inicio | opinión | notas | cartelera | miscelanea sueca | suplementos | enlaces 09-Sept-2005

El huracán Katrina desnuda la Casa Blanca
Miseria y racismo en la potencia global

 

Escribe Ernesto Tamara.
El impacto mayor de la tragedia del huracán Katrina en las costas norteamericanas sobre el Golfo de México, no está tanto en la cantidad de víctimas mortales y los costos económicos, sino en la revelación de que en el país más poderoso del mundo, existen pobres discriminados, un fuerte componente de racismo, y que esos pobres son ignorados por un Estado que se encarga de promover la iniciativa privada para todo, al punto de dejar abandonadas a su suerte a decenas de miles de sus compatriotas.


Pidiendo ayuda
A más de una semana del paso del huracán por Nueva Orleans, las autoridades continúan rescatando sobrevivientes atrapados por las aguas, y recién el pasado domingo, 6 días tarde y por primera vez en su historia, el gobierno de Estados Unidos solicitó de forma "urgente" ayuda humanitaria a la Comunidad Europea, "la vieja europea" como la definió el secretario de Defensa Donald Rumsfeld cuando estaba enojado porque no lo secundaban en la invasión a Irak. Las ofertas de ayuda de otros países, como Cuba, Venezuela (ver páginas) y Argentina, no han sido respondidas aún.

El gobierno norteamericano había solicitado con anterioridad, apenas dos días después del desastre, ayuda a Europa, pero sólo barriles de petróleo después que el huracán dejó fuera de servicio a 8 refinerías y 56 plataformas marinas de extracción. Después, antes las críticas nacionales, la evidencia de que los esfuerzos realizados fueron tardíos e insuficientes, el prepotente Bush solicitó alimentos, agua potable y otros productos básicos para atender a la población evacuada.

Lo extraordinario es también que el área afectada es bastante insignificante en comparación con el tamaño del país, apenas la parte sur de tres de los 50 estados, y que en conjunto afecta no más de 3 millones de personas del total de 280 millones de habitantes de todo el país. La insolvencia económica y la falta de recursos no es lo que provoca el pedido, sino el hecho de que esos recursos han estado, y siguen estando, volcados a mantener una guerra de ocupación que cuesta más de 5.500 millones de dólares por mes.

Halliburton al rescate
Nadie sabe con exactitud el número de muertos, varios miles se atreven a pronosticar algunos. Sin embargo ya se sabe con exactitud que empresa va a remover los escombros y restablecer la energía eléctrica, una filial de Halliburton, el grupo ligado al vicepresidente Dick Cheney, y que fue de las primeras en beneficiarse de los contratos para "la reconstrucción de Irak". Lástima que no haya pensado en contratar a Halliburton para evacuar a los habitantes de Nueva Orleans antes del desastre.

Es dificil abtenerse de pensar mal del presidente Bush después de sus antecedentes como mentiroso y manipulador, por eso, cuando en una de sus primeras intervenciones públicas para referirse a las consecuencias del huracán Katrina, dijo que entre las cosas positivas que iba a dejar el desastre natural era "unas costas más hermosas", antes que entender que se estaba refiriendo a que con el esfuerzo de todos iban a dejar las cosas mejor que antes para sus habitantes, se estaba refiriendo a la especulación inmobiliaria que seguramente se va a desatar cuando tantos pobres no puedan reconstruir sus viviendas, y barrios exclusivos para ricos se construyan en esos terrenos. No sería la primera vez que ello sucede.

¿Abandonados por pobres y negros?
"No podemos dejar que la historia registre que la única diferencia entre los que murieron en esta gran tormenta y los que sobrevivieron no fue otra cosa que la pobreza, la edad y el color de la piel", dijo furioso el diputado demócrata negro por Maryland, Elijah Cummings.

El 75% de la población de Nueva Orleans es negra y de ellos, 28% vive debajo del nivel de la pobreza. Cualquiera que viajó por el sur de EE.UU. sabe que los negros viven en casitas muy precarias de madera o en casas rodantes que colocan unas contra las otras creando el equivalente a las villas miseria de Sudamérica. El huracán Katrina no dejó una en pie. Es decir, hoy los negros pobres de Nueva Orleans son todavía más pobres, y muchos han decidido no regresar a lo que haya quedado de sus hogares.

Mientras, los líderes de la comunidad negra criticaron duramente la lenta reacción del gobierno. El diputado demócrata Elijah Cummings dijo que el llamado desesperado de asistencia de los damnificados negros "es un test para la moral norteamericana". "Si no hubieran sido pobres y negros, hubiera habido autos para evacuar Nueva Orleans", dijo el diputado negro William Jefferson. Tom Delay, el líder de la mayoría republicana, despachó las críticas diciendo que eran "políticas".

Varios académicos acusan al gobierno de racista. "Sin duda la respuesta hubiera sido mucho más rápida si se hubiera tratado de gente rica y con poder", explicó Robert Jensen, de la Universidad de Texas, autor de un libro titulado "Confrontando el racismo y los privilegios de los blancos". Según Jensen, la sociedad norteamericana sigue estando organizada alrededor de la supremacía de los blancos. "Hace ya cuarenta años que aprobamos la Ley de los Derechos Civiles, pero los blancos siguen pensando que la pobreza no se debe al fracaso del sistema social sino al de los individuos, lo que significa en este caso al fracaso de los negros. La segregación ahora es económica y cultural. Fíjese la rapidez con que responden cuando hay huracanes en Florida".

Keith Jennings, de la Fundación Afroamericana de Defensa de los Derechos Humanos, dijo que no comprende cómo puede el gobierno invadir Irak y no tiene con qué dar de comer a los damnificados. "Tuvieron que enviar guardias nacionales de otros estados, porque los de Alabama y de Louisiana están en Irak", acusó.
Una tragedia pronosticada

El periodista Paul Krugman del diario "The New York Times reveló que con anterioridad al 11 de setiembre de 2001, la Oficina Federal de Gestión de Emergencias (OFGE) enumeró las tres catástrofes más probables que enfrentaban los Estados Unidos: un ataque terrorista en Nueva York, un terremoto importante en San Francisco y un huracán en Nueva Orleans. Después, en diciembre de ese año salió en el diario "The Houston Chronicle" que ''el huracán en Nueva Orleans sería el más mortal". El diario describía una potencial catástrofe muy similar a la que se está registrando ahora. El mismo periodista destaca que "el presidente Bush hizo una declaración absolutamente fabulosa, dijo que nadie esperaba que los diques se quebraran. De hecho, había habido repetidas advertencias sobre ese riesgo precisamente".

Le faltó agregar que fue el propio George Bush, quien el año pasado cortó a menos de la mitad el presupuesto de US$ 105 millones necesarios para reforzar los diques dañados que protegían la ciudad.
También cabe recordar que la Casa Blanca despidió recientemente a su especialista en cambio climático. La grave "traición" del funcionario fue haber protestado contra los asesores de imagen de Bush que maquillaron las estadísticas sobre calentamiento global para reducir la gravedad del fenómeno.

Además de esta falta de previsión, se suman los desatinos del presidente Bush, empeñado en mantener una guerra en Irak que le cuesta 5.600 millones de dólares al mes, y a donde ha enviado a los socorristas que deberían haber estado en Louisiana para ayudar en la tragedia.

Antes del huracán, a principios de agosto, la Guardia Nacional de Louisiana se quejó públicamente de que la mayoría de su equipamiento estaba en Irak. La filial local de la cadena de noticias ABC informó que decenas de vehículos anfibios, jeeps Humvee, unidades abastecedoras de aeronaves y generadores están fuera del país por lo que no podrán participar en las acciones de prevención y actuación frente al huracán Katrina.

La Guardia Nacional ha participado en operaciones de rescate y mantenimiento del orden en la zona del desastre, pero unos seis mil miembros de la Guardia de Louisiana y Mississippi tuvieron que ver la catástrofe desde 11.200 kilómetros de distancia, en Irak. El cuarenta por ciento de la Guardia Nacional de Mississippi y el 35 por ciento de la Guardia de Louisiana están en Irak. En los últimos ocho meses, 23 miembros de la Guardia Nacional de Louisiana murieron en Irak. Sólo la unidad de la Guardia de Nueva York ha sufrido tantas bajas en Irak.



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