|
||||||
Otro criminal ataque de EE.UU. a |
||||||
Muy poco después que las tropas de Etiopía con el apoyo de grupos de señores de la guerra somalíes pudieron desalojar de la capital Mogadiscio a las fuerzas de la Unión de Tribunales Islámicos (UTI) y reinstalaron al Gobierno Federal Transitorio (GFT) y a su presidente Abdullaihi Yusuf, hasta entonces refugiado en el vecino país, EE.UU. que dio luz verde a la movida de Etiopía, lanzó un ataque aéreo a un supuesto campamento refugio de Al Qaida. Los ataques que dejaron únicamente víctimas civiles se producen dos semanas después de la ocupación etíope y es la primera operación militar norteamericana luego de 1993, cuando tuvieron una desastrosa derrota a manos de milicias populares islámicas -a duras penas armadas con armas ligeras- con el saldo de 18 soldados muertos del comando de invasión y una urgente retirada con las cola entre las patas. Según dijo el Pentágono y lo repitieron mundialmente los medios pro norteamericanos, esta acción punitiva de Estados Unidos estuvo dirigida a acabar con cinco hombres a los que se les acusa de ser los autores de atentados contra las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania en 1998 sindicados como siempre de ser el grupo más importante de líderes terroristas islámicos de la región. El ataque fue justificado por voceros del gobierno de Bush en el derecho a la autodefensa y en la aceptación del gobierno somalí al mismo. Pero tras esta noticia de una nueva acción militar imperialista en otro escenario de guerra, está el propósito de Bush y el Pentágono de lograr como sea éxitos militares en la permanente guerra contra el terrorismo ante una cada vez más escéptica opinión pública interna que le dio el voto a los demócratas en el Congreso, acompañada con el nuevo plan para Irak que como se sabe sólo propone el envío de más tropas. Otra vez el oportunismo parece ser una de las líneas maestras que el poderoso aparato militar imperialista yanqui tiene para actuar y poder seguir mostrando músculos. En este caso, al aprovecharse de la necesidad de Etiopía de acabar con un gobierno vecino hostil. Desde que los islamistas centralizaron el poder en Somalia, el GFT había sido olvidado y deshechado por todos, pero fue requerido ahora para prestarle a Bush un favor y poder recuperar sus parcelas de poder en ese país del Cuerno africano desgarrado por luchas internas desde la caída del dictador Siad Barre en 1991. Y las declaraciones tanto del presidente como las del primer ministro justificando los bombardeos, no dejan dudas de la subordinación a Washington. Otra vez más los estrategas norteamericanos siguiendo la consigna bushiana de atacar al terrorismo en cualquier oscuro rincón del mundo se vuelven a equivocar. Porque la población somalí tras estas matanzas indiscriminadas de civiles protagonizadas estas semanas por los invasores etíopes y norteamericanos, no ha olvidado la última presencia militar de Estados Unidos en el país, la del 3 de octubre de 1993 cuando tras perder tres helicópteros soldados norteamericanos masacraron a civiles en Mogadiscio. Lo que se presenta como una acción militar legítima de Estados Unidos para acabar con el terrorismo islámico, una vez más vuelve a potenciar la virulencia de los más radicales. Contribuyendo a sembrar más terroristas dispuestos a luchar e inmolarse no sólo en Irak |
||||||
|
||||||
|