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Un acto premeditado |
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escribe Eduardo Andrade Bone De acuerdo a informaciones procedente de la prensa chilena el suicidio de Barriga, fue un acto planificado con bastante antelación así al menos se desprende de las diversas diligencias realizadas semanas antes y en los días previos al acto de la muerte misma. El ex militar que sin duda es uno de los símbolos de la barbarie de la dictadura de Augusto Pinochet, al sentirse acorralado por los diversos procesos en su contra y al encontrarse con que las presiones de la casta militar comprometida con las violaciones a los derechos humanos no estaban dando resultado, habría tomado la decisión del suicidio. Pero no solo eso, Barriga tenía la esperanza de que los tribunales de justicia, aplicarán en su favor la Ley de Amnistía, creada por el régimen militar para tapar sus crímenes. Ahora, los ex represores y los militares que fueron formados bajo las doctrinas prusiano-fascistas y de la Doctrina de la Seguridad Nacional, esta última creadas por el Pentágono yanki, pretenden hacer aparecer ahora al ex militar, como una víctima de las personas y organizaciones que luchan por la verdad y la justicia. Es más, los familiares de la víctimas de la represión dictatorial, han tenido que desplegar grandes esfuerzos para que desde el gobierno de Lagos, de la derecha pinochetista y de la casta militar comprometida con los crímenes, no se logre la aplicación de la ley de punto final o de impunidad total, ante la suerte corrida por miles de chilenos bajo la dictadura militar encabezada por el ladrón y criminal Pinochet. De allí que Barriga ha sido víctima de toda la política de represión y muerte implementada por el régimen militar, pues son los altos mandos de las Fuerzas Armadas los que daban las órdenes de las razzias represivas, de las detenciones y posteriores torturas, de las muertes y desaparaciones, en donde el ex coronel suicidado, fue una pieza de vital importancia. Además es la dictadura militar la que resolvió proteger a los miembros de los aparatos represivos más destacados por su brutalidad y de la cual el coronel formaba parte. Por eso que no es extraño que la propia hija del coronel en retiro del Ejército Germán Barriga, quien se suicidó el pasado lunes 17 lanzándose desde un décimo octavo piso de un edificio del municipio de Las Condes, acusó al ex dictador Augusto Pinochet de las violaciones a los derechos humanos de su régimen. Pero no solo la hija de Barriga acusa al régimen militar, también lo hace la ex ministro de Justicia de la dictadura militar, Mónica Madariaga, la que sindica a los ex altos mandos militares del régimen militar de ser los responsables del suicidio del coronel (r). Madariaga manifestó a la prensa que "No asumieron su responsabilidad en los hechos y han dejado solos a sus hombres" afirmó la abogada. Ahora en otro contexto, el secretario general del Partido Comunista (PC) Guillermo Teillier, expresó que el suicidio del coronel de Ejército (r) tuvo que ver con el peso de su conciencia. "Él tenía datos que servirían de mucha ayuda para los familiares de los detenidos-desaparecidos, sin embargo en su carta no mostró ningún signo de arrepentimiento". Si bien es cierto, que el coronel entregó algunos antecedentes a la Mesa de Diálogo, no es menos cierto, que en las declaraciones vertidas para los tribunales de justicia, nunca entregó información acerca de la suerte corrida por las personas que fueron detenidas. Por su parte, la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos dio a conocer que la determinación del ex agente de los aparatos represivos de suicidarse, estuvo "marcada por falsas lealtades y silencios cómplices" y criticó el papel de "víctima" que asume en su carta donde explica su determinación. En la carta que dejó "no se acusa, no muestra arrepentimiento, ni dice lo que sabe acerca del destino final de nuestros familiares, él creó las condiciones de un final que no es responsabilidad de nadie más que de sí mismo", enfatiza la organización. Ahora, los gestos del actual Comandante en Jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre, hacia la familia de Barriga, para entregarle personalmente sus condolencias, en medios del ministerio de Defensa, ha sido considerado como un respaldo a los militares involucrados en los crímenes cometidos bajo la dictadura militar y una desautorización al general Urbina, jefe del Estado Mayor y quien estuviera subrogando a Cheyre, mientras éste tomaba unos días de vacaciones. Pero no debemos olvidar, que él propio Cheyre es parte interesada en la actual situación que viven los ex represores que están siendo procesados, puesto que su propio suegro, el general Forestier ha sido acusado por presuntas violaciones a los derechos humanos. Y también, más de un medio de comunicación ha denunciado al propio actual comandante en jefe del Ejército, de estar involucrado en el no respeto a los derechos básicos de las personas. Cheyre, en sus declaraciones a la prensa, hace esfuerzos por tratar de desmarcarse de la relación que tenía con el ex torturador Barriga, al que conocía muy bien, pues el ahora símbolo del terror y la muerte de los aparatos represivos, mantenía una relación cercana con el actual alto mando del Ejército. Germán Jorge Barriga Muñoz, que al momento del golpe de Estado en 1973, era capitán de Infantería, formó parte de la Dirección de Inteligencia Nacional (Dina), y encabezó la Brigada Purén de ese organismo represivo. En 1999 -ya jubilado- y bajo el conocimiento del alto mando de estar involucrado en violaciones a los derechos humanos, fue contratado en la Dirección de Inteligencia del Ejército. Cuestión que no constituye una novedad, pues una parte del personal militar que ejerció actividades represivas en el régimen militar, bajo los gobiernos de la Concertación, han cumplido labores como de agregados militares u otro tipo de actividades, que han sido denunciados en su oportunidad por la organizaciones pertinentes. El abogado de derechos humanos, Eduardo Contreras, en declaraciones vertidas para la prensa nacional, no descartó que al ex coronel lo hubiesen presionado a suicidarse, producto de la gran cantidad de información que manejaba en su poder y que aún no había entregado en los diversos procesos que habían en su contra, ante lo cual manifestó que el suicidio de Barriga, debe ser investigado. De acuerdo a testimonios recogidos por la Comisión Rettig, Barriga tiene responsabilidad en la decisión tomada respecto del destino del ingeniero Alfredo Rojas Castañeda, militante socialista y detenido ese mismo mes de marzo en que llegó Barriga a la Villa Grimaldi Alfredo Rojas Castañeda se encuentra desaparecido, al igual que los dirigentes socialistas Carlos Lorca, Ricardo Lagos, Exequiel Ponce, y que las militantes de ese partido, Michelle Peña, Carolina Wiff, Mirella Rodríguez Díaz y Rosa Elvira Solís Poveda. Barriga, además era uno de los responsable de la detención y posterior desaparición (1976), del Comité Central del Partido Comunista que dirigía desde la clandestinidad la lucha contra la dictadura, caso que en los medios judiciales se conoce como de la calle Conferencia Entre los detenidos se encontraba Mario Zamorano, Jorge Muñoz, Jaime Donato, Víctor Díaz y Elisa Escobar, que desde entonces forman parte de la lista de detenidos desaparecidos. |
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