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Censura de prensa |
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escribe Rafael Ugalde Quirós Una acción inusitada de censura previa en el más antiguo semanario costarricense, empezó a practicar esta semana la bachiller Thaís Aguilar, a quien las autoridades de la Universidad de Costa Rica colocaron como directora luego de la persecución y despido del escritor Carlos Morales, quien lo dirigió por 20 años. El Semanario UNIVERSIDAD, fundado en 1970, es el periódico universitario más sólido y antiguo de Latinoamérica y se ha caracterizado como un difusor progresista identificado con las causas populares de todos los pueblos, razón por la cual ha sido premiado muchas veces, tanto nacional como internacionalmente, a la vez que vilipendiado y perseguido por el conservatismo localy regional. Tanto en Costa Rica como en Centroamérica, UNIVERSIDAD es considerado un baluarte de la libertad de expresión y hasta los sectores más reaccionarios del país lo denominan el periódico más libre, pues en sus páginas nunca se había ejercido la censura previa. No obstante, desde la segunda semana de enero, la feminista Thaís Aguilar que tomó la dirección, advirtió a sus periodistas que no permitiría publicar más mierdas contra las autoridades de la institución que nos financia, en circunstancias de franca lucha entre estas y el diario, por diversos casos de corrupción denunciados en sus páginas. Dicho y hecho, la nueva directora procedió a meter tijera en los trabajos de los reporteros y así afectó los materiales de Eduardo Ramírez y Fabiola Pomareda, los cuales, en unión de todo el personal, manifestaron su inconformidad. En el caso de Pomareda hubo correcciones sobre un tema universitario, pero en el caso de Ramírez hubo recortes en una entrevista y censura total en un artículo que denunciaba precisamente los casos de persecución que se viven en esa universidad, víctima de la cual fue expulsado del campus el anterior director y colaborador de LIBERACION, Carlos Morales, quien ha demandado al rector Miguel Macaya por una suma millonaria en los tribunales de justicia. En una conversación con periodistas, los reporteros de UNIVERSIDAD mostraron los originales tachados o del todo censurados y afirmaron que llevarán el caso ante el Colegio de Periodistas local y ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con sede en San José. Como secuela de esta intervención en la heroica publicación universitaria, varios funcionarios de ella han sido perseguidos y en particular la Jefa de Redacción, Ana Incer, quien ha recibido dos sanciones en menos de l5 días, a pesar de que el año anterior había sido declarada la mejor funcionaria y jamás en 30 años de servicio había sido amonestada por razón alguna. También ha sido perseguida la administradora Cecilia Sánchez, quien se vio obligada a demandar al rector ante los tribunales y estos le dieron la razón. El caso de persecución y censura en el antiguo paladín de las libertades costarriqueñas fue conocido en estos días por el Consejo Universitario, órgano de la entidad que se preocupó ante las denuncias de hostigamiento que también incluyen a las dos radioemisoras de la más grande casa de educación superior del país. Como consecuencia de ello, el Consejo ordenó una intervención en todos los medios de comunicación de la universidad, para determinar cuáles son las anomalías que se viven, a la vez que derogó un reglamento del rector que pretendía centralizar todos los medios bajo su mando. La crisis en los medios de la Universidad costarricense se desconoce en el país, pues acá la prensa conservadora la ha invisibilizado alevosamente. Rafael Ugalde Quirós, periodista y abogado.
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