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Fuerte crítica de Amnesty al gobierno sueco |
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La sección sueca de Amnesty Internacional criticó duramente al gobierno sueco por haber decidido expulsar a Jordania al asilado palestino Hassan Asad, mientras su caso está siendo considerado por la Comisión contra la Tortura de la ONU. La resolución que ha sido apelada y actualmente la situación de Asad está en manos del nuevo Tribunal de Migración. -Todo ésto es muy preocupante, porque existe el riesgo de que el gobierno vuelta una vez más a actuar en contra resoluciones de la Comisión contra la Tortura de la ONU, dijo Carl Söderbergh, secretario general de Amnesty. La resolución de expulsar a Jordania a Hassan Asad, refugiado político palestino, fue decidida en enero por el gobierno tomando en cuenta una acusación de SÄPO (la policía de seguridad) de que esta persona es un riesgo para la seguridad del país por sus contactos con un ciudadano sueco que aparece en un listado proporcionado por la CIA, de sospechosos de tener vínculos con organizaciones terroristas. Sin embargo, a Asad no se le permite conocer de qué concretatamente se le acusa. Según la información que posee Amnesty, el pedido de expulsión del refugiado palestino estaba a consideración de las autoridades desde 2004, pero la misma ha sido reactivada por el nuevo ministro de Migraciones, Tobias Billström y este es el primer caso de este tipo a consideración del gobierno de la derecha y de aplicación de la nueva ley de expulsiones puesta en vigencia recientemente. El abogado defensor de Asad había apelado la medida por existir el riesgo de que su defendido fuera sometido a torturas en Jordania, que en opinión de Amnesty se caracteriza por usar frecuentemente esos métodos y que -además porque es conocido que este país colabora sometiendo a brutales interrogatorios a prisioneros que Estados Unidos le entrega a tales efectos, dice Söderbergh. -Existen además grandes fallas legales, porque básicamente es difícil para una persona, para su abogado, para su familia, saber exactamente en que consiste la acusación y por lo tanto poder defenderse jurídicamente. Y el otro problema es las escasas posiblidades para poder apelar y detener una expulsión, como se pudo lamentablemente constatar con el caso de los dos asilados de origen egipcio en 2001, sostiene el secretario general de Amnesty sueca. Crítica de las Naciones Unidas a Suecia por los egipcios Con motivo de la expulsión de los asilados políticos Ahmed Agiza y Mohammed al-Zari, que fueron entregados por SÄPO a pedido de Estados Unidos y transportados desde Estocolmo drogados, encapuchados y encadenados en un avión especial de la CIA a Egipto, donde pese al supuesto compromiso de que su integridad física sería respetada, sin embargo fueron torturados, lo que motivó una fuerte crítica el año pasado por parte de la comisión especial de la ONU, que estudió minuciosamente el caso y acusó a Suecia de violar normas internacionales del derecho de asilo. Según Johan Stolpe, funcionario de la Dirección Nacional de Migración encargado del caso Asad, la resolución de expulsión estaría demorada desde noviembre en función de las críticas que se recibieron de la ONU por el caso de los egipcios, pero obliga al refugiado palestino a presentarse ante la policía en Gotemburgo siete veces por semana, quien lo puede expulsar en cualquier momento. Hassan Asad entrevistado por Dagens Nyheter el lunes pasado, dijo que considera su situación como demencial y que SÄPO es una organización paranoica en lo que se refiere al terrorismo. - Si usted es musulmán o palestino, o activo en alguna organización sueca o su vecino es musulmán, entonces también usted es terrorista. Así es como SÄPO piensa. Cómo me puedo defender si no sé de que se me acusa. Si SÄPO está segura de lo que dice, que muestre a mi abogado y a mí, las pruebas que tiene en mi contra, así me puedo defender. Yo he vivido 10 años en Suecia, nunca violé ninguna ley y tampoco soy una persona peligrosa, dice Asad. "No hay peligro de que Hassan Asad sea torturado en Jordania" Tobias Billström, ministro de Migración y último responsable gubernamental de la posible expulsión del asilado palestino a Jordania, justifica la medida de que SÄPO no le suministre información a Asad y su abogado porque "no se pueden poner todos los detalles arriba de la mesa" y que él confía en la información y valoración proporcionada al gobierno por la seguridad sueca, que justifica la expulsión. Así mismo Billström argumenta que es obligación del gobierno, de que Suecia no sea un lugar de amparo de actividades que afectan la seguridad del país. Niklas Kebbon, jefe en el Ministerio de Justicia de cuestiones del derecho de asilo, dijo que el gobierno sueco considera que no existen razones para que Hassan Asad sea protegido y no pueda ser expulsado del país, porque no corre riesgos de que sea torturado en Jordania. Según este funcionario el gobierno en otoño pasado fue actualizado por SÄPO en relación al refugiado palestino, "ellos valoran si una persona está envuelta en actividades que amenazan la seguridad, cosa que el gobierno no puede cuestionar." Por su parte el secretario general de Amnesty, Carl Söderbergh, considera este argumento como muy desagradable. -Cada vez que escucho a gente de niveles dirigentes decir, "nosotros sabemos lo que ustedes no saben", tengo escalofríos. |
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