Hoy comienza en la caribeña isla de Trinidad y Tobago la denominada Cumbre de las Américas, iniciadas en 1994 y que se han hecho siempre excluyendo a Cuba. Creado este cónclave de mandatarios americanos cuando todavía el neoliberalismo campeaba a sus anchas por el continente, las últimas reuniones de esta instancia política -que no constituye de por sí un organismo- fue convirtiéndose en un foro donde los países del sur comenzaron a hacer sentir sus voces y tomar distancia de las políticas impulsadas por Estados Unidos.
La última cumbre realizada en Mar del Plata, Argentina, en 2005, fue la demostración más cabal de que las relaciones entre Estados Unidos y los países latinoamericanos estaban cambiando.
Allí por ejemplo quedó muerto el ALCA, cuando los gobiernos sudamericanos rechazaron el último intento del presidente norteamericano George Bush de incluir el tema en la agenda de la reunión con la complicidad del mexicano y ahora casi olvidado Vicente Fox.
La reunión ahora en Trinidad-Tobago, la primera para el presidente norteamericano Barack Obama, servirá para medir hasta que punto su gobierno está dispuesto a cambiar el conocido estilo de "ordeno y mando" en las relaciones con sus vecinos del continente.
En la mal llamada "cumbre progresista" realizada recientemente en Viña del Mar, Chile, el vicepresidente norteamericano Joseph Biden, intentó convencer a los asistentes que Estados Unidos estaba cambiando la manera de relacionarse con sus vecinos, cuando sostuvo que su país "venía a escuchar" a los presidentes latinoamericanos.
Si es así como dice Biden, esta Cumbre de las Américas será entonces una prueba para los oídos del presidente Obama y su secretaria de Estado, Hillary Clinton.
Es claro que la muy divulgada decisión del presidente Obama de eliminar las restricciones impuestas por el gobierno de Bush al viaje de los cubanos-americanos a la isla, aunque representa un paso positivo, es insuficiente para subrayar la decisión de cambio, si es que existe porque el bloqueo persiste con todo su rigor económico.
Según un comunicado de la Casa Blanca, las autorizaciones a la comunidad cubana residente en Estados Unidos para viajar a Cuba, volverían a la situación anterior existente que se creó durante el gobierno de Carter.
En este momento, los cubanos que residen en EE.UU. pueden viajar a la isla una vez al año, después de que el pasado 10 de marzo el Congreso redujera unas limitaciones mucho más duras. Hasta entonces, el gobierno estadounidense sólo permitía a los parientes de primer grado (abuelos, padres, cónyuges, hijos, hermanos y nietos) viajar a la isla una vez cada 18 meses y sólo durante dos semanas.
Con los cambios anunciados este lunes por Obama, personas de hasta tercer grado de consanguinidad, como primos segundos, podrán viajar a la isla tantas veces y por tantos días como deseen. Por otra parte seguirán las restricciones para el viaje a Cuba para los ciudadanos norteamericanos y todas las restricciones al comercio, incluso aquellas que afectan al comercio de terceros países con la isla.
En resumen, el "gran avance" consiste en retroceder a la situación existente antes del gobierno de George Bush.
Con la medida, Obama parece que busca anticipar uno de los temas candentes de la Cumbre de Trinidad y Tobago. En estos días ha circulado un borrador de proyecto de declaración donde no se menciona para nada el bloqueo a Cuba, documento que ya los presidentes Daniel Ortega y Hugo Chávez han impugnado y exigieron cambios. Seguramente ambos mandatarios abordarán ese tema para arribar a una una posición común con otros países, en la Cumbre del ALBA que se reunirá en la ciudad de Cumaná, Venezuela, dos días antes de la de Trinidad-Tobago.
Aunque todos los presidentes latinoamericanos recibirán con expectativas positivas la primera reunión con el mandatario norteamericano, no por ello dejarán de insistir en un tema que irrita a los pueblos del continente, ya que la continuación del bloqueo a Cuba es la demostración cabal de la prepotencia imperialista en la región. Y Cuba pese a que todavía se le excluye, estará de todas maneras allí presente en la voz de toda América Latina que exige el fin del bloueo norteamericano.
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