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Recuperado Luis Gerez |
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El albañil Luis Gerez, quien estuvo dos días secuestrado y había declarado contra Luis Patti en el Congreso, agredeció al Gobierno por su liberación y pidió por la aparición de Jorge Julio López, testigo clave del caso Etchecolatz, quien fue visto por última vez el 18 de setiembre. "Mi liberación es el triunfo de la democracia, es mérito de todos ustedes y la decisión firme del presidente Kirchner", relató Gerez durante un encuentro con la prensa en un local partidario de Escobar, que encabeza el actor y dirigente Alberto Fernández De Rosa. El albañil, sin embargo, se mostró preocupado por la situación de Jorge Julio López, testigo clave del caso Etchecolatz, quien fue visto por última hace más de cien días. "Tenemos que seguir luchando, todavía hay cosas que nos están faltando, falta que aparezca el compañero Jorge Julio López", dijo. Gerez fue liberado el viernes a las 21.20 en Garín, al norte del Conurbano. Apareció 40 minutos después de que el presidente Kirchner dio un mensaje por cadena nacional -el segundo a lo largo de su mandato- en el que atribuía la desaparición a fuerzas "paramilitares o parapoliciales" que buscaban "extorsionar" al poder político y "parar los juicios" abiertos tras la caída de las leyes de impunidad, por los crímenes aberrantes de la dictadura. En el Gobierno responsabilizaron desde el primer momento al ex subcomisario Luis Patti y a sectores de la Policía Bonaerense. El albañil, de 51 años y militante de la agrupación Pensar Escobar, vinculada al vicejefe de Gabinete bonaerense, Emilio Pérsico, había incriminado al ex intendente de Escobar en un testimonio ante el Congreso, en el que denunció haber sido torturado por el ex subcomisario en los años 70. Pese al acuerdo para no dar detalles de su secuestro que pudieran interferir en la investigación, Gerez insistió en ofrecer una conferencia de prensa en la que sólo agradeció a quienes se movilizaron por su liberación. De su primera detención en 1972 hasta el secuestro de 48 horas pasaron 34 años. Es como si el tiempo no hubiera transcurrido para él. "Una vez ya había vuelto de un calvario y me sentía vivo porque tenía el calor y el afecto de más de treinta mil compañeros desaparecidos. Hoy tengo el afecto de todos ustedes", dijo. Esa experiencia se notaba en sus palabras. En los próximos días Gerez se mudará a otro domicilio, que se mantendrá en riguroso secreto, porque su familia aceptó ingresar en el Programa provincial de Protección de Testigos. Al comienzo del día, la mujer de Gerez había salido a contestar rumores que atribuían a luchas internas el secuestro de Gerez. Consultada por la prensa en la puerta de su casa, Praino dijo que esas sospechas deberá despejarlas la Justicia. "No nos vamos a poner en la posición de contestar y analizar este tipo de declaraciones. Que diga quien quiera lo que corresponde, nosotros nos hemos plantado en la Justicia", afirmó. El sábado, en declaraciones al diario La Nación, el ex comisario Luis Patti había dicho que a los autores del secuestro de Gerez había que buscarlos entre "los sectores oficialistas del partido de Escobar, con participación de funcionarios nacionales del oficialismo". En su testimonio ante la Justicia, Gerez dijo que reconoció la voz de Patti como la del represor que en 1972, durante la dictadura de Lanusse, ordenaba que le pusieran la picana "atrás de la oreja así se defeca". A Gerez se lo vio todo el tiempo contenido durante la conferencia de prensa que él insistió en convocar. No dio detalles de su cautiverio, no relató los tormentos a los que fue sometido. Según sus amigos, todavía no está en condiciones de contar con profundidad lo que vivió. Las secuelas de las 48 horas que pasó desaparecido se sumaron al recuerdo de aquella detención de 1972. "No puede dormir de noche. Sólo dos o tres horas, pero de día. La conmoción por la que todavía atraviesa el albañil quedó a la vista cuando quiso describir cómo estaba. "Estoy bastante emocionado", dijo cuando comenzó a hablar. "Estoy bien, estoy perfecto", se contradijo hacia el final. Había intentado explicar lo que para él significaba haber pasado dos veces por una detención ilegal, por la tortura, por la posibilidad de la muerte y la incertidumbre sobre el futuro. Aunque sin quebrarse, Gerez reconoció que estuvo en estado de shock luego de que sus raptores lo liberaran en Garín. "No estaba en condiciones buenas para saber quién era uno y quien era otro", reconoció. |
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