El Congreso Nacional Africano (ANC según la sigla en inglés) logró en las terceras elecciones legislativas democráticas la mayor victoria desde que llegó al poder, hace 10 años. Con el 69,7% de los votos, Thabo Mbeki, se aseguró un segundo mandato al frente del país, con la promesa de hacer frente "al desafío" planteado por el resultado de los comicios. En las elecciones nacionales y provinciales compitieron unos 37 partidos, algunos solo a nivel provincial.el presidente. Por primera vez, el ANC supera la barrera de los dos tercios de los votos, necesarios para poder modificar la Constitución.

El ANC, fundado por Nelson Mandela y Walter Sisulu entre otros, triunfó en 8 provincias (de un total de 9) y sólo cedió el gobierno en la provincia de KwaZula Natal, gobernada por el Partido Inkatha Libertad (de la tribu zulú), desde el fin del apartheid en 1994.

El partido zulú fue aliado de los gobernantes blancos y combatió contra el ANC en los últimos años del gobierno racista, y mantiene su beligerancia. En los choques entre simpatizantes de uno y otro partido, murieron unas 30 personas en los últimos 5 meses, aunque los observadores sostienen que la cifra es baja si se compara con los choques entre ambos grupos previo y durante las primeras elecciones democráticas en 1994, que se saldó con varios centenares de muertos.

En estos comicios, en segundo lugar quedó el partido Alianza Democrática (DA), derecha liberal con una fuerte base electoral blanca) preservó su condición de primer partido de la oposición, con el 12,3% de los sufragios. A nivel nacional, Inkatha Libertad había obtenido alrededor de 6,8% del total, y el Nuevo Partido Nacional -sucesor del Partido Nacional que gobernó durante el apartheid-, apenas superó el 2%. dos por ciento.

Según el organismo electoral, participaron en los comicios más de 20 millones de personas, aproximadamente el 75% de los habilitados para votar.

Estos fueron los terceros comicios democráticos desde el fin del apartheid, y los segundos sin la presencia en las listas del primer presidente democrático y líder de la lucha contra el apartheid, Nelson Mandela.

"El ANC ha recibido el apoyo y la confianza aplastante del pueblo de Suráfrica ... Es un resultado para el ANC, que tiene un deber, un deber absoluto de hacerlo bien en todo aquello en lo que se ha comprometido", declaró Thabo Mbeki, presidente reelecto.

Poco antes de las elecciones, Mbeki había resaltado que su gobierno ha cubierto necesidades básicas como la vivienda, la electricidad y el agua en los últimos 10 años desde el fin del apartheid. Citó las palabras del ex mandatario Nelson Mandela cuando se dirigió al Parlamento por primera vez en 1994: "El propósito que inspirará a este gobierno será el de la expansión de las fronteras de la realización humana, y la extensión de las fronteras de la libertad".

Mbeki añadió, sin embargo, que Sudáfrica aún enfrenta el desafío de la pobreza: "Todavía no hemos erradicado el cruel legado que heredamos".

La economía surafricana crece ahora más de lo que lo que lo hacía durante el apartheid, pero se mantiene una gran diferencia entre salarios de blancos y negros. El desempleo alcanza al 40% de la población y se estima que uno de cada nueve surafricanos está infectado con el virus del sida.

De allí que los principales puntos de debate de la campaña electoral hayan sido la delincuencia, la corrupción, el desempleo y el combate al sida.

El desempleo asciende a entre 30 y 40 por ciento de la fuerza de trabajo sudafricana. Mientras el ANC asegura que en su gobierno se crearon dos millones de empleos, la oposición sostiene que, en realidad, se perdió un millón.

La polémica llegó al punto de que DA prometió en carteles en Pretoria y Johannesburgo "un millón de trabajos reales". El ANC también propuso ampliar los derechos laborales vigentes en la industria y los servicios al sector agropecuario y al servicio doméstico. Mientras, DA prometió recortes de impuestos y desregulaciones para mejorar las condiciones empresariales y la creación de empleos.
Mbeki también recibió numerosas críticas por las dificultades en el suministro de drogas antirretrovirales a portadores del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida. El Instituto para la Democracia en Sudáfrica (Idasa) calculó que hasta 800.000 ciudadanos no concurrieron a las urnas a causa de la debilidad ocasionada por el sida o porque debían cuidar a sus familiares portadores de VIH.