró en preparar los fundamentos de la demanda que acusa al gobierno de Tabaré Vázquez de violar el Tratado del Río Uruguay con un emprendimiento que representa serias amenazas ambientales. Esta presentación se concretó el 15 de enero pasado y, ahora, Uruguay deberá hacer su descargo hacia mediados de año. Mientras crece la tensión entre ambos gobierno, sin perspectivas de diálogo ni soluciones aparentes, otro actor que reaparecerá en esta etapa del conflicto será Juan Antonio Yáñez, el enviado del Rey Juan Carlos para mediar en el diferendo bilateral. Yáñez arribaba hoy a Buenos Aires para mantener reuniones de alto nivel, y luego partirá hacia Montevideo, donde se entrevistará con las autoridades locales. Su misión consistirá en acercar a las partes luego de conseguir en Finlandia el compromiso de Botnia para discutir posibles salidas al conflicto. Una tarea difícil, por cierto. |
||||||
|
||||||
|