inicio | opinión | notas | cartelera | miscelanea sueca | suplementos | enlaces 12-Enero-2007

Mensaje del Partido de Izquierda sueco al Frente Sandinista de Nicaragua
Felicitaciones por la victoria con la esperanza de una pronta reinstauración de los derechos de las mujeres

 

Para:

Presidente Daniel Ortega y Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN)

En noviembre el pueblo nicaragüense, al elegir al Comandante Daniel Ortega como presidente y al FSLN como el partido con mayor representación en el parlamento, volvió a demostrar que ya basta con las políticas derechistas dictadas por los Estados Unidos. El resultado de la justa electoral constituyó una victoria para las fuerzas populares, la democracia y la justicia social, y sobre todo para una Nicaragua y una América Latina libres y soberanas.

Las injusticias sociales se han agudizado grandemente en Nicaragua desde que la derecha apoyada por los Estados Unidos tomó el poder en 1990, y hace falta muchos esfuerzos para construir el bienestar social, la economía y la democracia del país.

Como amigos de la Revolución Popular Sandinista, nosotros en el Partido de Izquierda nos alegramos por esta victoria. Sabemos que en lo sucesivo, Nicaragua deberá enfrentar muchos problemas y retos, así como las duras condiciones de las instituciones neoliberales como el FMI.

Pero este avance democrático, la fuerza de la lucha popular y la amistad de muchos otros pueblos latinoamericanos y del resto del mundo crean buenas perspectivas de éxito.

Sin embargo, al mismo tiempo que nos alegramos por su victoria electoral, con gran inquietud y decepción hemos podido constatar cómo la bancada parlamentaria del FSLN votó por la prohibición total de uno de los derechos sociales más importantes para las mujeres: el derecho al aborto.

Este derecho ya estaba casi totalmente mermado en Nicaragua, pero a partir de este cambio de ley Nicaragua se ubicó en el extremo de la extrema derecha a nivel mundial en lo que respecta a las legislaciones represivas en el terreno de la reproducción. La prohibición del aborto no sólo es una negación del derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo, sino también una sentencia de muerte a todas aquellas mujeres que por una u otra razón se ven obligadas a realizar abortos ilegales, costosos y peligrosos, en lugar de realizarlos legalmente y en condiciones seguras. La prohibición del aborto terapéutico votada en el otoño pasado va en contra de la CEDAW, la convención de las Naciones Unidas por la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres, que Nicaragua ha suscrito. Esta prohibición además afecta más duramente a la mayoría de mujeres pobres - las cuales no pueden viajar al extranjero para abortar - que llevaron al FSLN al poder, tanto en 1979 como en las elecciones del pasado año.

Conocemos la fuerte religiosidad de la sociedad nicaragüense, así como el peso fuerte de la iglesia. Somos conscientes de que esta decisión ha sido tomada considerando las condiciones políticas del país. Pero, tal y como se constata en la CEDAW, que pone especial acento en los derechos reproductivos de las mujeres, los derechos sociales fundamentales de éstas no pueden subordinarse a las tradiciones o a la cultura - factores éstos que a menudo encausan los roles sexuales en dirección conservadora.

Ya en 1969 el FSLN había declarado que la Revolución Popular Sandinista aboliría la repugnante discriminación de la mujer con respecto al hombre, y que en su lugar establecería la igualdad económica, política y cultural entre los sexos. Por lo tanto, el FSLN tiene motivos de sentirse orgulloso por su tradición pionera (aún dentro de la izquierda en general) en lo que respecta a la lucha por la igualdad de género, así como por el papel jugado por las mujeres sandinistas en la lucha, el cual es reconocido mundialmente.

Es por ello que damos por sentado que una de las primeras tareas que el FSLN, en virtud del poder presidencial y de su posición como bancada mayoritaria en el parlamento, será la de encarar la restitución y el fortalecimiento de los derechos humanos de las mujeres, inclusive el derecho al aborto. Ninguna transformación social profunda es posible si los derechos fundamentales de las mujeres no son respetados.

El pueblo nicaragüense y el FSLN ya antes le han mostrado al mundo cuánto puede lograr un pueblo orgulloso y combativo en lo que respecta al desarrollo económico y social, aún ante fuertes resistencias y la falta de recursos económicos. Estamos seguros de que también éste será el caso en la nueva etapa que comienza el 10 de enero.

Con saludos fraternales les deseamos éxito y prosperidad en el nuevo año 2007 y los que siguen.

Por el Partido de Izquierda de Suecia
Eva Björklund
Mats Einarsson
Encargados de Política Internacional de la Dirección Nacional
Estocolmo, 8 de enero de 2007.



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