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Informe de Cuba al Secretario General sobre la resolución 57/11 de la Asamblea General de las Naciones Unidas |
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INTRODUCCIÓN Por más de cuarenta años, el pueblo cubano ha enfrentado el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de los Estados Unidos de América, una política de hostilidad de las más crueles, inhumanas y prolongadas a que se haya sometido a pueblo alguno en toda la historia de la civilización humana. Desde el triunfo mismo de la Revolución, cuando el pueblo de Cuba hizo realidad el disfrute de su derecho a la libre determinación, al destruir las bases del régimen neocolonial que mantenía Estados Unidos en la Isla, las autoridades de la potencia del Norte impusieron diversas sanciones económicas a Cuba con el objetivo reconocido de producir el hambre, la desesperación y el derrocamiento del gobierno , según señalara un documento oficial del Departamento de Estado fechado el 6 de abril de 1960. Suman ya diez las administraciones estadounidenses que a lo largo de estos cuarenta y cuatro años no han hecho más que profundizar y ampliar el complejo sistema de leyes y medidas que conforman el bloqueo establecido por el Gobierno norteamericano contra el pueblo de Cuba. Esta política ha causado y continúa infligiendo importantes afectaciones al bienestar material, psíquico y espiritual del pueblo cubano, imponiéndole graves obstáculos a su desarrollo económico, cultural y social. Baste recordar que seis de cada diez cubanos han nacido y vivido bajo el sistema de sanciones descrito que ha estado acompañado, además, de agresiones militares, guerra biológica, transmisiones ilegales de radio y televisión, actividades terroristas, planes de atentado contra sus principales dirigentes, aliento a la emigración ilegal y otros actos hostiles promovidos, financiados, apoyados o permitidos por varias administraciones estadounidenses. El objetivo principal del bloqueo no ha sido otro que el de imponer la asfixia económica y social a la nación cubana, al privarla de sus medios fundamentales de subsistencia. Las prohibiciones y restricciones impuestas por el bloqueo al pueblo cubano, carecen de todo fundamento legal, moral y ético. Conforme a lo dispuesto en el Inciso (c) del Artículo II de la Convención de Ginebra para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio , del 9 de diciembre de 1948, el bloqueo impuesto por el Gobierno estadounidense contra Cuba califica como un acto de genocidio y, por consiguiente, constituye un delito de Derecho Internacional. El actual Gobierno republicano del Presidente George W. Bush ha recrudecido a niveles sin precedentes las medidas y prohibiciones del bloqueo contra Cuba. Sus acciones se enmarcan de modo coherente en la tradicional política de la ultraderecha norteamericana y los sectores más extremistas y violentos de la emigración cubana en los Estados Unidos, dirigida a socavar la existencia misma de la nación cubana. Cabe recordar, en este contexto, que las apetencias de los Estados Unidos de América sobre Cuba no son nuevas. Ya desde los albores mismos del surgimiento de la Unión Americana, comenzaron a realizarse esfuerzos por anexar a Cuba mediante la compra, la cesión e incluso la fuerza armada, que se sustentaron en políticas como la Doctrina Monroe o la tesis de la fruta madura, preludiando ya, desde tan lejana época, lo que sería el basamento mismo del intervencionismo y unilateralismo que caracterizan a los Estados Unidos en la etapa actual. Así, luego de la intervención norteamericana en 1898, cuatro años después surgiría la República de Cuba, lastrada por una enmienda constitucional que, para todo fin práctico, convertía a Cuba en una colonia de su vecino norteño, situación que prevaleció hasta 1959, en que triunfara la Revolución Cubana. Al recrudecer el bloqueo, el actual Presidente norteamericano ha reciprocado el decisivo favor que le hiciera la mafia terrorista cubanoamericana de Miami vale recordar el papel protagónico de ésta en el fraude que le permitió a George W. Bush usurpar la presidencia del país en las elecciones del 2000 compuesta por políticos corruptos que lucraban hasta el año 1959 con el hambre y la sangre del pueblo cubano, por connotados torturadores y asesinos que llevaron la muerte a más de 20 mil cubanos, por probados ladrones del erario público y toda la escoria humana que servía de soporte a la dictadura batistiana y al control neocolonial que ejercía Estados Unidos sobre Cuba, así como por sus seguidores y herederos, y por todos los que han promovido, financiado y seguido ejecutando los más criminales actos de terrorismo contra el pueblo cubano en estos últimos cuarenta y cuatro años. La pretensión del actual Gobierno de los Estados Unidos de imponer al mundo su voluntad como única norma aplicable, pisoteando el Derecho Internacional y recurriendo para ello de manera indiscriminada e ilegal a la amenaza y al uso de la fuerza, ha representado un grave estímulo a los planes de agresión contra Cuba, incluso mediante la vía militar. Conociendo perfectamente su incapacidad para socavar el apoyo inclaudicable del pueblo cubano a su Revolución, la mafia terrorista de origen cubano de Miami, importantes personeros y halcones militaristas dentro de la reaccionaria administración republicana que gobierna Estados Unidos y por supuesto, los mercenarios pagados por ambos dentro de la Isla, ponen su esperanza en la idea siniestra de provocar una agresión armada de los Estados Unidos contra Cuba. Así, Cuba es mantenida sin justificación alguna en la lista que ilegítimamente elabora el Departamento de Estado norteamericano de países que supuestamente estarían promoviendo o protegiendo el terrorismo en el mundo. Aún más, algunos funcionarios de la Administración Bush han reiterado la falsa acusación acerca de una supuesta capacidad de producción de armas biológicas por parte de Cuba. Por otra parte, el gobierno estadounidense - el mismo que se ha arrogado el derecho de coartar la libre determinación de cualquier pueblo en el mundo con sus llamadas guerras preventivas y mantiene en un limbo jurídico y en condiciones infrahumanas a miles de personas en la Base Naval de Guantánamo y en su territorio continental - año tras año impone mediante el chantaje y la coerción, una resolución que manipula el tema de los derechos humanos, con el objetivo de fabricar un ilegítimo asidero a su política de hostilidad contra Cuba. En este mismo contexto, los Acuerdos Migratorios firmados entre ambas naciones en 1994 han sido objeto de especial ataque por parte de los enemigos de una normalización de las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba. El propósito fundamental es el de poner fin al flujo migratorio ordenado establecido en dichos acuerdos y, así, forzar una emigración ilegal masiva desde la Isla, a partir de las difíciles condiciones que impone el bloqueo al pueblo cubano y del estímulo a la emigración ilegal que establece la absurda y asesina Ley de Ajuste Cubano , que de manera excepcional y única en la historia, estipula garantías y derechos especiales, incluso de residencia, a los cubanos que arriban ilegalmente al territorio de los Estados Unidos. Ello contrasta con las cacerías humanas, los maltratos físicos y morales, los encarcelamientos y expulsiones que se deparan a millones de ciudadanos de otros países que llegan de igual manera al territorio de la superpotencia. La respuesta del Gobierno de los Estados Unidos a la adopción de la resolución 57/11 de la Asamblea General, que contó con el voto a favor de 173 Estados para exigir al gobierno norteamericano poner fin a su política de bloqueo a Cuba, no ha sido otra que la profundización de sus ilegales sanciones a la Isla. ¿Podría acaso la comunidad internacional permitir que tan grave afrenta al multilateralismo, al Derecho Internacional y a los principios éticos y morales que guían las relaciones internacionales quede sin respuesta? Cuba reivindica un orden internacional en el que el respeto al Derecho Internacional rija para todos por igual, como paradigma irrenunciable de la convivencia pacífica y la justicia en el planeta. Con la razón que le acompaña y una sólida unidad forjada en su batalla histórica por el pleno ejercicio de su soberanía, Cuba sabrá resistir y vencer frente a los intentos de Estados Unidos de rendir su férrea voluntad de independencia mediante el hambre, las enfermedades y los más disímiles escollos a su bienestar y progreso económico y social. La información que se recoge en este informe, y que es solo una parte de lo que se puede decir públicamente, incluye ejemplos contundentes y datos detallados de las afectaciones causadas por el bloqueo al pueblo cubano, profundizando en las incidencias más recientes. 1. EL BLOQUEO ESTADOUNIDENSE CONTRA CUBA:IMPLANTACIÓN, APLICACIÓN Y FORTALECIMIENTO. Toda consideración de la política del bloqueo debe realizarse desde una óptica histórica, pues solo así podrán tomarse en cuenta los graves desafíos enfrentados por la nación cubana por más de dos siglos. Nunca un país se ha visto sometido de manera tan continuada y permanente al peligro que representa un vecino tan poderoso y que históricamente ha pretendido dominarlo y anexarlo. La historia no ha dejado espacio a la duda acerca de las intenciones reales de la política de los Estados Unidos hacia Cuba, especialmente después del triunfo de la Revolución Cubana en 1959. En su afán de destruir el sistema político, económico y social establecido por el pueblo cubano con su Revolución -sostenido, consolidado y desarrollado por la firme y abrumadoramente mayoritaria voluntad soberana del pueblo- la aplicación de sanciones económicas ha sido una pieza clave de la política de hostilidad y agresión de los Estados Unidos contra Cuba. Estudios preliminares dan fe de que las afectaciones a Cuba por la aplicación de esta política genocida podrían superar ya los 72 mil millones de dólares. Esta cifra, aún conservadora, no incluye los más de 54 mil millones de dólares imputables a daños directos ocasionados a objetivos económicos y sociales del país por los sabotajes y acciones terroristas estimuladas, organizadas y financiadas desde los Estados Unidos. La absoluta falsedad de las muy diversas excusas, que por más de cuatro décadas han empleado las sucesivas administraciones norteamericanas para intentar justificar la imposición de una guerra económica y política contra Cuba, ha quedado demostrada en los propios documentos oficiales estadounidenses desclasificados en 1991 . En estos aparecen testimonios y pruebas irrefutables de que esa hostilidad antecedió a cualquier medida adoptada por el Gobierno Revolucionario a partir de 1959. La guerra económica contra Cuba comenzó mucho antes de que el bloqueo fuera formalmente establecido por una orden ejecutiva del Presidente de los Estados Unidos. Su carácter extraterritorial, que se institucionalizó con la Ley Torricelli de 1992, afectó siempre el comercio, las relaciones financieras y las inversiones no sólo entre ambos países, sino de Cuba con terceros. El bloqueo privó de forma abrupta y drástica a Cuba de todo vínculo con Estados Unidos, nuestro más cercano mercado, donde se realizaba históricamente la mayor parte del comercio exterior cubano y al cual estábamos vinculados tecnológicamente. Cuba tuvo entonces que reorientar sus vínculos económicos, buscando en regiones lejanas fuentes de suministros y nuevos mercados para sus exportaciones. Todo esto implicó enormes gastos en transportes y fletes y el sobredimensionamiento de inventarios y reservas, con un elevado costo de inmovilización de recursos. Los problemas que enfrentaba la economía cubana debido al bloqueo se vieron acrecentados cuando, luego del proceso de desintegración del sistema de cooperación económico socialista y de la propia Unión Soviética, Cuba sufrió nuevamente la desarticulación de sus relaciones con sus antiguos socios comerciales: la URSS y los países de Europa del Este. Estados Unidos consideró, entonces, que era el momento indicado para asestarle el golpe final a la Revolución Cubana. Así, en 1992 se aprueba la Ley Torricelli, que cortó abruptamente el comercio de medicinas y alimentos que Cuba mantenía con subsidiarias de compañías estadounidenses asentadas fuera del territorio norteamericano, y estableció severas prohibiciones contra la navegación marítima desde y hacia Cuba. Sin embargo, insatisfechos aún por no haber logrado el colapso del sistema económico y político del país, en 1996 se adopta la Ley Helms-Burton . Esta última, confirió jerarquía de ley a todas las prohibiciones del bloqueo e intentó impedir la inversión extranjera en Cuba, a la par que institucionalizó la subversión, financiada y dirigida por el Gobierno de los Estados Unidos, como método para quebrar la voluntad independentista del pueblo cubano. Este marco legislativo, que extiende su acción contra toda la comunidad internacional, ha sido complementado con ulteriores disposiciones y medidas para recrudecer el bloqueo. El declarado irrespeto a las normas del Derecho Internacional por parte del gobierno de los Estados Unidos, no concluyó con la promulgación de la Ley Helms-Burton en 1996. En franca violación de la legislación y los compromisos de Estados Unidos en materia de propiedad intelectual y, del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el comercio (ADPIC), se aprobó la Sección 211 de la Ley Ómnibus de Asignaciones Presupuestarias para el año 1999. A resultas de la Sección 211, se intenta escamotear la marca de ron cubano Havana Club a sus legítimos propietarios, con el objetivo de otorgar la comercialización del producto, primero en los Estados Unidos y después en terceros países, a espurios e ilegales reclamantes. Tal como fuera denunciado en el informe que Cuba presentó el pasado año, contenido en el documento A/57/264, el fraudulento arribo al poder en los Estados Unidos de la Administración de Presidente George W. Bush, ha impuesto un recrudecimiento de la retórica anticubana y un mayor apoyo a las organizaciones extremistas y terroristas de origen cubano en el Estado de la Florida, con las que el actual inquilino de la Casa Blanca tiene deudas electorales. Su vínculo con estos grupos, cuyas acciones terroristas y pro-anexionistas son bien conocidas, ha estimulado el endurecimiento de la política de bloqueo contra el pueblo cubano. Si a lo largo de más de cuatro décadas las sanciones y restricciones económicas han estado acompañadas de iniciativas para crear, financiar y dirigir la subversión interna en la Isla, es esta Administración la que ha elevado a niveles inéditos su apoyo abierto a la subversión del orden constitucional cubano. De esta manera, se ha venido utilizando a la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, para proveer de medios y financiamiento e impartir instrucciones a grupos de mercenarios pagados por y al servicio de la superpotencia, con el fin de que ejerzan su labor subversiva y pro-anexionista en Cuba, en franca violación y desafío de la institucionalidad cubana y de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas. A lo anterior se añade la decisión del Presidente George W. Bush de designar y promover a funcionarios con una connotada posición anticubana, a cargos claves en el gobierno de Estados Unidos. El discurso siempre amenazante del Presidente Bush y de estos funcionarios respecto a Cuba, es una clara evidencia de los peligros que enfrenta el pueblo cubano. Algunos entre ellos han aclarado que la agresión militar contra Cuba no está definitivamente descartada. El aumento de la escalada propagandística anticubana y la violación por Estados Unidos de los acuerdos bilaterales en materia migratoria, que entre otros graves aspectos incluye una drástica reducción del otorgamiento de visas tanto a emigrantes, como a visitantes temporales procedentes de nuestro país, tienen el objetivo de generar una crisis migratoria que ofrezca el pretexto para intervenir en Cuba. El pasado 26 de marzo el Secretario de Estado, Colin Powell, anunció el otorgamiento de importantes fondos federales para apoyar las ilegales transmisiones de radio y televisión contra Cuba, lo que contradice las reglamentaciones establecidas por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT). La violación de nuestro espacio radioelectrónico, con más de 2 200 horas semanales de transmisiones hacia Cuba, tiene como objetivo estimular la subversión interna, los planes de sabotaje, la emigración ilegal, y difundir las más insólitas mentiras y patrañas contra nuestro país. Como parte de los compromisos asumidos por la Administración Bush con la mafia cubano-americana de Miami, el pasado 20 de mayo, en una clara escalada en la agresión radioelectrónica, la emisora de radio creada y operada por el Gobierno estadounidense con el objetivo de promover la subversión en Cuba, pérfida y ultrajantemente bautizada con el nombre de José Martí, transmitió en cuatro nuevas frecuencias. Con esta agresión se provocaron interferencias a las transmisiones radiales cubanas. En horas de la tarde del mismo día, la señal televisiva transmitida con iguales propósitos hacia Cuba por los servicios oficiales de propaganda norteamericanos, salió al aire de seis a diez de la noche, transmitiendo desde una aeronave de las fuerzas armadas de los Estados Unidos, y utilizando canales y sistemas asignados legalmente a estaciones cubanas de televisión e inscritas debidamente en la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), lo que afectó severamente servicios de televisión cubanos, en particular programas educativos y culturales. Anteriormente, el 24 de marzo, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) Estas nuevas regulaciones se añaden al recrudecimiento de las sanciones a los ciudadanos estadounidenses que viajan a Cuba. Uno de los casos más divulgados ha sido el de la anciana Joan Slote trabajadora jubilada del sector de la salud, quien hace dos años viajó a Cuba por ocho días. ¿Cuál fue el grave delito de esta señora de 74 años? Ir de excursión a Cuba y recorrer parte de la Isla en bicicleta. Por esta gravísima violación de las regulaciones del bloqueo, le fue impuesta una multa de 8 500 dólares. ¿Cómo se explica, por otra parte, que más de 10 pacientes estadounidenses que el pasado año 2002 solicitaron viajar a Cuba para recibir los servicios de ozonoterapia en una institución cubana de gran prestigio científico, no pudieron visitar el país y beneficiarse de estos tratamientos como resultado de la política de bloqueo? ¿Tiene acaso algún sentido esta política? Finalmente cabe recordar, que Cuba es el único país vedado, por ley, a los ciudadanos norteamericanos. Por su parte, las ventas de alimentos a Cuba, solo autorizadas recientemente, están sometidas a complejos procedimientos y normas que dificultan enormemente su realización. Las empresas estadounidenses deben realizar engorrosos trámites burocráticos para obtener la licencia que las autorice a vencer sus productos a Cuba. Asimismo, nuestro país debe efectuar las compras en efectivo; sin posibilidad de créditos financieros, ni siquiera privado; a través de bancos ubicados en terceros países; y en otras monedas, con las consiguientes pérdidas en las operaciones bancarias. A ello se suma el hecho de que nuestro país no puede efectuar ningún tipo de venta a empresarios estadounidenses interesados en la compra de productos cubanos y por lo tanto, se excluye la posibilidad de crear fuentes de ingresos que permitirían ampliar las operaciones. Por último, no es posible concebir el comercio entre dos Estados soberanos, sin que exista entre ambos un régimen normal de relaciones inter-empresariales, que permita la negociación, flujos financieros regulares, el transporte aéreo y marítimo, el beneficio de fórmulas habituales de apoyo al comercio exterior y el imprescindible acceso a créditos. El gobierno de los Estados Unidos, valiéndose de sus poderosos medios de comunicación, trata de imponer a la opinión pública nacional y extranjera, una imagen demoníaca del sistema político, económico y social que libremente, y por abrumadora mayoría, ha elegido para sí el pueblo de Cuba. Sin embargo, impone al mismo tiempo el silencio sobre el rechazo de la comunidad internacional a la política genocida de bloqueo, que han sufrido varias generaciones de cubanos. Lejos de atender al reclamo de la comunidad internacional y de un creciente grupo de sectores de la propia sociedad estadounidense, incluyendo legisladores republicanos y demócratas de ambas cámaras del Congreso, de realizar un cambio en la política hacia Cuba, la actual Administración no solo ha endurecido su discurso haciéndolo más confrontacional, sino que ha continuado incrementando las medidas y acciones para recrudecer aún más el bloqueo a la nación cubana. Sin embargo, son cada día más las voces que se unen al rechazo de la política de bloqueo a Cuba. La visita, en el primer trimestre del 2003, de 13 Congresistas estadounidenses a nuestro país, y la introducción en el Congreso de seis iniciativas que favorecen el levantamiento del régimen de sanciones, constituye un ejemplo palpable del creciente rechazo de importantes sectores de la sociedad norteamericana a la actual política de su Gobierno contra Cuba. La aplicación sostenida de esta política agresiva por parte del Gobierno de los Estados Unidos, y la creciente hostilidad desplegada por la actual Administración contra el pueblo cubano, son pruebas irrebatibles del total desprecio de las principales autoridades de la superpotencia por el Derecho Internacional y los propósitos y principios contenidos en la Carta de las Naciones Unidas. En momentos en que se ciernen sobre el mundo amenazas de guerra, y en que la potencia más poderosa de la historia intenta imponer una tiranía nazi-fascista a nivel mundial, el pueblo cubano continuará denunciando la política genocida de bloqueo, y con igual entereza y decisión, defenderá los logros y conquistas alcanzados en su proceso de profundas transformaciones revolucionarias. 2. LA EXTRATERRITORIALIDAD EN LA POLÍTICA DE BLOQUEO.Se requiere un breve recuento de las principales legislaciones que sustentan la aplicación extraterritorial de la política de bloqueo, para comprender la inmoralidad y la ilegalidad del mensaje de Estados Unidos cuando califica al bloqueo como una cuestión bilateral entre ambos países. En 1992, como consecuencia del triunfalismo existente en los Estados Unidos tras su victoria estratégica en la llamada Guerra Fría, primaba en los círculos imperialistas de ese país la percepción de que había llegado el momento de destruir a la Revolución Cubana. Con ese fin, se aprobó la denominada Ley para la Democracia Cubana, conocida como Ley Torricelli. En el año en que se firma la Ley Torricelli, Cuba adquiría por vía de compañías subsidiarias extranjeras o afiliadas a empresas norteamericanas, productos vitales como medicinas y alimentos. En 1991, el volumen de intercambio con subsidiarias ascendía a 718 millones de dólares. De ellos, el 91% constituían alimentos y medicinas. Este comercio fue eliminado drásticamente como resultado de la mencionada ley. En virtud de la referida legislación, se prohibió la entrada a puertos estadounidenses por un período de 180 días, de buques, cualquiera fuera su nacionalidad o bandera, que tocaran puerto cubano o transportaran mercancías a/o por cuenta de Cuba, bajo amenaza de incluirlos en una lista negra, en franca violación de las más elementales normas de la libertad de comercio y navegación, establecidas por el Derecho Internacional, los acuerdos internacionales y las disposiciones de las Naciones Unidas en la materia. Como si no fuera suficiente el menosprecio y la violación del Derecho Internacional, en 1996 Estados Unidos adopta la llamada Ley Helms-Burton, dirigida no sólo a impedir el comercio de Cuba con el resto del mundo, sino también a frenar el incipiente proceso de inversión extranjera en forma de capitales, tecnología y mercados. Con esta Ley, los Estados Unidos se arrogan el derecho de decidir, oficial y públicamente, sobre los asuntos que se suponen sean atributos de la soberanía de otros Estados. Por demás, esta ley indica al Secretario de Estado excluir de los Estados Unidos a los funcionarios y directivos de las compañías que violen el férreo bloqueo contra Cuba, impidiendo su libre entrada a territorio estadounidense, y obligando al Secretario a compilar una lista de personas excluibles. Si bien ambas leyes intensificaron y agravaron esa inaceptable violación del Derecho Internacional, al imprimirle el sello parlamentario y la sanción presidencial, las disposiciones que las antecedieron y su aplicación práctica, siempre implicaron transgresiones a la soberanía de otras naciones. El Gobierno de los Estados Unidos ha aplicado de modo extraterritorial su legislación, en menosprecio de los legítimos intereses de terceros países de invertir y desarrollar relaciones económicas y comerciales normales con Cuba. Ha desatado una persecución a cualquier empresa y su personal, que establezca, o simplemente se proponga establecer relaciones económicas, comerciales o científico-técnicas con Cuba. No existe ningún sector de la economía cubana que no se haya visto afectado por los efectos extraterritoriales de esta política. De los 685 millones de dólares de afectaciones al comercio exterior cubano en el año 2002, como consecuencia del bloqueo, 178.2 millones de dólares, el 26%, son el resultado directo del efecto extraterritorial del mismo. Existen suficientes ejemplos que demuestran la continuidad de esta política, que no conoce de excepciones, tan siquiera entre los más cercanos aliados de Estados Unidos. Algunos son los siguientes: - Como parte del procedimiento habitual de operaciones bancarias de la recaudación consular, la Embajada de Cuba en el Reino Unido intentó cobrar en el Banco Citibank N.A., un cheque por valor de 30 mil libras esterlinas, emitido por la Agencia First Choice Hollidays, por concepto de venta de tarjetas turísticas. Desde hace varios años la mencionada agencia realiza compras de estas tarjetas y siempre ha pagado a través de cheques del Citibank, los cuales han sido cobrados sin dificultades por la entidad cubana. Sin embargo, en noviembre del 2002 el cheque fue devuelto. El Citibank alegó la imposibilidad de honrarlo, debido a las sanciones de Estados Unidos contra Cuba. La agencia de viajes quedó sorprendida por la actitud de su banco y procedió a girar otro cheque contra un banco británico, el cual fue cobrado sin dificultad. El Citibank N.A., de Londres, es una filial de un banco estadounidense y este acto es, según alega el Citibank por escrito, resultado directo del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, extendido a las sucursales o bancos en el extranjero. - En febrero del 2003, la compañía británica ITS Caleb Brett, que por más de 25 años había prestado servicios a la empresa cubana Servicios Internacionales de Supervisión CUBACONTROL S.A., decidió suspender toda relación con Cuba, acatando las Regulaciones para el Control de Activos Cubanos, del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. ITS Caleb Brett circuló instrucciones a todas sus oficinas territoriales en el mundo de no atender las solicitudes de Cuba, ni brindar sus servicios a cualquier carga destinada o proveniente de la Isla. Ante esta situación, la empresa cubana procedió a sustituir sus servicios por los de otras empresas de supervisión. - El 7 de octubre del 2002, la compañía cubana Aerocaribbean se vió precisada a retirar de la comercialización una aeronave Boeing 737, arrendada a la compañía chilena Skyservice y trasladarla hacia Chile, lugar de matrícula. La premura de este retiro se debió a que la citada compañía canceló el contrato, como consecuencia de la presión del Gobierno estadounidense. Esto se comprobó en la comunicación enviada por la Boeing, donde se expresaba que por decisiones del Gobierno norteamericano, se encontraba impedida de proveer productos, servicios y cualquier otro medio de apoyo a Skyservice, dadas sus operaciones charter a Cuba. Por esta razón, además de otras afectaciones, la compañía cubana perdió alrededor de 1 millón de dólares, por concepto de incumplimiento de contratos suscritos con terceros y cancelación de negociaciones para establecer vuelos charters. - En franca aplicación extraterritorial de la política de bloqueo contra Cuba, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, de manera arbitraria, mantiene una lista de nacionales especialmente designados de Cuba. En ella figura la compañía japonesa Kyoei International que mantiene amplias relaciones con Cuba. Esta acción, que persigue el evidente fin de amedrentar a otras empresas, ha traído por resultado que las compañías Toyota y Mitsubishi, no acepten realizar ofertas directas a Cuba para no correr igual suerte que Kyoei, y no afectar sus relaciones con el mercado estadounidense. - A principios del mes de febrero del 2003 se publicó una información en el Fairplay Daily News, en Internet, anunciando que Ceres Terminals, Inc., compañía estadounidense que opera la terminal de contenedores Fairview Cove, en Halifax, Canadá, declinó cotizar el costo de estiba a la naviera italiana Costas, debido a que la línea toca el puerto de La Habana. Según plantearon, esta acción respondía a la asesoría de sus abogados, ya que temían eventuales problemas con Washington a causa de la presencia de contenedores cargados en el puerto de La Habana. - A inicios del 2003, las negociaciones para la compra de envases de compotas para los niños cubanos se frustraron debido al temor del proveedor extranjero de verse expuesto a sanciones bajo la Ley Helms-Burton. La búsqueda de un nuevo proveedor provocó una demora considerable en la contratación y posterior adquisición del producto, con la consecuente afectación para la industria cubana. - El 23 de marzo del 2003, se embarcó desde La Habana un contenedor con 1 894 cajas de jugos de la marca Tropical Island, producido por la empresa cubana Río Zaza, con destino a la compañía japonesa ASHU-4, travesía en la que se preveía una escala en un puerto intermedio. Por decisión de un especialista de la compañía naviera de ahorrar cinco días en la travesía, se realizó la escala en un puerto de Los Angeles, EE.UU., lo que propició que por presión de las autoridades federales norteamericanas, se incautara el contenedor, alegando las restricciones que impone el bloqueo. Este hecho prueba hasta que punto de irracional y ridículo, puede llegar la política de bloqueo. Estados Unidos, autoproclamado como campeón del libre comercio en el mundo, es el mismo que pretende, como una condición sine qua non, que el mundo participe del bloqueo a Cuba, violando las normas más elementales del libre comercio. 3. AFECTACIONES EN LA ESFERA DE LA SALUD, LA ALIMENTACIÓN, LA EDUCACIÓN Y LA CULTURA.Durante más de cuarenta años, y desde el mismo comienzo de la política genocida de bloqueo, el Sistema Nacional de Salud y Educación y la realización del derecho a la alimentación del pueblo cubano, han sido objetivos priorizados de las agresiones norteamericanas. De estos ataques no ha estado exento el desarrollo cultural de la población, sector que por su valor patrimonial para cada pueblo y para la humanidad, ha sido generalmente respetado hasta en los más brutales conflictos armados en la historia de la civilización humana. Las acciones dirigidas a crear condiciones que promuevan el hambre y las enfermedades, y con ello socavar el apoyo popular a la Revolución Cubana, han figurado permanentemente en los planes y programas concretos de la guerra sucia contra Cuba. 3.1 SALUD. Son ampliamente conocidos el esfuerzo y los programas realizados en Cuba para disponer de un sistema de salud gratuito, de cobertura universal, moderno y eficiente, que brinde a su población un elevado nivel de protección y larga expectativa de vida. A pesar de las dificultades en el orden económico, se ha mantenido una atención priorizada a este sector, incluyendo el desarrollo de un sistema de atención que cubre a todo el país y que ha hecho posible alcanzar y sostener importantes logros en esta esfera. Sin embargo, los servicios de salud cubanos han estado continuamente amenazados por la política de bloqueo de los Estados Unidos. Las restricciones impuestas a la adquisición de suministros y tecnologías médicas de procedencia norteamericana para su empleo en el Sistema Nacional de Salud, las afectaciones a la asistencia médica que ello representa y el impedimento al acceso a la información científica médica avanzada, han causado considerables perjuicios a los servicios de la salud pública cubana. Por no poderse adquirir los medicamentos o equipos necesarios, los médicos cubanos se han visto imposibilitados, en ocasiones, de salvar una vida humana o calmar un padecimiento, con el consecuente daño físico y psicológico sobre los pacientes, sus familiares y los propios profesionales de la medicina. - Un ejemplo de actualidad está relacionado con la Neumonía Atípica (SARS). El Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí no ha podido obtener el kit de la firma VITRO GEN para la detección del coronavirus causante de esta enfermedad. Por consiguiente, otros medios de diagnóstico se han tenido que adquirir a través de terceros, a precios muy superiores. - Las empresas productoras de equipos y reactivos para el diagnóstico son, en el 70% de los casos, de propiedad norteamericana. Como consecuencia de ello, los insumos necesarios para el trabajo de los laboratorios clínicos deben ser importados del mercado europeo, a un precio muy superior. Por solo citar un ejemplo, las empresas Beckman-Coulter, Dade-Behring, Abbot y Bayer, no permiten la venta de sus tecnologías a Cuba, algunas de ellas únicas de su tipo en el mundo. - Las afectaciones en la disponibilidad de medicamentos, material gastable y piezas de repuesto para los equipos, sobre todo aquellos destinados a la atención de pacientes en los servicios de urgencias, unidades de terapia, unidades quirúrgicas, y otros servicios tanto de adultos como de infantes, han provocado que las condiciones en que el personal médico realiza sus actividades de atención sean en extremo difíciles. Solo el gran esfuerzo, la entrega al trabajo y la preparación científica del personal de salud cubano, ha podido mantener e incluso mejorar muchos de los indicadores en la atención a los pacientes. - La atención al niño con cáncer es una de las áreas más sensiblemente afectadas por las medidas del bloqueo: · La compra de los citostáticos, medicamentos vitales en la supervivencia de estos niños, se ha visto seriamente dañada debido a que las transnacionales estadounidenses han comprado laboratorios farmacéuticos que tenían contratos con Cuba. - Igualmente, se ha afectado el programa de salud creado para la atención de los niños que necesitan de transplantes, al no poder adquirirse la tecnología adecuada para ello. La lucha por la vida de los niños que necesitan someterse a estas riesgosas intervenciones quirúrgicas, ha requerido, en muchos casos, su traslado a otros países, con el elevadísimo costo financiero que esto significa, además de las molestias que ocasiona a los familiares. - La calidad en la atención médica de los niños discapacitados ha estado limitada por la escasez de medicamentos tales como corticoides, antibióticos de tercera generación, antioxidantes y bolsas urinarias infantiles, que se venden a menor precio en el mercado norteamericano, al cual Cuba en la práctica no tiene acceso. - Las limitaciones en la esfera epidemiológica se extienden, incluso, a la colaboración entre instituciones científicas de los Estados Unidos y Cuba. Por ejemplo, en fecha reciente fue rechazado un proyecto para el estudio del rotavirus, que sería financiado por centros científicos estadounidenses. El rotavirus produce una enfermedad infantil severa de tipo diarreico, que causa la muerte de muchos niños, principalmente en los países del Tercer Mundo. Este estudio hubiera permitido conocer la magnitud de la rotación del rotavirus en Cuba, elemento esencial para la obtención de una futura vacuna contra el virus, la cual tendría un alto impacto en la prevención de la mortalidad por diarrea en los niños a escala global. - El Dr. Roberto Fernández, Jefe del Departamento de Bioseguridad del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, solicitó a una importante compañía estadounidense un catálogo de bioseguridad para esa institución lo que constituye una práctica habitual de los centros científicos en todo el mundo para obtener información actualizada sobre las ofertas en el mercado mundial. El Dr. Fernández solo recibió un fax de la mencionada compañía en que se indicaba la imposibilidad de enviarle el catálogo, dadas las prohibiciones impuestas por el Departamento de Estado norteamericano. - Otra esfera que incide directamente en la salud de la población es la del suministro y cloración del agua para el consumo humano. Hasta el momento, no se han podido identificar suministradores de piezas de repuesto para equipos de cloración del agua procedentes de las firmas norteamericanas Wallace & Tiernan, y Capitol. Dada la imposibilidad de comprarlas directamente a los suministradores, se han identificado posibles vendedores en terceros países cuya oferta es 60 mil dólares superior a lo que habría costado en los Estados Unidos. - De la criminal aplicación de la política de bloqueo contra Cuba, no escapan las actividades de las organizaciones no gubernamentales norteamericanas. Este es el caso de la ONG Disarm Education Fund, a la que se le prohibió el envío a Cuba de una donación de medicamentos, hasta tanto no se sacaran del cargamento dos antibióticos que, entre otras funciones, se utilizan para tratar a pacientes infectados con ántrax: CIPRO y DOXYCYCLIN. Las autoridades norteamericanas argumentaron razones de seguridad nacional para tomar tal decisión. - Con fecha 10 de abril del 2003, el Departamento de Comercio norteamericano, informó su decisión definitiva de denegar una licencia de exportación a USA/Cuba InfoMed , organización no gubernamental humanitaria radicada en California, que pretendía, como en ocasiones precedentes, donar 423 computadoras a instituciones de salud en Cuba, que serían instaladas en los hospitales y policlínicos cubanos para apoyar la red de diagnóstico e informaciones médicas. En esta oportunidad, las computadoras estaban destinadas al Instituto de Nefrología y a la red nacional de atención a enfermedades renales, para facilitar un estudio epidemiológico para la prevención de enfermedades renales crónicas. También eran destinatarios el Cardiocentro del Hospital Pediátrico William Soler, la red cardiopediátrica nacional y la Escuela Latinoamericana de Ciencias médicas, donde estudian más de 7 mil jóvenes provenientes de familias humildes de América Latina, el Caribe, los Estados Unidos y África. Estas computadoras eran similares a otras donadas anteriormente y con capacidad de procesamiento igual a equipos que pueden ser adquiridos en cualquier tienda minorista de los Estados Unidos. Según argumenta la carta que deniega la licencia, Los Departamentos de Comercio, Estado y Defensa de los Estados Unidos han llegado a la conclusión de que esta exportación sería perjudicial a los intereses de política exterior de los Estados Unidos. El Gobierno de los Estados Unidos ha revisado su carta de impugnación& y mantiene su decisión de denegar esta solicitud debido a los altos niveles de capacidad de procesamiento de las computadoras solicitadas y el riesgo de su desvío para usos y usuarios no autorizados. 3.2 ALIMENTACIÓN.Uno de los objetivos priorizados de la guerra económica del Gobierno de los Estados Unidos contra Cuba, ha sido el sector de la alimentación. Generar las condiciones que provoquen el hambre y la desesperación, califica, en virtud del Derecho Internacional, como un delito de genocidio y una violación del derecho a la alimentación del pueblo cubano. Las medidas de bloqueo afectan las importaciones de productos alimenticios con destino a la población cubana, tanto para el consumo directo de las familias, como para el consumo social en escuelas, hogares de ancianos, hospitales, círculos infantiles, e inciden directamente en el nivel nutricional de la población, y en consecuencia, en su salud. Las prohibiciones impuestas por el Gobierno de los Estados Unidos a la exportación de productos alimentarios a dicho país, provocaron pérdidas para Cuba por un valor de 114 millones de dólares en el año 2002. El hecho de que las transacciones se realicen en una sola dirección, impide también la utilización racional y eficiente de la transportación, al tener que regresar en lastre los buques. Esto sucede incluso cuando el siguiente destino del buque no es Estados Unidos. Ejemplo de ello es el caso de las cargas a granel que podrían registrar un ahorro aproximado del 36% en los costos de transportación. Actualmente se realizan erogaciones del orden de 15.50 dólares por tonelada métrica por concepto de flete, cuando la cifra pudiera reducirse a aproximadamente unos 10.00 dólares, si los barcos pudieran tomar cargas de retorno hacia los Estados Unidos. El régimen de disparidades comerciales corroborado en la llamada Ley de Reforma de Sanciones Comerciales y para el Incremento de las Exportaciones de Estados Unidos, de octubre del 2000, si bien ha permitido la venta controlada de alimentos a Cuba, es una muestra fehaciente de que el bloqueo, lejos de eliminarse, mantiene su vigencia, inclusive por el rigor con que se aplican restricciones adicionales a las ya refrendadas en leyes anteriores. Ante esta realidad, y a pesar de las dificultades y limitaciones que han regido este comercio unidireccional, la compra de alimentos ha sido el resultado de ingentes esfuerzos de las empresas de ambos países para lograr la negociación, contratación y ejecución de las operaciones. Si se pudiera realizar el comercio entre ambos países bajo condiciones normales, los beneficios de los agricultores y los consumidores norteamericanos y de todos los cubanos serían considerables. Un ejemplo de ello es que si Cuba no hubiese tenido que incurrir en gastos adicionales por un monto de 22.4 millones de dólares, debido a las importaciones de alimentos desde otros mercados, podría haber adquirido en el mercado norteamericano con dichos recursos durante el pasado año, 52 000 toneladas métricas de trigo panificable, 40 000 toneladas métricas de arroz y 4 000 toneladas métricas de leche entera en polvo, para enriquecer la dieta básica de la población cubana, con el consiguiente beneficio para los productores estadounidenses. La agricultura, un sector cuyo desarrollo es clave para la producción de alimentos y en consecuencia, para lograr una mejor calidad en la alimentación del pueblo cubano, sufrió afectaciones por el bloqueo estadounidense que alcanzaron un monto de 108.5 millones de dólares. La exportación de frutas tropicales cubanas hacia los Estados Unidos constituía un renglón tradicional en nuestras exportaciones antes de 1959. Si se toma en cuenta las ventajas arancelarias que ofrece Estados Unidos a las importaciones de frutas, Cuba pudiera exportar hacia ese país 13 mil toneladas de aguacate, mango, coco y papaya, entre otras, con un valor aproximado de 25 millones de dólares. En la exportación de los productos citrícolas y sus derivados se registran pérdidas por concepto de precio y flete, valoradas en 4.5 millones de dólares anuales. Aproximadamente el 50% de las exportaciones actuales podrían situarse en el mercado de Estados Unidos, entre otras razones, por las diferentes fechas en que se realizan las cosechas de toronja en Cuba y en la Florida, lo que permitiría el acceso del producto cubano sin competir con el doméstico. Las semillas de papa deben ser importadas pagando fletes un 50% más caros que si fueran compradas en el mercado estadounidense. Solo por este concepto, Cuba podría sembrar 2 300 hectáreas más y adquirir, como mínimo, 57 mil toneladas adicionales, lo que redundaría en beneficio del consumo para la población. Asimismo, el bloqueo impide el acceso de la producción animal de Cuba a las tecnologías más avanzadas en materia de alimentación animal desarrolladas por los Estados Unidos. Si los agricultores cubanos tuvieran acceso a dichas tecnologías podrían, con la actual masa de aves en producción, incrementar en 291 millones de unidades la producción de huevos y en 8 800 las toneladas de carne de ave. El costo directo del bloqueo en la producción avícola asciende a los 59.6 millones de dólares anuales. Solo por tener que adquirir las materias primas para piensos avícolas en mercados distantes, este sector incurre en gastos adicionales superiores a los 10 millones de dólares. Igualmente, las restricciones impuestas a Cuba para la adquisición de combustibles, piezas de repuesto para equipos agrícolas, transporte de carga, medios para la protección de plantas y fertilizantes, inciden negativamente en los rendimientos de las producciones agrícolas y pecuarias. El país debe importar anualmente cerca de 35 mil neumáticos de diferentes tipos, el 80% de los cuales procede de Asia y el resto de Europa del Este, lo que provoca pérdidas de cerca de medio millón de dólares solo por concepto de fletes. El servicio veterinario también es afectado por las presiones que las autoridades norteamericanas ejercen para obstaculizar la adquisición de materias primas para la producción de medicamentos, equipos y kits diagnósticos, estos últimos producidos únicamente por firmas norteamericanas en la mayoría de los casos. Estas medidas inciden directamente sobre el enfrentamiento a las plagas que afectan a la masa animal cubana, algunas de ellas introducidas en el país, como consecuencia de agresiones biológicas norteamericanas. Enfrentar solamente dos de estas plagas: la Dermatosis Nodular Bovina y la Varroasis en las abejas, cuesta al país cerca de un millón de dólares anualmente. 3.3 EDUCACIÓN. Todos los cubanos tienen, sin distinción o diferencias de género, color de la piel, credo político o religioso, acceso equitativo a los medios de la educación de manera gratuita, durante todo el proceso de enseñanza, incluido el universitario. Por más de cuarenta años el sistema educacional cubano ha sufrido cuantiosas pérdidas como resultado de la guerra económica contra el país. El recrudecimiento de la política genocida de bloqueo en la pasada década ha incidido negativamente en el abastecimiento de materiales básicos para el aprendizaje de los estudiantes cubanos. Debido a las restricciones que el bloqueo impone a Cuba, el poder de compra para la importación de medios y recursos destinados a las escuelas cubanas disminuyó entre un 25 y un 30% desde principios de la década de 1990, puesto que éstos deben adquirirse en mercados lejanos, y en ocasiones a precios superiores. Solo en el año 2002, Cuba importó desde mercado en Asia medios por un valor de 11.7 millones de dólares, que de haberlos obtenido en el mercado estadounidense, habría permitido fletes más baratos y por lo tanto, mayor cantidad de mercancías por igual cantidad de dinero. Debido a las dificultades en las compras, se ha afectado el suministro de lápices, libretas y papel para uso general del proceso docente, que aún no rebasa la mitad de lo que se adquiría en 1989. Con grandes esfuerzos, solo se imprime el 50% de las necesidades de libros de texto y bibliografías complementarias, mientras se ha producido un envejecimiento y deterioro de los laboratorios de física, química y biología, así como de los talleres de educación laboral en la enseñanza media. Uno de los sectores afectado ha sido el Sistema Cubano de Educación Especial. Múltiples son los ejemplos de las dificultades que ha debido enfrentar esta sensible actividad humana, como consecuencia del bloqueo. El país ha debido importar las máquinas Braille necesarias para el aprendizaje de niños ciegos y débiles visuales de otros mercados, pagando hasta 1 000 dólares por unidad, cuando las habría podido adquirir en los Estados Unidos a 700 dólares. Situación similar se enfrenta en la adquisición del papel Braillón, imprescindible en este tipo de enseñanza. El Programa Nacional de construcción de escuelas especiales también ha sido afectado como consecuencia de esta criminal política. De cesar el bloqueo, se produciría un cambio significativo en la Educación Especial, permitiendo construir todas las escuelas previstas en dicho programa y una más plena y fructífera inserción en la sociedad de los niños y jóvenes que sufren algún tipo de discapacidad. A pesar del adverso impacto que han tenido tales afectaciones sobre las posibilidades de un mayor desarrollo de habilidades y capacidades de los niños y jóvenes cubanos, el Gobierno de Cuba ha movilizado cuantiosos recursos y ha preparado un calificado claustro de profesores para mantener sus logros educativos y superar los retos que le ha impuesto el bloqueo. A las carencias derivadas del recrudecimiento del bloqueo, se ha sobrepuesto la voluntad política del Gobierno cubano de mantener y mejorar los conocimientos del pueblo, lo que se demuestra en la asignación en el 2003, de más de 3 mil millones de pesos del presupuesto del Estado, el 23.8% del total, para el financiamiento del sistema educacional. A pesar del reconocimiento internacional de sus programas educacionales, incluido el de la UNESCO, la sociedad cubana aspira a lograr niveles de cultura general e integral aún más elevados, para situarse en un lugar cimero en la educación y la cultura a nivel mundial. Con ese objetivo, se han venido ejecutando desde el año 2000 numerosos programas educativos. Entre ellos, cabe mencionar el Programa de Computación Educacional, cuyo objetivo es dotar a los centros docentes de las computadoras necesarias para el trabajo de todos los estudiantes; el Programa de Formación de Maestros, que garantiza la demanda creciente de maestros y el Programa para la Formación de Instructores de Arte, que permitirá una mejor promoción del arte y la cultura en cada escuela y comunidad. De otra parte, en el marco del Programa Audiovisual se ha puesto a disposición del sistema educativo un televisor en cada aula y un video por cada 100 alumnos y se iniciaron las transmisiones de un nuevo canal televisivo: el Canal Educativo. Próximamente, se introducirá un segundo canal televisivo con idénticos fines. Cuba ha reiterado su disposición a compartir sus avances en esta esfera con todos los países del mundo, y ha ofrecido a la UNESCO las nuevas metodologías creadas por los pedagogos cubanos. 3.4 CULTURA. Durante más de cuarenta años, el bloqueo ha privado a los pueblos norteamericano y cubano de los mensajes de alto valor estético de lo mejor de la cultura de ambas naciones, al limitar o prohibir la presencia en Cuba y los Estados Unidos de los principales exponentes de su arte y literatura. Las consecuencias negativas provocadas por la aplicación de estas absurdas sanciones a los programas de desarrollo cultural llevados a cabo por el Gobierno cubano han sido importantes. Las afectaciones en este sector se reflejan, entre otros aspectos, en la imposibilidad de acceder al mercado de bienes y servicios culturales de los Estados Unidos para adquirir los insumos necesarios para la creación y la enseñanza artística, así como para el funcionamiento de las industrias culturales. También se aprecia en el impedimento del disfrute del ejercicio de los derechos intelectuales de nuestros creadores y en la exclusión de Cuba de reuniones hemisféricas de Ministros de Cultura. Una de las más ridículas medidas aplicadas por el Gobierno estadounidense es la prohibición a los artistas cubanos de realizar presentaciones de carácter comercial en ese país. A los artistas cubanos no les está permitido firmar contratos comerciales de trabajo en los Estados Unidos y por tanto, recibir honorarios por sus actuaciones, ni aún en beneficio de la entidad que los representa, pese al interés de empresarios, productores e instituciones de comercializar la producción cultural y artística cubana. Este mercado fue históricamente un espacio habitual de presentaciones de los músicos cubanos y un marco fundamental de confrontación artística de alta relevancia para su promoción y producción discográfica. Solo en el período que media entre mayo del 2002 y abril del 2003, se realizaron 497 actuaciones en los Estados Unidos por 32 unidades artísticas cubanas, las que, acorde con su nivel, calidad y capacidad de convocatoria, debieron haber recibido más de 13 millones de dólares. El derecho de autor y el pago por este concepto es reconocido por casi todos los países del mundo. Sin embargo, los intelectuales cubanos se ven privados de este derecho en los Estados Unidos, dadas las restricciones del bloqueo. Debido a esta situación, los pagos a los creadores cubanos se encuentran congelados en bancos norteamericanos y se han puesto ilegítimamente a disposición de las sociedades de autores de Estados Unidos, lo que priva a sus verdaderos dueños de su disfrute. Por otra parte, los bancos norteamericanos retrasan las transferencias de fondos al amparo de la mencionada ley, con el pretexto de evitar el riesgo de cometer una violación de las regulaciones establecidas por el bloqueo y verificadas por la OFAC, con la consiguiente pérdida en su valor monetario. Una afectación de particular significación es la inexistente participación institucional cubana en el mercado norteamericano del arte. No es posible asistir a subastas como las de Christies y Sothebys, ni a Ferias de Arte como las de Art Miami y Art America, ni se pueden presentar exposiciones comerciales. Si se toma en cuenta que en este país se encuentran las Galerías y Ferias de mayor relevancia mundial, son incalculables los perjuicios a nuestros creadores al quedar marginados. Autores cubanos de reconocido prestigio internacional se han visto imposibilitados, en gran medida, de ser publicados en los Estados Unidos, lo que ha producido un significativo daño cultural y económico, no siempre cuantificable. Las relaciones comerciales emprendidas con potenciales distribuidores del libro cubano, han sido igualmente perjudicadas. Son notorias las presiones y sanciones aplicadas a contrapartes estadounidenses e incluso de terceros países, que afectan sus relaciones y participación en eventos relacionados con el libro, como es la Feria de Miami. Ejemplo de ello, es la cancelación de las negociaciones de publicaciones con destino a Miami a través de la firma Lecturum, cuya sede matriz está ubicada en México. El aumento de los precios de los insumos que la industria del arte necesita importar, dada la imposibilidad de adquirirlos en el mercado norteamericano, y la consiguiente elevación de los fletes de transportación, tienen particulares efectos sobre la cultura nacional. De esta afectación no está eximido ninguno de los sectores de la intelectualidad cubana. Entre los casos más significativos se encuentra el Ballet Nacional de Cuba, institución de reconocido prestigio internacional, que no puede adquirir en los Estados Unidos las zapatillas, vestuario y otros productos necesarios para las escenografías y atrezzo, lo que genera dificultades en sus presentaciones e importantes erogaciones financieras adicionales. Para el Fondo Cubano de Bienes Culturales, el impacto del bloqueo en las importaciones de la empresa constituye uno de sus principales problemas. Un ejemplo ilustrativo es la compra de cristales Spectrum utilizados por los artesanos vitraleros en la fabricación de lámparas, mediante técnicas tradicionales de cristal emplomado, así como en otras labores de decoración y ambientación. El cristal opalino para lámparas se puede adquirir a 12.00 dólares el metro cuadrado en el mercado estadounidense, mientras que, por ese mismo tipo de cristal, se debe pagar 41.00 dólares en Italia o 36.00 dólares en España. Esta misma afectación se produce en productos como pinturas, óleos, acrílicos, materiales para preparar soportes como Gessos, telas como lienzos de lino, de algodón, imprimados o crudos, pinceles, brochas, barnices, y otros. Los obstáculos para el acceso al arte cubano de los coleccionistas de los Estados Unidos, afectan no solo a Cuba, sino también a los ciudadanos de ese país. Muchos dealers y galeristas podrían prestigiar sus colecciones con arte cubano, e incluso, abrir nuevos circuitos comerciales a partir del talentoso y amplio movimiento de plásticos y artesanos cubanos. Pero, por las limitaciones que impone el bloqueo a ese mercado, dicho acceso debe realizarse a través de terceros, con las consiguientes dudas e incógnitas sobre la autenticidad de la obra y la legalidad de su pertenencia. Otra de las afectaciones más visibles es que la OFAC prohíbe a ciudadanos norteamericanos entrar en coproducciones cinematográficas con cubanos. De modo similar, esa oficina prohíbe a ciudadanos de ese país entrar en coproducciones de terceros países para la producción de materiales informativos que involucren transacciones con Cuba o nacionales cubanos. Esta proscripción ha resultado particularmente negativa para el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), debido a la imposibilidad de brindar servicios a varias producciones fílmicas que debieron rodarse en Cuba. Un proyecto sobre la vida del célebre escritor norteamericano Ernest Hemingway tuvo que ser desestimado, ante las prohibiciones del bloqueo, lo que impidió el ingreso a entidades cubanas de 3 millones de dólares. Por igual motivo, otro proyecto que abordaría la vida de una figura histórica del continente americano fue desestimado porque, según se alegó, el clima hostil de los Estados Unidos hacia Cuba implicaría riesgos para los participantes. Su presupuesto financiero sería de alrededor de 50 millones de dólares, y se estima que veinticinco de estos podrían haber sido beneficios para Cuba. Pese a los efectos adversos del bloqueo, el desarrollo cultural del pueblo cubano no se ha detenido en estos cuarenta y cuatro años. El Gobierno cubano, consciente de que una cultura general e integral dignifica y libera cada vez más las potencialidades creativas del ser humano, ha iniciado en los últimos años varios programas que elevarán los conocimientos culturales de su pueblo a niveles insospechados. Sin cultura no hay libertad posible. La certeza de ese pensamiento, que no se limita a la cultura artística, sino que implica el concepto de una cultura general integral, incluyendo la preparación profesional y conocimientos elementales de una amplia gama de disciplinas relacionadas con las ciencias, las letras y las humanidades, alienta hoy los esfuerzos del país. La injusta política de bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de los Estados Unidos contra Cuba incide de una forma cada vez más negativa en la actividad del comercio exterior. Las arbitrarias regulaciones y legislaciones que articulan esta política perniciosa contra el país, continúan afectando el desarrollo económico y el bienestar social del pueblo cubano, ocasionando pérdidas significativas de recursos y divisas. Se calcula que en el año 2002 el bloqueo estadounidense provocó afectaciones al comercio exterior cubano valoradas en 685 millones de dólares, cifra que supera a la del 2001 en 41.8 millones de dólares. En el año 2002 las pérdidas para Cuba por contrataciones a precios más elevados que los que hubiera tenido en condiciones normales ascendieron a 403.5 millones de dólares. Por concepto de condiciones de financiamiento más desfavorables, el país perdió 62.3 millones de dólares, y otros 65.8 millones de dólares debido a costos superiores de transporte y fletes. Adicionalmente, por ingresos dejados de percibir, las exportaciones cubanas se afectaron en 119.2 millones de dólares. Con esos recursos Cuba hubiera podido adquirir 100 mil toneladas métricas de pollo, más igual tonelaje de maíz y trigo panificable, medio millón de toneladas métricas de arroz con cáscara (paddy) y 20 mil toneladas métricas de frijol de soya. Entre los elementos que más afectan las exportaciones cubanas están el costo de la transportación marítima (flete), los tipos de cambio (provoca que los precios se vean afectados al cotizarse, facturarse y cobrarse en monedas diferentes), primas de seguro sobre carga y transporte, operaciones bancarias, aumento de los riesgos y daños a las mercancías al incurrir en largas travesías, almacenamiento de productos hasta disponer de cantidades para grandes envíos y la sobre prima del seguro por utilización de barcos con 20 años o más. Todos los sectores de la economía cubana se ven afectados por el bloqueo. Las limitaciones impuestas por la Ley Torricelli provocaron, por concepto de incremento de los fletes, pérdidas cercanas al millón de dólares en las importaciones de combustibles durante el año 2002. Asimismo, las compañías petroleras que actualmente tienen contratos para operaciones de perforación en Cuba, se ven obligadas a contratar productos y servicios a un costo un 25% superior al normal. Ello representó en el 2002, pagos en exceso por valor de 157.7 millones de dólares. En las exportaciones de níquel se incurrió en gastos adicionales por un monto de 6.56 millones de dólares, debido al uso de intermediarios para colocar el producto en el mercado mundial, los obstáculos en la realización de embarques periódicos por medio de líneas internacionales y la lejanía de los mercados, entre otras causas. Bastaría solo mencionar las afectaciones ocasionadas por el bloqueo a las importaciones de la empresa cubana Pedro Sotto Alba-Moa Nickel S.A., para demostrar el importante daño que sufre esta rama de la economía. Solo en el año 2002, esta empresa realizó gastos en exceso por un valor de más de 9.76 millones de dólares, por concepto de fletes, dada la lejanía de los mercados. El sector de las telecomunicaciones ha sufrido pérdidas millonarias, en las actividades de telefonía básica e inalámbrica, sistemas de alarma, comercio electrónico y comunicaciones postales, entre otras. Solo en la actividad telefónica, las pérdidas ascienden a 21.7 millones de dólares, en los últimos doce meses. Una de las empresas de este sector, CUBACEL, se ha visto afectada por la imposibilidad de concretar acuerdos de roaming automático con los operadores celulares del continente americano, ya que todas las empresas encargadas de proveer la señalización entre operadores de la norma TDMA y los formatos establecidos para el intercambio de los ficheros de facturación, son estadounidenses, y se les ha negado el permiso por el Departamento del Tesoro para facilitar estos servicios. Estas afectaciones se estiman en 2 millones de dólares. El bloqueo contra Cuba ha incidido desfavorablemente en las exportaciones e importaciones de aceros. En el caso del acero inoxidable, que contiene entre sus componentes el níquel, las exportaciones se ven seriamente dañadas, dada la prohibición de entrada a los Estados Unidos de productos que contengan ese metal cubano. En total, la industria del acero pierde 10 millones de dólares anuales, como consecuencia de las limitaciones del bloqueo. Ante la prohibición de utilizar el dólar de los Estados Unidos en sus transacciones comerciales y financieras externas, Cuba está obligada a realizar dichas operaciones en monedas de terceros países, a pesar de que sus principales productos de importación y exportación se cotizan en el mercado mundial en la moneda estadounidense. Ello ha provocado cuantiosas pérdidas económicas, debido a los movimientos apreciativos y depreciativos del dólar con respecto a las monedas de los principales socios comerciales del país, al tener que contratar las exportaciones en la moneda norteamericana y realizar los cobros en otras monedas. Lo anterior significa un incremento de la exposición a los riesgos cambiarios, que le imprimen un mayor clima de incertidumbre a los procesos de planificación y gestión económica real, lo cual ineludiblemente se traduce en mayores costos operacionales. Las afectaciones al sector del tabaco, clave en las exportaciones del país, fueron del orden de los 61 millones de dólares. Solo la empresa Habanos S.A., sufrió pérdidas ascendentes a 18 millones de dólares. La industria hotelera no ha escapado de los efectos negativos de la política de bloqueo, los que tienen mayor incidencia si se considera que esta industria es la principal fuente de ingresos de la economía nacional. Dos ejemplos que ilustran las afectaciones a la hotelería cubana, son: - Utell Internacional es un sistema global de reservas, que tenía contratado sus servicios con la empresa Cubanacán desde el año 1993. La oficina central de Utell se encuentra en Omaha, Estados Unidos, pero las oficinas de México y del Reino Unidos se encargaban de todo lo relacionado con el destino Cuba. El contrato fue realizado directamente con la oficina del Reino Unido. Sus reservas se realizaban fundamentalmente por dos vías: a través de Internet o del correo electrónico. En los últimos tres años se habían vendido reservaciones por unos 3 millones de dólares. Esta compañía fue comprada por la norteamericana Pegasus Solution y a partir de ese momento comenzó a disminuir el número de reservas, comparadas con años anteriores. En septiembre del 2002, a consecuencia de la continua presión, Utell informó a su contraparte cubana, que al ser una subsidiaria de una compañía norteamericana y por recomendaciones de su departamento legal, se veía obligada a terminar toda relación con hoteles en Cuba, lo cual se hizo efectivo de inmediato. Por tal motivo, desde enero del 2002 hasta abril de este año, los hoteles de Cubanacán han perdido 1.4 millones de dólares, sólo por la ruptura de ese contrato. - En el mes de marzo del 2002, la Oficina en Londres del Grupo Hotelero Jardines expresó interés en explorar el mercado cubano. Ello motivó que uno de sus socios en los Estados Unidos expresara su inquietud en relación con las operaciones en Cuba, en franca alusión al bloqueo y sus eventuales implicaciones. En adición a las restricciones que hemos abordado, la legislación norteamericana sobre el bloqueo establece la prohibición a los ciudadanos estadounidenses de viajar a Cuba, medida que es violatoria del derecho constitucional de estos ciudadanos de viajar libremente a cualquier país. Tal medida tiene un impacto negativo sobre la industria turística cubana. Estudios de la Universidad de Colorado, en Denver, y de la firma consultora The Brattle Group indican que si las restricciones de viajes a Cuba fueran levantadas, el sector turístico cubano ingresaría cerca de 576 millones de dólares solo en el primer año. Adicionalmente, los mencionados estudios consideran que de levantarse estas sanciones, el número de turistas que podrían viajar a Cuba a bordo de cruceros podría ser del orden del medio millón anualmente, que gastarían alrededor de 70 millones de dólares en el país. La aviación civil ha sufrido también pérdidas millonarias en el último año. Las pérdidas en este sector en el último año ascienden a 142.6 millones de dólares, cuyas causas son las mismas que las expuestas en el Informe que Cuba enviara al Secretario General en el 2002 . Entre ellas destaca la imposibilidad de adquirir y arrendar aviones de alta eficiencia. Debido a esta restricción Cuba se ve imposibilitada de adquirir naves aéreas de fabricación estadounidense, y se ve obligada a arrendarlas a otros proveedores con el consiguiente incremento de sus costos, debido a la prohibición de operar en el mercado norteamericano. La empresa Cubana de Aviación tuvo que realizar pagos adicionales de alrededor de 10 millones de dólares, por el arrendamiento de naves aéreas del tipo A320 y DC10. El monto total de las afectaciones destacadas anteriormente recoge solo las que han podido ser cuantificadas por lo que la cifra real es considerablemente superior. 5. PERJUICIOS OCASIONADOS AL INTERCAMBIO ACADÉMICO, CIENTÍFICO, CULTURAL Y DEPORTIVO ENTRE EL PUEBLO CUBANO Y EL NORTEAMERICANO. El libre intercambio académico, científico, cultural y deportivo entre los pueblos, es un derecho ampliamente reconocido por la comunidad internacional. Ningún pueblo, como el cubano y el norteamericano, se ha visto sometido a tantas limitaciones en este ámbito. La restricción a la libertad de viajes, mediante las sanciones y las amenazas contra los ciudadanos estadounidenses que desean visitar a Cuba, así como la negación de visas a científicos, artistas, deportistas y otras personalidades cubanas, son las medidas más usadas para frenar este intercambio. Existe un sinnúmero de regulaciones que impiden viajar a Cuba a los ciudadanos norteamericanos. Las sanciones establecidas por la violación de dichas regulaciones pueden llegar a una sentencia de 10 años de privación de libertad, multas de un millón de dólares para las corporaciones y 250 mil para particulares. También pueden ser aplicadas sanciones civiles de hasta 55 mil dólares por cada violación. Asimismo, con la clara intención de evitar que el pueblo norteamericano conozca la verdad sobre Cuba, se imponen restricciones para la entrada a los Estados Unidos de personalidades cubanas. Las visas pueden ser denegadas, se producen demoras en su entrega y se imponen procedimientos administrativos que implican una mayor dificultad en los trámites para aquellos que las soliciten (entrevistas personales a los solicitantes, petición de huellas dactilares, incremento en el pago por los nuevos trámites, entre otras). Cada día un número mayor de ciudadanos y congresistas norteamericanos manifiestan su desacuerdo con esta política. Sin embargo, la actual Administración no solo la mantiene vigente, sino que la recrudece. Por otra parte, cuando un número creciente de instituciones educacionales de los Estados Unidos venía viajando a la Isla, el Gobierno estadounidense, en su escalada agresiva contra Cuba, anunció el pasado 24 de marzo nuevas medidas para restringir aún más estos intercambios. En virtud de ello, por ejemplo, los padres de jóvenes estadounidenses que pretendan estudiar en Cuba, tendrán que obtener una licencia especial para visitar a sus hijos. ¿Resulta acaso racional esta política? ¿A quién favorece la misma más allá de a la extrema derecha norteamericana y a la mafia terrorista de origen cubano de Miami? No les fue otorgado el visado a los artistas cubanos nominados a los premios Grammy Latino 2002. Músicos de la talla de Chucho Valdés, Lázaro Ross, el Grupo Sampling y Equis Alfonso, no pudieron participar en la ceremonia de premiación, lo cual es inexplicable si se considera que algunos de ellos habían viajado en varias ocasiones a los Estados Unidos. Se han dado casos en que Estados Unidos otorga visas a conjuntos artísticos, sin concederle permiso a alguno de sus integrantes. Ejemplo de ello es lo ocurrido con la prestigiosa orquesta Aragón, invitada a realizar una gira por varias ciudades de ese país, y que incluso hiciera una presentación en la sede de las Naciones Unidas, sin que se le concediera la visa a los músicos Roberto Espinosa y Rafael Lay, siendo este último, el Director de la agrupación. Es importante tener en cuenta que en el competitivo mercado del arte, los espacios para las presentaciones, las reservaciones de viajes y hospedajes, los contratos de la infraestructura necesaria, entre otros, exigen desembolsos previos por parte de los agentes y promotores. Las dificultades para garantizar la presencia de los artistas en los escenarios pactados, con meses y hasta años de antelación, significan un riesgo enorme en el caso de los artistas cubanos, pues jamás pueden garantizar con seguridad su presencia en los lugares previstos, ante la eterna amenaza de que las visas no sean otorgadas o se concedan con retraso. Esto, por supuesto, provoca la reticencia de los agentes a la hora de planificar giras para los artistas cubanos, pues aún cuando estos sean altamente codiciados en determinados circuitos, festivales, y demás escenarios, la posibilidad de incurrir en pérdidas de recursos, limita de manera creciente el interés de los agentes y organizadores de eventos. El guitarrista estadounidense Ry Cooder, uno de los artífices del éxito internacional de Buena Vista Social Club, se vio obligado por su gobierno a suspender la colaboración con músicos cubanos. El gobierno del Presidente George W. Bush le prohibió volver a trabajar con músicos del país antillano y le impuso una multa de 100 mil dólares, de acuerdo con lo estipulado por el bloqueo. Cooder trabajó con artistas cubanos como Compay Segundo, Omara Portuondo, Eliades Ochoa e Ibrahím Ferrer, ganadores de un Grammy por Buena Vista Social Club y nominados a los Oscar gracias al documental homónimo del cineasta alemán Win Wenders. ¿Cuáles son las razones que justifican que las autoridades norteamericanas se arroguen el derecho de censurar la música y el arte mundial al que sus ciudadanos pueden acceder? ¿Cómo es posible que sus pretensiones de dominación hegemónica impidan el disfrute del derecho al intercambio cultural, científico, técnico y educativo entre los pueblos de Cuba y de los Estados Unidos, refrendado en numerosos instrumentos internacionalmente reconocidos de derechos humanos? A científicos cubanos se les ha denegado más de diez solicitudes de visas en solo un año. Por ejemplo, al Dr. Luis Herrera, Director General del prestigioso Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, no se le otorgó la visa de entrada a Estados Unidos para participar en dos eventos sobre vacunas, incluyendo la Conferencia Internacional sobre vacunas e inmunización, organizada por la Organización Panamericana de la Salud. La demencia irracional en la aplicación de estas sanciones llega a tal extremo, que afectan incluso a la Organización de las Naciones Unidas. Baste señalar la negativa de otorgar visa a Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad de La Habana, quien había sido invitado por el Sr. Koffi Annan, Secretario General de la ONU, para participar en un encuentro con todos los Embajadores de Buena Voluntad y Mensajeros de la Paz, distinción que Leal ostenta. Igualmente sucedió con la participación de otros funcionarios y diplomáticos cubanos en eventos internacionales, en sedes radicadas en territorio estadounidense. El 13 de mayo del 2003, fue denegada la visa para participar en la reunión del Consejo del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF), al Director de Colaboración Internacional del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, y a una especialista de la misma Dirección. El primero, debía representar los intereses de los 16 países de la Circunscripción del Caribe en el Fondo, habida cuenta de que Cuba es el Miembro por dicha Circunscripción. El endurecimiento de la política de sanciones de la actual administración norteamericana en materia de viajes a Cuba, ha estado marcado por el envío de centenares de cartas por parte del Departamento del Tesoro, la aplicación de cientos de multas y el acoso e intento de enjuiciamiento a ciudadanos norteamericanos residentes en los Estados Unidos, por presunta violación del bloqueo contra Cuba y de las prohibiciones de viaje. La OFAC constantemente amenaza y hostiga a instituciones y organizaciones que tienen previsto visitar Cuba. Se conoce de innumerables presiones ejercidas sobre ONGs que cuentan con la licencia para viajar, para que se subordinen a los intereses anticubanos del Gobierno. También dilatan los procesos de otorgamiento de licencias, o niegan su otorgamiento, como método de presión. El ejemplo más reciente, es el de la ONG norteamericana Population Services Internacional (PSI), que desarrolla tres proyectos de colaboración de conjunto con el Centro Nacional de Prevención del SIDA del Ministerio de Salud Pública de Cuba y con ONUSIDA. Los proyectos se dirigen al mercadeo de condones a nivel nacional, y las campañas de promoción y divulgación para la prevención de la enfermedad. La PSI logró renovar su licencia con el Departamento del Tesoro en abril del 2003, bajo la condición de que la cooperante del proyecto, Pamela Rita Faura, quien radicaba temporalmente en Cuba como parte del mismo, solo permanezca en territorio nacional dos semanas al mes. Esto la obliga a viajar continuamente a países cercanos y retornar a Cuba posteriormente, para darle seguimiento a su trabajo. El objetivo de la medida es forzar a esta ONG a retirarse de nuestro país, ante los gastos de viaje en que incurren como resultado de esta medida. La continuada aplicación de la política de bloqueo por el Gobierno de los Estados Unidos, constituye un claro desafío a la mayoritaria opinión pública norteamericana y a los valores compartidos por la comunidad de naciones, en lo que a intercambios culturales, académicos, científicos y deportivos se refiere. 6. AFECTACIONES A OTROS SECTORES DE LA ECONOMÍA NACIONAL.Innumerables serían los ejemplos que demuestran las privaciones y dificultades enfrentada por el pueblo cubano por más de cuarenta años. Entre ellos también figuran: - La compañía norteamericana Lifeline Technology es la única productora de los Monitores de Viales para Vacunas (VVM siglas en inglés). En 1999, con motivo de la participación de uno de sus científicos en la Conferencia de Biotecnología Habana99, la compañía recibió una carta de la OFAC, que recordaba la prohibición de todo intercambio comercial, financiero o transacciones de viajes con Cuba. Por otra parte, pese a que la Organización Mundial del Comercio actuó como intermediaria para que el Departamento del Tesoro autorizara la venta de los VVM a Cuba, ésta no se realizó. Como resultado, la UNICEF no otorgó al país contratos de compra de la vacuna cubana contra la Hepatitis B durante el 2003, al no disponerse de los citados monitores - El ron Havana Club ha sido una de las marcas nacionales más afectadas por la política de bloqueo. La aprobación de la Sección 211 de la Ley Ómnibus de Asignaciones Presupuestarias de 1999 de los Estados Unidos, aprobada mediante procedimientos amañados con el apoyo de legisladores muy vinculados a intereses anticubanos, despojó a la empresa mixta cubano-francesa Havana Club Holding de sus derechos para registrar y potencialmente comercializar ese ron en los Estados Unidos. Los perjuicios ocasionados por la imposibilidad de vender el ron en territorio norteamericano, aproximadamente ascienden a 38 millones de dólares. Asimismo, por concepto de gastos jurídicos al asumir la defensa internacional de la marca Havana Club, en litigio comercial con la Compañía Bacardí, se gastaron 625 mil dólares. A esto se suma la confiscación por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos de los pagos por ventas a clientes de otros países, cuyos fondos transitaron por bancos norteamericanos, con su consiguiente incautación. - Las leyes de bloqueo impiden a Cuba el acceso al financiamiento de los organismos multilaterales y regionales de desarrollo. En el ejercicio fiscal 2002, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo aprobaron préstamos para proyectos en América Latina que ascendieron a 4 365.8 millones de dólares y 4 548.0 millones de dólares, respectivamente. De tener Cuba la posibilidad de acceder a tales préstamos, en el 2002 podían haberse obtenido unos 200 millones de dólares, lo que garantizaría ejecutar importantes obras sociales y de infraestructura en el país, como la revitalización constructiva y tecnológica de numerosas instalaciones de salud pública, por solo citar un ejemplo. - El Laboratorio de Tropicalización, LABET, único de su tipo en funciones en Cuba y en el área de América Latina y el Caribe, está imposibilitado de intercambiar experiencias con su único homólogo en la región, ATLAS-Q-LAB (Material Testing Solutions), al ser éste un laboratorio del Gobierno norteamericano. Asimismo, se dificulta enormemente la compra de equipos, material gastable, utensilios de laboratorio y reactivos químicos, necesarios para su labor, dado que no pueden adquirirlos directamente en el mercado estadounidense. - El Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), adquiere el 95% de los productos necesarios para su actividad a un precio entre un 20 y un 30% superior a lo que costaría si fuesen comprados a los fabricantes o distribuidores principales radicados en los Estados Unidos. En el año 2002 el Instituto se propuso comprar cuatro Link de Microondas, que trató de adquirir a través de Canadá. Al conocer el fabricante su destino final canceló la venta, lo que obligó a comprarlos en Europa a un costo muy superior. - La empresa canadiense CEGERCO se negó a la ejecución del proyecto Muro Pantalla del Hotel Anexo Parque Central, alegando tener una empresa mixta en los Estados Unidos y que sus socios le indicaron que no podían trabajar con Cuba. - Los perjuicios calculados a las empresas importadoras del Ministerio de la Construcción, desde junio del 2002 hasta abril del 2003, están en el orden de los 7.8 millones de dólares. Estos recursos se hubieran podido destinar a la recuperación de las 69 726 viviendas afectadas por fenómenos naturales recientes (ciclones e intensas lluvias), que aún no han podido ser rehabilitadas, pese a los esfuerzos del Gobierno cubano, que ha logrado ya la recuperación de 52 413 viviendas. - En un proyecto financiado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en la esfera de la informática, que se ejecuta con el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), la empresa canadiense Imaging Research Inc. se negó a entregar softwares que ya habían sido pagados, porque su principal propietario es una compañía norteamericana. - Pese a que cerca de 80 buques crucero circunvalan semanalmente el archipiélago cubano, partiendo de puertos de la Florida con destino a otros del Caribe, América Central o América del Sur, se priva a Cuba del establecimiento de líneas regulares con escalas semanales en nuestros puertos, a pesar del interés manifestado en este sentido por más de una compañía de cruceros. - El sistema empresarial del Ministerio de Transporte ha sufrido perjuicios por un monto de 96 millones de dólares, producto de la prohibición a los buques que comercian con Cuba de tocar puertos norteamericanos, la imposibilidad de utilizar el dólar en las transacciones y el encarecimiento en la compra de equipos, entre otras limitaciones y prohibiciones del bloqueo. - Desde el año 2000 se realiza un proyecto de comercio electrónico en la ciudad de Santiago de Cuba, con el apoyo de la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (UIT). Su objetivo es permitir que los productores de la zona oriental de Cuba puedan vender sus bienes y servicios por Internet, fundamentalmente a los países del Caribe. El proyecto se ha paralizado al no contar con la tecnología de certificados digitales, ya que sus proveedores son empresas de EE.UU., que tienen prohibido suministrar esta tecnología a Cuba. - Asimismo, al no poder adquirir las técnicas de criptografía imprescindibles para el comercio electrónico, Cuba se ve limitada de participar en el programa que desarrolla la Unión Internacional de Telecomunicaciones. Un ejemplo palpable de estas restricciones puede encontrarse en la página web: http://channels.netscape.com/ns/browsers/download/jsp . - La industria pesquera cubana también ha sufrido importantes pérdidas a resulta de las injustas medidas que impone el bloqueo. Sólo en el período comprendido entre junio del 2002 y abril del 2003, las pérdidas cuantificadas ascienden a más de 3.67 millones de dólares. Con estos fondos se hubieran podido adquirir 5 401 toneladas de pescado destinados a la población. - La actividad cubana de seguro y reaseguro de operaciones se ha visto obstaculizada por el predominio del capital estadounidense en el mercado financiero, que motiva la dilación en la ejecución de dichas operaciones, restricciones del mercado, y el elevado incremento de su costo por concepto del llamado Riesgo Cuba. Actualmente, el 90% del mercado de Lloyds, la mayor y más importante casa reaseguradora internacional, está concentrado en capital corporativo estadounidense, por lo que Lloyds no puede operar con Cuba, lo que implica una restricción sustancial del mercado disponible para el país y, en consecuencia, tarifas no competitivas. En las operaciones de reaseguro de las agencias de seguro del crédito a la exportación también se evidencia la situación anterior. Los seguros a la exportación a Cuba son un 30% más caros que los niveles promedios, debido al control del mercado por compañías estadounidenses. Por ello, Cuba tiene que pagar más por sus protecciones. - Debido al bloqueo, Cuba no puede adquirir directamente de los productores los lubricantes y aditivos, materia prima fundamental para la producción de lubricantes terminados. Esto provoca un encarecimiento del costo de las importaciones. Por ejemplo, en el 2002, la Empresa CUBAMETALES pagó 8.6 millones de dólares adicionales, ya que los costos alcanzados con los diferentes traders en los créditos otorgados oscilaron en un margen de 6 a 11% más el LIBOR (tasa de préstamo interbancario), mientras que en el mercado internacional los costos financieros se encuentran al nivel del LIBOR más 2% estimado. - En el año 2004, todos los miembros asociados a SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication), sistema de telecomunicaciones bancario y financiero mundial, deben realizar un cambio tecnológico para comenzar a utilizar el sistema SWIFTNet, que es la nueva infraestructura global de servicios de mensajería segura de SWIFT. La conexión requiere obligatoriamente del equipamiento suministrado por SWIFT conocido como M-CPE (Managed Customer Premises Equipment), que es el equipamiento de red que necesita cada usuario para acceder a la Red IP Segura (SIPN) a través de una línea arrendada (ejemplo, Reuters). Se requiere, también con carácter obligatorio, de un software conocido como SWIFTNet Link (SNL), que permite el acceso a los servicios de SWIFTNet sobre la SIPN. La adquisición del SNL Developers Toolskit presupone que las autoridades de los Estados Unidos autoricen a SWIFT a entregar a Cuba el módulo correspondiente al software de seguridad, desarrollado por ellos. Esto también ocurre en la adquisición de las tarjetas inteligentes y sus lectores, tecnología suministrada sólo por una compañía norteamericana denominada Datakey Inc. Desde hace más de seis meses, el Banco Central de Cuba está esperando por la mencionada autorización que, de ser denegada, implicaría que todos los bancos del país tengan que abandonar dicho sistema, con el consiguiente costo. Ello sin considerar las erogaciones ya realizadas para su implantación. CONCLUSIONES- El recrudecimiento de la política de bloqueo y la creciente escalada en las agresiones de Estados Unidos contra el pueblo cubano -incluida la amenaza de una invasión armada- demuestran de manera fehaciente el rechazo del Gobierno del Presidente George W. Bush a respetar la voluntad de la abrumadora mayoría de la comunidad internacional, expresada en sucesivas resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas. - En la continuidad y profundización de la ilegal política de bloqueo contra Cuba, se constata una vez más el desprecio de la actual administración republicana por el Derecho Internacional y el multilateralismo. - Ni un solo ámbito de actividades económicas y sociales del pueblo cubano ha quedado exento de la acción destructiva y desestabilizadora que impone la madeja de acciones y medidas incluidas en la política de bloqueo de los Estados Unidos. Estudios preliminares han demostrado que el monto total de las pérdidas económicas de Cuba en las más de cuatro décadas en que ha estado vigente el bloqueo, podría superar ya los 72 mil millones de dólares. - La extraterritorialidad en la aplicación del bloqueo del Gobierno de los Estados Unidos a Cuba, institucionalizada y sistematizada por las leyes Torricelli y Helms-Burton, además de violar el Derecho Internacional, ha provocado graves afectaciones adicionales a la economía nacional en el último decenio. - La no objeción de la actual Administración norteamericana a las operaciones de venta de algunos alimentos a Cuba, no debe ser interpretada como una flexibilización en la política de bloqueo. Al contrario, los numerosos obstáculos y las estrictas restricciones aplicadas, demuestran la profundidad y el carácter abarcador de esta política ilegal de sanciones unilaterales. - Los pueblos cubano y norteamericano, han sido privados por espurias motivaciones de dominación, de sus derechos al intercambio bilateral mutuamente beneficioso en las esferas académica, científica, cultural, turística y deportiva. Las nuevas regulaciones emitidas en marzo de este año en relación con dichos intercambios, agravan las prohibiciones y limitaciones. - A Cuba le acompaña el derecho y el deber de seguir denunciando los daños y violaciones que la política de bloqueo ha impuesto a su pueblo y al Derecho Internacional. Al propio tiempo, Cuba reitera su determinación de defender - en primer lugar con la fuerza de su verdad y sus ideas - el pleno disfrute del derecho de su pueblo a establecer soberanamente su sistema político, económico y social. Ni las amenazas ni las agresiones, lograrán hacer claudicar la voluntad del pueblo cubano de defender el profundo proceso de transformaciones revolucionarias que tanta dignidad y tantos beneficios le ha aportado en estos cuarenta y cuatro años. - Por todo lo anterior, Cuba exhorta una vez más a la comunidad internacional a expresarse inequívocamente a favor de que se ponga fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba. De esa manera, se estará defendiendo el ideal de un mundo mejor, donde la justicia y el derecho prevalezcan para todos por igual. |
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