escribe Eduardo Camin.

En un informe preparado para el XVI Congreso Mundial sobre Segu ridad y Salud en el Trabajo que se celebra del 26 al 31 de mayo en Viena, Austria, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indica que el número anual estimado de fallecimientos de trabajadores ha aumentado claramente desde 1990. Un total de dos millones de trabajadores mueren cada año a causa de enfermedades y accidentes relacionados con el trabajo y según informó la OIT esto es apenas la punta del iceberg.

Los cálculos mas recientes de la OIT revelan que hay dos millones de fallecimientos anuales relacionados con el trabajo, más de 5.000 al día, es decir tres por minuto y que por cada accidente mortal hay entre 500 y 2.000 lesiones, según el tipode trabajo. Además la OIT destaca que, por cada enfermedad mortal relacionada con el trabajo, hay otras 100 enfermedades que provocan ausentismo laboral . Según las cifras de la OIT, el cáncer es el que más vidas cobra en los lugares de trabajo, causando unas 640.000 víctimas, es decir el 32 por ciento de los fallecimientos, seguido por las enfermedades circulatorias, que representan el 23 por ciento, los accidentes el 19 por ciento y las enfermedades transmisibles el 17 por ciento, además el informe destaca que únicamente el amianto cobra la vida a 100.000 personas cada año. Lo más grave, 12.000 de los fallecimientos anuales corresponden a niños que trabajan en condiciones peligrosas, dijo el Dr.Takala, director del Programa InFocus de Seguridad y Salud en el Trabajo y Medio Ambiente .

Según el Dr. Takala, la agricultura, sector en el que se emplea a más de la mitad de los trabajadores del mundo, registra más del 50 por ciento de los accidentes mortales, lesiones y enfermedades profesionales. De los cuales un número particularmente alto de muertes y lesiones se produce en los países en desarrollo, donde se concentra un gran número de trabajadores en actividades primarias y de extracción, que se encuentran entre los sectores más peligrosos del mundo como la agricultura, la explotación forestal, la pesca y la minería. Según el informe de la OIT, los países industrializados, pese a un claro descenso de las lesiones graves, están haciendo frente a la naturaleza evolutiva del trabajo, lo que ha generado nuevos riesgos profesionales, entre los que se encuentran los transtornos músculo-esqueléticos, los problemas del estrés y mentales, las reacciones y problemas de asma y alergia provocados por la exposición de agentes peligrosos y cancerígenos, como son el amianto, la radiación y las sustancias químicas. El alto costo de la negligencia se traduce en gastos económicos y aunque es imposible fijar un valor a la vida humana, las cifras de la indemnización indican que el costo de las enfermedades representa cerca del cuatro por ciento del producto interno bruto mundial, en forma de absentismo laboral, tratamientos de enfermedades, incapacidad y prestaciones de supervivientes.

El informe destaca además que la cobertura relativa a la seguridad y la salud en el trabajo varia notablemente entre las diferentes partes del mundo, mientras que los trabajadores de los países nórdicos disfrutan de una cobertura casi universal, sólo el 10 por ciento o menos de la fuerza de trabajo en muchos países en desarrollo tenía la posibilidad de acogerse a algún tipo de cobertura. No obstante la OIT afirma que sería posible prevenir un 80 por ciento de los fallecimientos y accidentes ligados al trabajo si todos los Estados miembros de la OIT aplicaran las mejores estrategias y prácticas de prevención de accidentes que ya están aplicándose y están al alcance de todos. En este sentido la aplicación de los convenios No.155 sobre seguridad y salud de los trabajadores, y el Convenio No.161 sobre los servicios de salud en el trabajo que si bien es cierto deben considerarse como normas mínimas, la aplicación de las mismas podrían evitar algunas muertes inútiles. No debemos olvidar que junto con los dos millones de muertes anuales hay otros 160 millones de trabajadores que contraen enfermedades profesionales algunas de las cuales resultan irreversibles. Si la OIT destaca que esto es apenas la punta del iceberg podemos concluir que en las turbias aguas de la mundialización el trabajo mata a mas gente que el alcohol y las drogas juntas .