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La prensa y el libro de texto |
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escribe Víctor Montoya La escuela y la prensa están interrelacionadas. Ni la una ni la otra está desvinculada de la realidad, y ambas contribuyen a la información y formación del individuo. Sin ir demasiado lejos, los escolares adquieren gran parte de sus conocimientos fuera de las aulas y gracias a la prensa escrita. Muchos pedagogos, como Rousseau, Freinet, Montessori y Leimar, atribuyeron gran importancia al medio en el cual se desarrolla el niño, aferrados a la firme convicción de que el individuo es producto de su medio social, y que, por lo tanto, todo sistema pedagógico debe hundir sus raíces en las experiencias concretas del sujeto, contexto en el que la prensa, además de proporcionarle información, es un medio eficaz que le ayuda a asimilar su mundo cognoscitivo y a integrarse, o reintegrarse, a él de manera crítica y abierta. El libro de texto ofrece siempre un saber preestablecido o empaquetado, que acostumbra a nutrirse de estereotipos culturales, cuyos referentes no desarrollan la formación crítica del alumno y plantea un ritmo de aprendizaje común, como sistema para uniformizar a toda una clase social y, consiguientemente, a toda una población; es más, adaptar un solo libro de texto equivale a privar al niño de múltiples incentivos y posibilidades que pueden desarrollar su pensamiento y personalidad. Ahora bien, abandonar el libro de texto significa que el papel y la actitud del profesor debe estar a favor de una biblioteca en la escuela. Para que la adquisición de conocimientos sea efectiva y el aula funcione como un pequeño laboratorio, tanto el profesor como los alumnos deben tener a mano una biblioteca -con enciclopedias, diccionarios, periódicos, revistas, etc.-, que facilite los dados que necesitan para elaborar su periódico escolar y asimilar nuevos conocimientos. Asimismo, deben contar con otros recursos auxiliares, como películas, teatros, viajes y hasta la visita de algún profesional, quien les hable de su experiencia laboral. Todo depende de utilizar adecuadamente la biblioteca y los recursos auxiliares, porque sin recursos ni materiales apropiados, sería difícil dar el salto dialéctico de una enseñanza basada en el libro de texto hacia una enseñanza creadora y motivadora. La prensa escrita en la escuela El periódico debe ser un elemento indispensable en toda escuela y un material puesto al alcance de profesores y alumnos, sin que por ello se tenga que crear una nueva asignatura dentro del programa escolar. Cuando me refiero a papel educativo de la prensa, no pretendo decir que se sustituya el libro de texto por el diario y el contenido de los programas escolares con las noticias de actualidad, puesto que un periódico jamás será una enciclopedia, ni un libro de texto ni un manual escolar; primero, por no estar elaborado desde una perspectiva didáctica y de acuerdo al desarrollo intelectual y emocional del niño; y, segundo, porque su función es esencialmente de información y opinión. Empero, la prensa en la escuela sirve para conocer su mecanismo interno, por ejemplo, cuáles son las fuentes de donde proviene la información, cómo se debe elaborar la noticia, cuáles son sus componentes ideológicos y al servicio de quién se hacen las propagandas. La prensa escrita ayuda a: 1. Entrar en contacto con el entorno más próximo, conociendo lo que acontece en él. 2. Ampliar este entorno con el conocimiento de otros medios y otras comunidades. 3. Contrastar noticias y opiniones, sometiéndolas a debate, con el fin de consolidar un criterio propio, respetar las opiniones de los demás y aprender a dialogar. 4. Consolidar la libertad de expresión. 5. Aprender a leer la prensa con sus mecanismos específicos y sus códigos característicos. 6. Reforzar la comprensión lectora y estimular la expresión escrita, importantes técnicas instrumentales para la educación y la cultura. El periodismo y la educación se dan la mano en un objetivo común: enseñar a leer la prensa, concentrando la atención de los alumnos en las páginas y el contenido de las mismas, aun sabiendo que unos prestan mayor atención a las noticias deportivas, otros a las notas políticas o de actualidad, y hay quienes hojean el periódico sólo para ver algún anuncio comercial. Asimismo, cuando se lee la prensa no basta con analizar el lenguaje periodístico o enjuiciar el contenido del texto, sino también considerar su presentación, tipo de letra, compaginación, codificación gráfica y otros. La prensa escrita, contrariamente a lo que muchos se imaginan, está siendo usada como recurso didáctico en varios países de Europa, Asia y América, incluso con espacios propios dentro de los programas de enseñanza. Los periódicos, aparte de estar presentes en las asignaturas de lenguaje, ciencias sociales y ciencias naturales, han sido también introducidos en las matemáticas, debido al bombardeo cada vez más frecuente de noticias de carácter numérico, propiamente aritméticas o insertas en estadísticas. No obstante, a pesar del empeño que se hace por usar la prensa como instrumento didáctico en la enseñanza, no faltan quienes se oponen a la idea arguyendo que no hay tiempo que perder en lecturas superfluas habiendo un montón de libros de texto; cuando en realidad, la prensa escrita no sólo sirve como material didáctico, sino también como objeto de estudio y técnica de trabajo, según la iniciativa del profesor y el interés de los alumnos. El niño como protagonista de su aprendizaje Si se parte del criterio de que cada alumno es el protagonista de su propio aprendizaje, entonces el actual proceso educativo exige un cambio radical respecto a los roles tradicionales que se experimentan en el aula, donde el profesor aparece como el portador oficial de la información que el alumno debe recibir y asimilar mecánicamente, ya que dicha información, junto al libro de texto, constituye el instrumento principal de trabajo. En cambio un sistema de enseñanza que no genera pasividad mental, sino que crea las condiciones para que el alumno se esfuerce por aprender según su capacidad y necesidad, le permite estar activo y comprometido con lo que se hace y se dice, pues el simple hecho de que sea el protagonista central de su aprendizaje, le obliga a buscar materiales, ordenarlos, estructurarlos y sistematizarlos; actividades éstas que, sin resquicios para la duda, le estimulan a desarrollar su capacidad creativa. La prensa escrita, aun sin ser necesariamente objetiva ni presentar la estructura didáctica del libro de texto, es un auxiliar indispensable en el proceso educativo de quienes, como los niños, viven inmersos en una realidad concreta, donde los acontecimientos sociales y los conocimientos humanos se suceden de manera vertiginosa. Mas todavía, según las teorías pedagógicas de Célestin Freinet, los alumnos deberían de aprender a elaborar sus propios periódicos escolares, como una forma de registrar sus impresiones del entorno y formular los conocimientos adquiridos tanto dentro como fuera de las aulas. En síntesis, el libro de texto, a diferencia de la prensa escrita, más que dinamizar el proceso de enseñanza/aprendizaje, es un obstáculo que se antepone en la interrelación alumno/profesor y un medio que, en lugar de estimular la actividad creativa, bloquea los deseos de adquirir y asimilar nuevos conocimientos. |
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