13-Febrero-2004

 

"Batlle llevó al país a un esteado de calamidad social" sostuvo
el diputado Raúl Sendic, de gira por Europa

"Uruguay debería necesitar ayuda humanitaria"

 

"Uruguay está en estado de calamidad social y debería solicitar ayuda humanitaria internacional", sostuvo el diputado del Frente Amplio y del Movimiento 26 de Marzo, Raúl Sendic, al resumir la situación social en el país en una charla ofrecida a uruguayos y latinoamericanos residentes en Malmö el pasado sábado, y pronosticó un triunfo de la izquierda en las elecciones nacionales de octubre próximo.

Sendic, de gira por Europa, se reunió con la capital sueca con parlamentarios de los partidos Socialdemócrata, del de Izquierda, Medio Ambiente y con miembros del Centro Internacional Olof Palme y del Foro Internacional de la Izquierda. También se reunió con uruguayos y latinoamericanos residentes en Estocolmo, en la Casa Uruguay, y en Malmö en la sede de Liberación.

El diputado de la coalición de izquierda, es presidente de la Comisión de Vivienda, Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial de la Cámara de Diputados de Uruguay e integrante de las comisiones de Industria y Especial sobre el Sistema Financiero, destacó las enormes posibilidades de triunfo de la izquierda en las elecciones nacionales de octubre próximo y subrayó el favorable contexto regional para el desarrollo de un gobierno progresista en el país.

Sendic, es el hijo mayor del ya desaparecido líder del grupo guerrillero Tupamaros Raúl Sendic Antonaccio, y desde 1999 diputado del Frente Amplio en representación del Movimiento 26 de Marzo (26M).
Al referirse a la situación económica y social en el país, el diputado del FA señaló que el gobierno del presidente Jorge Batlle ha hundido al país en la peor crisis de su historia y con un costo social que traerá graves consecuencias para el futuro del país. Explicó que tras la crisis económica provocada por los anteriores gobiernos, también de corte neoliberales, que liquidaron el aparato productivo, la situación se agravó con la crisis del sistema bancario de mediados del 2002.

La deuda externa supera en un 120% al PBI

Uruguay contaba en su sistema financiero con más de 15.000 millones de dólares, especialmente depósitos de residentes en el exterior, y sin ninguna capacidad para respaldar ese dinero, sostuvo Sendic que integró la Comisión Investigadora especial sobre la crisis bancaria. Dijo que grupos de familias, como los Peirano y los Rohm, se dedicaron a vaciar los bancos ante la pasividad y complicidad de las autoridades del país. Sostuvo que ante el vaciamiento de los bancos el Estado -encabezado por el entonces ministro de Economía, Alberto Bensión- se dedicó a aportar más dinero, unos 1.500 millones de dólares, con el argumento de que sólo el aporte de dinero podía salvar a los bancos. Mientras, los Peirano, Rohm y compañía, seguían derivando esos aportes a cuentas en bancos de paraísos fiscales caribeños.

Cuando en agosto del 2002, los bancos se encontraron sin poder pagar a sus clientes, el Estado volvió a inyectar otros 1.500 millones de dólares, obtenidos de préstamos de los organismos internacionales, sin lograr revertir la situación.

Sendic explicó que tras el cierre de los bancos Montevideo, Comercial, Pan de Azúcar, Galicia, y de Crédito, el gobierno debió solicitar otros 3.000 millones de dólares en préstamos para devolver los depósitos, a través de criterios muy injustos. Estos préstamos elevaron la deuda externa a niveles que superan el 120% del Producto Bruto Interno, estimado ahora en unos 12.000 millones de dólares, la mitad de lo estimado tres años antes.

A estos 3.000 millones se de le debe sumar otros 3.200 millones de dólares de depósitos no devueltos aún y reprogramados que el Estado debe hacer frente en el futuro. "Ahora no se le puede pedir préstamos al sistema financiero, lo único que tienen los bancos ahora son deudas".
"La actitud del gobierno ha sido la de tirar para adelante el problema y que paguen los gobiernos futuros", subrayó Sendic.

A esta crisis del sistema financiero, un sistema que apostó a la especulación y no a la producción, se le debe agregar la crisis del aparato productivo, totalmente desmantelado, insistió el diputado. "Se tuvo especial cuidado en desmantelar todo" y puso como ejemplo lo sucedido en la planta agroindustrial de ANCAP en El Espinillar, donde el gobierno vendió a Paraguay el sistema de riego y vendió a fundiciones los equipos industriales. Señaló también la situación de la producción azucarera en el norte del país, donde antes se plantaban unas 14.000 hectáreas de caña de azúcar, y ahora apenas se completan 2.000 hectáreas, sin que esa producción haya sido sustituida por otra.

60 personas por día a los asentamientos

Otro de los elementos destacados por Sendic fue el desmantelamiento del Estado, su achique y el abandono de gestión en áreas sociales y de producción, a través de dos vías. Señaló que si bien debido a la lucha popular se lograron detener importantes privatizaciones, en el sector telecomunicaciones y en la refinería de petróleo, los sucesivos gobiernos han ido realizando privatizaciones directas en algunos casos (la aerolínea estatal Pluna) o encubiertas mediante concesiones de obra u otro tipo de cesión, como las realizadas en el puerto de Montevideo, el principales aeropuerto del país, las carreteras, entre otras.

Otra de las medidas para achicar el Estado fue la suspensión de inversiones y gasto público, presciendo el Estado de asegurar las áreas sociales. Subrayó que las escuelas públicas funcionan gracias a las comisiones de fomento, y lo mismo sucede en los hospitales públicos -la gente debe hacer colas desde las 3 de la mañana para ser atendidos y faltan desde sábanas en las camas a platos y cubiertos para los internados, hasta medicamentos- donde algunas de las carencias son suplidas por el trabajo de las comisiones honorarias.

En este panorama destaca también el problema recreado de la deuda externa. Después de décadas de pagar entre 500 y 1000 millones por año en intereses de la deuda, la misma continuó creciendo y volvió a pegar un salto con los préstamos solicitados para sostener al sistema financiero. Deuda externa que supera el 120% del PBI, y que compromete no sólo la capacidad de pago de los próximos gobiernos, sino sus posibilidades de obtener crédito de los organismos internacionales. El país se encuentra hoy sin posibilidades de pagar su deuda externa, sostuvo Sendic, y destacó en ese sentido la actitud asumida hasta ahora por el presidente argentino, Néstor Kirchner.

Sendic se refirió también al oscuro y triste papel desempeñado por el presidente Jorge Batlle en secundar las políticas norteamericanas en intentar aislar al gobierno de Lula en Brasil, y torpedear al MERCOSUR.
Un último elemento destacado por el diputado sobre la situación del Uruguay, y que consideró más importante, es el impacto social que han tenido las políticas económicas aplicadas por los gobiernos de los partidosde derecha. Resaltó que en los últimos tres años, la crisis terminó por desestructurar el país y arrojó a miles de personas a la marginación. "Cada día 60 personas pasan a vivir en los asentamientos irregulares, expulsados de sus viviendas por no poder pagar", y subrayó el fenómeno de la infantilización de la pobreza, donde el 60% de los niños viven en hogares con necesidades básicas insastifechas. "Las futuras generaciones, los que serán los trabajadores, dirigentes, políticos, los que deben tomar decisiones, viven hoy sin poder satisfacer sus necesidades básicas".

Ejemplificó esta crisis en la muerte de niños por hambre en las periferias de las ciudades de la capital y el interior y la enorme desocupación que supera las cifras oficiales del 17%.
Triunfo del EP-FA

El diputado frenteamplista señaló que pese a este panorama desolador, que calificó de "estado de calamidad", existe la esperanza de un cambio próximo. "En octubre el Encuentro Progresista-Frente Amplio va a ganar las elecciones nacionales como ya las ganamos en 1999, donde nos arrebataron el triunfo con el balotaje". En ese sentido destacó que el pasado referéndum sobre la privatización de la refinería petrolera del Estado fue un ensayo de las elecciones. Allí la derecha lanzó una ofensiva, más que para defender la ley de privatización encubierta, contra la izquierda, explicó Sendic, y eso fue una muestra de la lucha y los recursos que emplearán, y contando a su favor con los grandes medios de comunicación social, empeñados en repitir los argumentos y mentiras de la derecha. Recordó que en plena crisis bancaria a mediados del 2002, elementos presumiblemente de los organismos de inteligencia de la policía se preocuparon de realizar un ensayo de desestabilización, al provocar rumores de saqueos, y enviar a los uniformados a atemorizar a los comerciantes anunciádoles bandas de saqueadores que partían de los barrios pobres. Los comercios cerraron sus puertas, la policía hizo desalojar el parlamento, y lo único que sucedió fue que un grupo de muchachos apedreó un supermercado, quizás producto de los rumores que la propia policía se encargó de divulgar.

Sendic dijo, que si bien las encuestas señalan ya un eventual triunfo de la izquierda en la primera vuelta electoral, la sensación de la posibilidad de la victoria está en la gente. Aunque cuestionó algunas de las resoluciones del reciente Congreso del Frente Amplio, como la falta de respaldo a buscar mecanismos que permitan revisar y derogar la ley de impunidad a los militares violadores de los derechos humanos, y la indefinición sobre los temas de la deuda externa, Sendic señaló que allí se trazaron sólo las grandes líneas de acción, y recordó que existen múltiples comisiones que estudian, analizan, y preparan propuestas para gobernar.

Rechazó de plano cualquier argumento de que la izquierda no está preparada para gobernar. "¿Quién estaba mejor preparado para gobernar que Batlle que desciende de una familia de presidentes de la república, y qué pasó?".

Finalmente subrayó que el entorno regional es favorable a un triunfo de la izquierda en Uruguay, con el gobierno de Lula en Brasil y con Argentina que busca tomar distancia de las políticas económicas que la llevaron a la crisis. Sendic afirmó que el mejor y mayor mercado para Uruguay está en la complementación con los países vecinos, y recordó que el presidente Batlle -siguiendo las posiciones norteamericanos de aislar al Brasil- ignoró un pedido del gobierno de Lula para abastecer de alimentos al programa "Hambre Cero". Recordó que Lula ofreció a los presidentes de la región, 1.000 millones de dólares para políticas agrícolas que le garantizaran alimentos. Uruguay lo ignoró pero Argentina aceptó el reto./R.D.