Los presidentes de Uruguay, Jorge Batlle, y México, Vicente Fox, firmaron el viernes un tratado de libre comercio calificado por el gobierno uruguayo como «muy significativo» para la integración continental dado que es acordado por países del Mercosur y del NAFTA norteamericano. El acto se celebró en la ciudad boliviana de Santa Cruz, donde han acudido los representes de los gobiernos de ambos países para la XIII Cumbre Iberoamericana. El tratado es el primero que de forma bilateral concluye con México un país del Mercosur, que integran también Argentina, Brasil y Paraguay.

La firma del acuerdo es la culminación de un complejo proceso de negociaciones bilaterales emprendidas en los últimos 15 meses, y, según las autoridades uruguayas, «contiene algunos perfiles inéditos por la diversidad de áreas que abarca y lo específico de las disposiciones».

El tratado fue calificado por el canciller Didier Opertti, como «de última generación», generación», en virtud de la amplia cobertura y la rigurosa actualidad de sus disposiciones bajo la perspectiva de las tendencias actuales del comercio internacional.

Uruguay destacó «el camino cualitativo» que tiene el acuerdo bilateral acordado con México porque «no se limita a mejorar el acceso de bienes y servicios a los respectivos mercados, sino que también se sustenta en una visión global de las relaciones económico-comerciales, abarcando el conjunto y la complejidad de las mismas».

También subrayó que «profundiza, la integración de dos economías básicamente complementarias». El ministro Opertti explicó además que el tratado, junto con los acuerdos comerciales vigentes dentro de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), alcanza al 93 por ciento del universo arancelario, que queda en el futuro libre de restricciones de acceso al mercado.

La apertura tiene una magnitud que «es particularmente notoria en el área industrial, ya que salvo pocas excepciones se registra una reducción de arancel cero en el universo respectivo, donde se destaca el sector del calzado con una desgravación lineal en diez años», subrayó Opertti.

En las áreas agrícola y agroindustrial, entre otras concesiones subrayó el aumento de los cupos asignados a Uruguay para tejidos de lana que pasan a 1.800.000 a 2.300.000 metros cuadrados y los quesos de 4.400 a 6.600 toneladas anuales.

También se acelera la desgravación progresiva de la carne de bovino, el principal producto de exportación hacia México, que tendrá un arancel permanente del 7 por ciento a partir del tercer año de la entrada en vigor del tratado de libre comercio.

En otros sectores, el acuerdo establece una serie de mecanismos para la cooperación en materia de normas sanitarias, fitosanitarias y técnicas vinculadas al comercio. Además, se actualiza y mejora las disposiciones en materia de inversiones.

Respecto de la propiedad intelectual, el acuerdo es el primero que firma Uruguay con un capítulo específico sobre el asunto, de acuerdo con las disposiciones de la Organización Mundial de Comercio (OMC).

El documento que firmaron Batlle y Fox también incluye un régimen definido como «moderno» para la solución de controversias, que se sitúa en las últimas tendencias en materia de derecho internacional. También se crea una Comisión Administradora para supervisar y asegurar el cumplimiento de disposiciones, así como su eventual actualización, al tiempo que se establece un plazo de tres años para su revisión.