inicio | opinión | notas | cartelera | miscelanea sueca | suplementos | enlaces 13-Julio-2007

El militante más viejo de Cuba

 

escribe Emilio Comas Paret

Cuando uno tiene la dicha de conocer a personas que mantienen vivas sus ideas y objetivos a pesar de los encontronazos de la vida, que han dedicado su existencia a luchar por aquello que creen justo aunque cada vez más se desdibuje en el presente y se cargue con tintes de utopía, cuando uno se comunica con esas personas e intercambia, hurga, provoca y se da cuenta de que no hay fundamentalismos, ni caprichos, ni abroquelamientos, que las ideas, sus ideas se mantienen con fuerza porque están engarzadas en convicciones añejas, proclives a la necesidad de construir un mundo mejor para la sociedad toda, un mundo más justo, más equitativo, más humano, más solidario. Entonces uno siente una plenitud cercana a la felicidad.

Los habitantes de este planeta llamado Tierra que tuvimos la suerte de vivir buena parte del siglo XX y entrar en el XXI asistimos con tristeza al derrumbe de las ideologías que se fueron junto con los muros, contemplamos a miles de personas cambiando apresuradamente sus ideas y predicando el fin de la historia, la inamovibilidad del sistema capitalista, la aparición del mundo unipolar junto a la globalización y la teoría del derrame, que no es otra que prometernos a nosotros, los pobres de la tierra, que un día mejoraremos gracias al derrame de ganancias de las minorías ricas. Algo así como vivir de lo que les sobre o no les interese.

Ese apocalíptico paisaje fue incrementado miles de veces en los ojos de la sociedad cubana que se vio de buenas a primeras con un abastecimiento precario, sin mercados para sus productos, sin comercio exterior, descendiendo rápidamente su calidad de vida y prácticamente al borde de la asfixia ante el incremento del férreo bloqueo que nos impone hace ya casi cincuenta años la potencia económica y militar más poderosa que conoce la historia y que había sido la gran triunfadora ante el derrumbe del llamado socialismo real.

Muchos cubanos cambiaron sus ideas, otros se alejaron de la lucha, hubo también quien se cansó y asumió la cómoda postura del que espera, dándole la espalda a los postulados que predican la solidaridad en el amplio sentido de la palabra, es decir, se volvieron egoístas defendiendo su posición y cerrando los ojos a los desposeídos del mundo y de su propio país.

Ese fue el panorama.

Por eso es que cuando vemos que un hombre como Ángel Augier, de noventa y seis años cumplidos y setenta y cinco de militancia comunista, se mantiene activo en su condición de poeta, investigador y periodista, activo en la defensa de las ideas por las que luchó toda su vida y todavía peleando por la perfección del Socialismo, no puede uno menos que asombrarse y llenarse de callado orgullo cuando recuerda que ese combativo anciano es su amigo desde hace muchos años.

Augier ingresó en el antiguo Partido Socialista Popular a principios de 1932, en una célula clandestina del municipio de Banes, hoy provincia de Holguín. Casi inmediatamente después creó su propia célula en el batey del central azucarero Santa Lucía, hoy Rafael Freyre.

En 1933 tiene que exiliarse en Honduras ante la represión de la tiranía machadista. Regresa Cuba a la caída del régimen y se vincula desde entonces a tareas partidistas.

Organiza en 1935 el periódico del partido La Palabra de donde es redactor y responsable del suplemento dominical. Al ser clausurada La Palabra publica, también por orientación del PSP un semanario: Resumen.

Luego labora como corrector en el periódico La Discusión

Trabaja en la Oficina del Historiador de La Habana desde 1936 a 1944.

Con Nicolás Guillén y Mirtha Aguirre compone la letra del Himno del PSP.

Funda junto a Guillén y José A. Portuondo la revista de izquierda Mediodía

De 1945 a 1950 es reportero y redactor del periódico Hoy, órgano del PSP.

Fue apresado por el Servicio de Inteligencia Militar batistiano en 1955.

Cuando triunfa la Revolución participa en la fundación de la Agencia Prensa Latina.

En 1961 ingresa en la redacción del periódico El Mundo

También en 1961 participa en la fundación de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.

De 1964 a 1967 trabaja en la revista Cuba Socialista

Luego es vicepresidente de la UNEAC, fundador de la Revista Literatura Cubana y un activo participante en el esfuerzo por el desarrollo de la literatura en su país.

Hoy, con sus noventa y seis años a cuestas, se mantiene activo, investiga, publica, escribe. Deja ya una obra formidable para las nuevas generaciones y un ejemplo de tenaz militancia socialista y absoluta confianza en el futuro.

Y ese poeta que es Ángel Augier sigue llamando al combate cuando nos regala versos como estos, pertenecientes a su poemario Isla en el tacto:

Y en esa llama que incesante avanza
tu corazón se rompe en primaveras
para encender la tierra de esperanza
.



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