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30-Enero-2004

 

Con Sara Méndez

La acción de Kirchner en DD.HH
condiciona al FA

 

Entrevista de Ignacio Cirio


Sara Méndez tiene una repisa llena de fotos viejas en marcos recién comprados. En ellas puede seguirse el crecimiento de un bebito de apenas seis meses, semi-erguido y gesticulando entre sábanas celestes, a quien una luz solar alcanza lateralmente y le enciende la cabeza de un rubio furioso; pasando por la instantánea de un adolescente con los mismos ojos achinados que su madre asigna a herencias paternas-, cabeza que hace más cuadrada un pelo estrictamente corto y con algo de extrañeza al verse enfundado en un traje claro, de verano, seguramente en la boda de algún familiar; hasta llegar a la imagen del joven de 27 años, recién casado y disfrutando junto a su pareja de una playa conformada por arenas blancas y aguas transparentes. Este muchacho de mirada inteligente, muy urbano y por ende casi adicto al smog porteño, ignoró ser quien es durante 25 años y hoy junto a su madre, en temporadas en que uno u otro cruza el charco platense, se encuentra abocado a la ruda tarea de destejer su cuarto de siglo, para rearmar su tejido existencial intransferible.


La apartada chacra de la que Sara y su esposo, Raúl Olivera son caseros desde hace seis años está situada en un punto alto del Montevideo periférico. Las grandes moles arquitectónicas de nuestra capital Palacio Salvo, Hospital de Clínicas...- cumplen las veces de mojones en el horizonte cargado de nubarrones y permiten orientarse tras la travesía por caminos vecinales que insume el trayecto desde el centro.

Sara desciende de la escalera que la ayudaba a pintar una de las puertas de la casa y nos atiende. Comentará como al pasar que el niño que le arrebataran Nino Gavazzo y el Plan Cóndor en una fría noche porteña hoy es un bicho de asfalto que echa de menos las aglomeraciones humanas en sus asiduas visitas a casa de su madre. Asiduidad que va adquiriendo la forma de una rutina que esta mujer anheló por un cuarto de siglo.

Involuntariamente, los entrevistadores que acudimos esta semana hasta el chalet rodeado de árboles añosos e incipientes en busca de opiniones políticas quedamos prendados de un compromiso: la posibilidad de cruzarnos en una calle montevideana con Simón Riquelo, el niño símbolo de dos décadas de rescate histórico, y poder reconocerlo. En la siguiente entrevista, Sara Méndez repasará el Congreso del Frente Amplio y los desafíos de un gobierno de izquierda, entre otros puntos, comenzando por el reciente cruce entre Batlle y Kirchner como consecuencia de la indagatoria sobre María Claudia García de Gelman.

- Más que lo que ha sido este último tiempo de contradicciones entre Uruguay y Argentina en relación a este tema, me referiría lo que ha sido la posición de Argentina. Yo desearía que el gobierno de Uruguay hubiese tenido la misma fuerza para plantear el reclamo de sus desaparecidos tal como lo hizo el argentino. En ese aspecto yo me centro, dejaría de lado la controversia para ver el tema central. Pienso que el gobierno argentino ayudaría mucho, no solamente al caso María Claudia sino a todo el tema de los desaparecidos en la medida en que la línea que plantea de Derechos Humanos no permitir el ocultamiento y trabajar en función de la verdad y la justicia- sirva para lograr que lo que ya ocurrió en algunos juzgados argentinos cuando tocaron el tema Plan Cóndor y desaparición de extranjeros, se requiera a militares uruguayos que estaban inculpados de delitos de lesa humanidad. Creo que ese es un tema fundamental en este momento. Si bien parte de Argentina como un pedido judicial, acá se vio obstruido, la Justicia uruguaya nunca se expidió porque quedó bloqueado en Cancillería, por el poder político.

- Hablamos del antecedente concreto del pedido de extradición del juez Canicoba Corral para varias figuras de la dictadura uruguaya que participaban de tareas en Buenos Aires. Entre ellos Nino Gavazzo, Manuel Cordero, Campos Hermida y otros...

- Sí, claro. Primero se pide que se tomen declaraciones a militares uruguayos, luego la extradición y no se da andamiento a ese reclamo de la Justicia argentina, que tenía que ver justamente con los desaparecidos uruguayos en Argentina...

- ¿Ésos por los que ahora reclama el Presidente?

- ...y las responsabilidades concretas de uruguayos en esas desapariciones. Hay un elemento que es fundamental y que tiene, mucha fuerza si la ejercen los argentinos. Y es (exigir) que el gobierno uruguayo no impida el procedimiento jurídico que está hace tiempo ya como reclamo de Argentina. Pero hay además otras medidas que Argentina puede tomar cuando hay reclamos jurídicos que no son cumplidos por alguno de los dos gobiernos, violando pactos y acuerdos internacionales.

- ¿Por ejemplo?

- Hay cuestiones de orden internacional jurídico que son muy prolongadas pero también hay medidas económicas y de relacionamiento entre ambos países que el gobierno argentino podría considerar para que esté ejerciendo también presión al gobierno de Jorge Batlle. Quizá lo más importante de esto para nosotros, que estamos muy próximos a unas elecciones en las que pensamos va a haber un cambio de gobierno sea (demostrar) que el tema de los desaparecidos no está resuelto y que aparezca continuamente creo que es lo que deja con más claridad que hasta que no se llegue a una definición de fondo, va a seguir apareciendo y produciendo problemas como existen hoy o de otro carácter. Lejos de aquellos que creen que esto es simplemente un tema traído al orden del día por unos trasnochados, se evidencia que las desapariciones forzadas y los delitos de lesa humanidad sin temas aún presentes y hasta que los gobiernos no se dediquen a buscar una solución de fondo -en las que estén el esclarecimiento de fondo y el pase a la justicia para esa investigación que se debe- va a repetirse. Pienso que un gobierno progresista tiene que encararlo y no podría nunca hacer medidas paliatorias que a veces no duran más de lo que puede mantenerse en los medios de difusión.

- Ese cambio de actitud de este gobierno quedó seriamente cuestionado en el último episodio, debido a que al requerimiento jurídico, el gobierno le replicó políticamente. ¿Estás de acuerdo entonces con la frase del presidente Kirchner a Batlle en Asunción cuando le expresó que me lo va a explicar Tabaré?

- Yo creo que el esgrimir el trabajo de la Comisión para la Paz, que es como dijo el ex ministro de la Suprema Corte, (Nelson) García Otero- una nada jurídica para responder a una situación como la planteada a partir de la desaparición de María Claudia, es realmente un absurdo. Está bien que el gobierno argentino haga sus reclamos ahora, que siga insistiendo en estos reclamos, pero el acento habría que ponerlo en mostrar que esa postura de Batlle cuando dice ¿qué ha hecho Argentina por los desaparecidos uruguayos?, es absurda y falsa en la medida en que impidió el avance de la investigación de la justicia argentina.

Ahora se abre la causa de María Claudia en Argentina no incluida en la que está ya funcionando que es Plan Cóndor. En ese sentido creo que una causa nueva va a significar un retroceso en la medida en que la anterior tiene ya varios años de funcionamiento. Pero a nadie escapa que los militares que están implicados directamente en la desaparición y el asesinato son los mismos que estuvieron en todo lo que fue el secuestro de uruguayos en Argentina. Yo declaré en la causa de Plan Cóndor específicamente por el caso de María Claudia cuando teníamos desde acá el convencimiento de que la mujer embarazada de Bvr. Artigas y Palmar era ella.

- La respuesta del gobierno uruguayo emitida el miércoles 21 es bastante sintomática en la medida que circunscribe todo lo que el Estado uruguayo puede saber respecto a los desaparecidos a las conclusiones de la Comisión para la Paz. Pese a que algunos casos, como el del propio Simón, escaparon totalmente a las investigaciones de ese grupo.

- Sí. Y otra cosa que la Comisión no tocó en absoluto fue la declaración y los elementos testimoniales fuertes que existen de un segundo traslado de prisioneros que estaban también en Orletti. Hubo varios traslados menores, pero hubo un traslado masivo que nunca fue investigado y es muy importante. Si se confirma ese traslado esos compañeros desaparecidos habrían sido ejecutados acá, en territorio uruguayo.

- Esa nada jurídica ¿qué otras consecuencias podría tener?

- Creo que el Informe de la Comisión para la Paz no convence a nadie en la medida en que no obliga sin llama a las personas vinculadas a las FFAA que tengan conocimiento sobre los hechos acontecidos en ese período. Sabemos que en ningún momento hubo un arrepentimiento o una reconsideración sobre esos hechos. Al contrario, cada vez que las FFAA se expiden sobre ello hay una reafirmación de todo lo hecho como necesario y positivo. A su vez, esos datos, ¿quiénes los aportan? ¿Qué elementos de veracidad pudieron dar los que aportaban los datos? Judicialmente no ha servido nada de lo que la Comisión ha concluido. Cualquiera que se acerque al expediente de Elena Quinteos y vea que se cambia la carátula de coautoría de privación de libertad por la coautoría de homicidio se da cuenta que es una aberración jurídica en la medida en que no hay un elemento de prueba del homicidio, más allá de todo lo que se pueda pensar acerca de que los desaparecidos no están con vida.

El producto de la Comisión para la Paz es un hecho político creado por el gobierno Batlle con la anuencia y creo que ahí está la parte de responsabilidad de la izquierda- del Frente Amplio, que le dio la validez. Si no, esa Comisión no podría haber existido.

- Esa insolvencia jurídica de la Comisión quedó clara también en el escrito del Juez Recarey reclamando la convocatoria a los militares como testigos...

- Cada vez que se llama a declarar militares uruguayos aún en calidad de testigos- aparece el Poder Ejecutivo uruguayo para impedirlo. Lo del juez Recarey fue lo más reciente.

- El juez Oyarbide incluyó tu nombre como testigo en este caso ¿Tendrías algo que aportar sobre el paradero de María Claudia?

- Podría aportar el convencimiento de que María Claudia estuvo en Bvr.Artigas y Palmar y por lo tanto los militares que estaban como responsables de esos procedimientos. Cuando citan a Barboza y a mí como personas que tuvimos relación directa con María Claudia hay un error. La persona que tuvo una relación directa, aparte de Barboza en su calidad de soldado, fue Pilar Nores Montedónico, una uruguaya traída de Argentina que estaba colaborando con los militares en ese momento y que por tanto tenía acceso a distintos lugares de la casa. En la investigación que hicieron los gelman acá en Uruguay llegaron a hablar con ella y les confirmó que sí tuvo contacto directo con María Claudia, la vio embarazada, cuando nació su hija e incluso salió a comprarle ropa para el bebé.

- ¿Pensás que el presidente Batlle puede tener información relevante sobre este caso, al punto de comunicárselo a Rafael Michelini?

- Yo creo que sí, sin duda que la tiene. Ni bien asume el gobierno él tiene de fuentes militares información de que quién creíamos que era Simón Riquelo, no lo era. Y realmente cuando se hace el ADN sabía que iba a dar negativo y esas mismas fuentes le dieron elementos sobre otros casos. Si bien Gelman llega por su lado, valiéndose de la colaboración de mucha gente, a dar con su nieta la señora que la crió había sido abordada por gente especialmente enviada por Gelman-, el Presidente estaba haciendo investigaciones y llegan a manejar los mismos datos. Para esa investigación él estaba siendo informado por fuentes militares.

- ¿La Comisión puede haber trascendido los propios límites que le planteaba Batlle?

- Estoy convencida de que ninguno de esos militares relacionados directamente con los hechos fueron a declarar a la Comisión. Los elementos más activos no fueron. Además, ¿de qué forma se podría confirmar que sus declaraciones eran ciertas? Claro, en el caso María Claudia se podría confirmar porque era dar con la nieta; en el caso Simón se pudo confirmar que el dato obtenido por Rafael Michelini era correcto porque se dio con él... Pero en los demás es imposible confirmar la veracidad de los dichos de gente que en definitiva no parten de un arrepentimiento y una forma de saldar ese pasado.
A Batlle le fue comunicado quién era el asesino casi de forma anecdótica.

- Hacías hincapié en las enseñanzas que esta situación deje a próximos gobiernos. En su último Congreso, el Frente Amplio abordó una fuerte polémica sobre la posible impugnación de la Ley de Caducidad. ¿Qué reflexiones has hecho en ese sentido?

- Creo que de repente se votó algo sin tener absoluta claridad de lo que se estaba votando. De hecho, lo que se votó fue una derogación de la ley en la medida de que los convenios internacionales están por encima de las leyes nacionales. Es una polémica que el Frente ha estado retaceando y esquivando. No sé hasta cuando va a poder mantenerla así. La acción argentina en este período en materia de derechos humanos también condiciona al Frente. Creo que hay un piso muy marcado en este tema por un gobierno (el argentino) que no es de carácter socialista ni mucho menos. Esto le plantea un gran desafío al Frente de forma inmediata. Lo digo por ejemplo con respecto a lo que han sido los cuadros policiales y militares aún en actividad y que actuaron en la dictadura.

De pronto es correcto que esto no sea centro del debate político hacia las elecciones, (pero) tampoco es un tema nada menor.

- ¿Necesariamente pasa por anular la Ley de Caducidad o bastaría con no interferir a las citaciones a militares?

- Es que justamente lo que falta no son leyes nuevas sino que no se impida investigar a la Justicia. En el libro que hicimos con Raúl sobre Elena Quinteros vemos que en estos años no es la Ley de Caducidad la que ha impedido la investigación sino el poder político y las actuaciones llevadas a cabo. El caso Recarey fue muy claro: no innovó ninguna ley, actuó en función de las leyes que tenía y sin embargo podría haber avanzado si no fuera que el poder político lo limitó.

- Se ha dicho que Kirchner ha personalizado el reclamo por el caso Gelman en función del vínculo que los une...

- Probablemente se conocieran de la militancia peronista.

- ¿Cómo ves tú la actitud del presidente argentino?

- Creo que en la manera en que sale frente a las cosas hay mucho de su personalidad. Se expone mucho, pienso que también como gobernante y primera figura del gobienro la práctica política lo va a...

- ¿Amansar?

- No sé si a amansar pero creo que a veces responde más a la forma que a los contenidos. En el tema económico, es muy fuerte respecto a los adjetivos que emplea pero no tan fuerte en las medidas que aplica. Creo que en ese sentido puede haber algo que le gusta mucho a los argentinos como país grande y ese sentido de nación que tienen y es el sentimiento de que, frente a un grande (Estados Unidos) ellos también pueden actuar como grandes



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