Escribe Leo
"Confianza (del pueblo) en la policía, por el piso" es el contenido de los titulares de los medios suecos en la presente semana. Cuando se leen los artículos pocas veces o ninguna, un lector atento encuentra un análisis objetivo y amplio de lo afirmado en el título. En primer lugar cabría sustituir las palabras (falta de) "confianza en la policía" por (falta de) "confianza en el gobierno". Porque en una democracia se supone que la policía, como los servicios de seguridad y las fuerzas armadas están subordinadas al gobierno y no actúan por la suya. Esa situación de policías "autónomas" era y es frecuente en aquellos países que sufrieron dictaduras, como fue el caso de los latinoamericanos en la década los 70 y parte del 80.
Desaparecidas las dictaduras, al menos formalmente, las corruptas estructura policiales quedaron intactas y ningún gobierno "demócrata" ha podido o ha querido sanearlas.
Cuando algún ciudadano sufre un robo en su domicilio, se abstiene de llamar a la policía por temor a que esta se lleve lo que los ladrones han dejado.
En Suecia, la gente confiaba en el policía, en su comportamiento correcto y su honestidad, más allá de que detuviera o no a los delincuentes. Investigar las causas es importante, para no cometer la injusticia de meter a todo el cuerpo policial en el mismo saco. Lo primero que llama la atención es que no se trata de un hecho aislado. La confianza en los políticos también ha caído en picada, y ni qué decir en la elite del poder económico por la que se sentía confianza y admiración. Los consumidores suecos confiaban en la veracidad de las etiquetas que tenían los productos. Ahora ya no. Y lo que casi nunca se dice, el deterioro coincide con el entronizamiento del mercado como valor supremo de la sociedad. Y del "terrorismo" como amenaza inminente.
En el caso de la policía, no se trata solamente de que no capture al ladrón. Con el advenimiento de la "libertad" a los países excomunistas, la invasión de las ligas de delincuentes denunciadas por la propia policía sueca, incluso por su origen, amenazan, si no lo son ya, con constituirse en un poder incontrolable. La actividad de esas ligas, comercio de mujeres, de niños y de drogas, mueven cantidades enormes de dinero. ¿Es una razón para la impunidad? ¿Existe una verdadera voluntad política de combatirlas. ¿Porqué pudo la Revolución Cubana erradicar la mafia más poderosa de la historia instalada en Estados Unidos en connivencia con muchos gobernantes, que "gobernaba" en Cuba?
Aparte de los problemas de delincuencia común, en los últimos años hemos presenciado en nuestro país, acciones policiales propias de la regimenes dictatoriales. Aquí se ha apaleado gratuitamente demostraciones pacíficas, se ha llevado detenido contra su voluntad a un dirigente político, eurodiputado, que participaba en ellas, se han "colocado" misteriosas bombas en lugares estratégicos y lo más preocupante, se ha tirado a matar para responder a una pedrea de los estudiantes, hecho condenable. Pero que en ningún momento puso en riesgo de vida a los policías. La lista no se acaba aquí. Un jefe de la policia de seguridad negó la existencia de organizaciones nazis en el país o por lo menos que fueran un peligro. Pese a que han sido los únicos que han asesinado a policías, sindicalistas, a otros jóvenes, y aterrorizado a muchos ciudadanos. Profundizar en todos estos hechos podría contribuir a esclarecer la situación. Que es grave. Porque cuando la policía empieza a sustituir de hecho las normas que regulan su comportamiento , comienza la muerte de la democracia.
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