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El mundo se calienta |
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Todos los científicos coinciden en que la temperatura en el planeta Tierra está aumentando. Seis de los siete años más cálidos desde que se llevan registros, han ocurrido después de 2001. Sin embargo, no todos coinciden a la hora de encontrar responsables. Para muchos, la actividad humana, el desarrollo industrial, la dilapidación de recursos, es la causa de este calentamiento que, estiman, conducirá al mundo a una catástrofe de grandes proporciones. Otros, los menos, estiman que el planeta ha pasado por fases de calentamiento y enfriamiento, mucho antes de que el desarrollo humano pudiera influir en el clima, y si bien no descartan consecuencias de catástrofes por el cambio climático, dudan de la posibilidad del hombre de influir en los mismos. En febrero, los líderes políticos del mundo comenzarán a analizar el Informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés), ordenado por las Naciones Unidas y que asegura que el calentamiento ya es inevitable y el nivel del mar seguirá subiendo durante más de un siglo incluso si mañana se eliminan las emisiones de gases de efecto invernadero. El planeta se enfrenta al calentamiento global, y la Humanidad no puede esperar a las conclusiones definitivas. Cuando se obtengan puede ser tarde. Es mejor comenzar a limitar en lo posible las determinantes provocadas por el hombre -como la emisión de dióxido de carbono, metano y otros gases a la atmósfera- que esperar decenas de años para confirmar las actuales sospechas. En el caso que esta actividad no sea la causa del efecto invernadero y el calentamiento global, nada se habrá perdido con la limitación de las emisiones de gases. En el presente debate surgen voces interesadas en todos los bandos del debate. Desde impulsores de la energía nuclear que alertan sobre inminente catástrofe de seguir consumiendo combustibles fósiles, hasta líderes religiosos que dejan todo en manos de Dios. En el pasado año, grupos de científicos pronosticaron que de mantenerse el actual ritmo de calentamiento global, en menos de 50 años los mares quedaran sin peces, en 100 años un tercio del planeta será desierto, antes que eso, los mares crecerían entre medio metro y dos metros, inundando las costas y desplazando a más de 100 millones de personas. Los glaciares, Groenlandia, el Artico y la Antártida perderían superficie al derretirse los hielos, entre otras de las predicciones. Sin embargo, otros científicos que también anuncian catástrofes, dicen que en lugar de que el Artico y la Antártida se derritan, por el contrario expanderán la superficie congelada. Muchos de los argumentos presentados como pruebas irrefutables de la incidencia de la actividad humana en el cambio climático es interpretada de otra manera por quienes consideran el calentamiento global como una etapa de un proceso del planeta. Todos los pronósticos explican, son condicionales, ya que hay muchos elementos que no son concluyentes al no existir una medición de largo plazo, y debido a que los modelos de desarrollo planteados, han excluido otros elementos que también influyen sobre el clima, como la influencia del sol y sus radiaciones, la formación de nubes, etc. Emisiones de CO2 Varios científicos sostienen que no existen dudas sobre la relación del aumento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2), el calentamiento global y el cambio del clima. La mayoría de los científicos coinciden en que la temperatura media mundial crecerá entre dos y seis grados centígrados este siglo debido a las emisiones de gases de efecto invernadero, el derretimiento de los casquetes polares, que originarán inundaciones, hambrunas y violentas tormentas. Sin embargo otros científicos calificados argumentan que las mediciones de dioxido de carbono han sido mal tomadas, y que pasando determinado nivel de concentración en la atmósfera, en lugar de un calentamiento global, se produciría un enfriamiento. Algunas investigaciones sobre los hielo antárticos, tomados a diversos niveles de profundidad para tener muestras comparativas de miles de años, también reveles altos niveles de emisiones de CO2 incluso antes de que el hombre caminara sobre dos piernas, y que habrían provocado calentamientos y enfriamientos sucesivos en la historia del planeta. Algunos señalan que las temperaturas frías y frescas en el planeta duraron desde la última glacialización, hasta la Edad Media, que alcanzó una temperatura promedio hasta 3 grados menor que la actual. La emisión de partículas de CO2 se producen por la quema de combustibles fósiles o madera (bosques) entre otras cosas. Esas partículas hacen de "espejo" de los rayos infrarrojos solares que deberían rebotar en la superficie de la tierra y volver a salir hacia el espacio pero que, por su culpa, se reflejan de nuevo hacia nosotros y calientan el planeta. Es el llamado efecto invernadero. La industrialización comporta la emisión masiva de CO2 y eso ha hecho que algunos científicos la responsabilicen del aparente aumento global de la temperatura del planeta durante el último siglo. Otros investigadores sostienen que el efecto invernadero provocaría la formación de nubes, lo que podría compensar el efecto. Un estudio difundido por la revista 'Science' de científicos del Departamento de Ecología Global de la Institución Carnegie y de la Universidad de Yale aseguró que una enorme emisión carbónica en la atmósfera causó el calentamiento global conocido como Máximo Termal Paleoceno-Eoceno (PETM, por sus siglas en inglés). Los registros geológicos muestran que el efecto invernadero resultante de esas emisiones causó un aumento de alrededor de 5 grados centígrados en un lapso de 10.000 años. El aumento de la temperatura se arrastró durante 170.000 años y alteró los patrones de la lluvia en todo el mundo, aumentó la acidez de los mares, la vida animal y vegetal en los océanos y en la Tierra, sostuvo el informe. Los científicos utilizaron en su estudio datos del carbono encontrado en fósiles de plantas y organismos marinos que forman el plancton. Según explicó Ken Caldeira, del Departamento de Ecología Global de la Institución Carnegie, el sistema permitió establecer que la cantidad de carbono liberado en la atmósfera y los océanos es más o menos la misma existente en la actualidad en el carbón, el petróleo y el gas natural. 'El carbono calentó la Tierra durante más de 100.000 años. Si el clima fuera insensible al dióxido de carbono, como afirman los escépticos, no habría forma de que la Tierra mantuviera esas altas temperaturas durante tanto tiempo', ha afirmado Caldeira, quien ha añadido que 'si las emisiones de metano realmente ocurrieron, como muchos creen, la duplicación del CO2 atmosférico produciría un calentamiento de la Tierra de más de 5,6 grados centígrados'. 'Y si eso es lo que ocurrió, nos espera un futuro muy cálido', ha asegurado. También existen otras mediciones que aseguran que posteriormente se produjo un fenómeno de enfriamiento. Otros dudan que el calentamiento del planeta se deba a la emisión de CO2 porque, entre otras cosas, más de la mitad del aumento de temperaturas ocurrió antes de 1940. Por eso siguen buscando explicaciones "naturales". Al fin y al cabo, desde que el mundo es mundo, las temperaturas han subido y bajado constantemente, dicen. Recientemente, el experto David Henderson, ex economista jefe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y profesor visitante de la londinense Westminster Business School dijo que el Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático no debería basar su evaluación climática en sus erradas proyecciones de emisiones de gases invernadero. Según Henderson y Castles, la metodología utilizada para estimar las emisiones acumuladas de gases invernadero (petróleo, gas y carbón) para 2100 fue incorrecta y condujo a presumir un crecimiento económico exagerado para las regiones en desarrollo. 2007 un año caliente El Servicio Meteorológico británico ha afirmado que este año será el más caluroso desde 1659, y que se batirá el récord de 1998. Según un portavoz de esa oficina, hay un 60% de probabilidades de que el 2007 sea "el más caluroso a nivel global y superará el récord establecido en 1998". Además, se cree que la temperatura media de este año superará en 0.54 grados centígrados la media de 14 grados centígrados del período comprendido entre 1961 y 1990. La Organización Meterológica Mundial que sostiene que los años más calurosos hasta ahora han sido 1998 y 2005, lo que parece contradecir a los británicos que ubican los mayores promedios entre 1961 y 1990. Las mediciones de temperaturas se producen más o menos regularmente desde 1850 en algunos países, y en otros recien después de 1900 y con períodos en los que no existen registros. De hecho, la temperatura más alta nunca registrada en la tierra son los 58 grados de Al Aziziya, Libia, en 1922. Pero al mismo tiempo en que se señalan récords de altas temepraturas, los inviernos también registran en estos años récords por lo bajo. Sin tomar en cuenta el promedio del año, diez de los doce años más calurosos desde que se miden los registros corresponden a los últimos doce años. Algunos investigadores alertan que las mediciones son alteradas por el entorno en que están ubicados los aparatos para medirla, por lo que se está promoviendo la construcción de instalaciones en lugares aislados. El informe de IPCC Aunque todavía el documento se mantiene en reserva, ya ha trascendido parte del contenido. La principal conclusión es que el calentamiento ya es inevitable y el nivel del mar seguirá subiendo durante más de un siglo incluso si desde ahora mismo se eliminan las emisiones de gases de efecto invernadero. El Informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés), fue elaborado por un grupo de más de 2.500 científicos organizado por Naciones Unidas. El panel presentará por lo menos 3 informes, el primero sobre el calentamiento en sí, un segudo sobre su impacto en la Tierra, y otro con medidas técnicas para enfrentar la situación. El informe del IPCC supone el mínimo común denominador científico sobre el calentamiento. La redacción final del texto puede cambiar en una cumbre en París en los primeros días de febrero (y en otras posteriores para el segundo y el tercer informe). Sobre todo puede variar un resumen para políticos, que es aprobado frase a frase, ya que los gobiernos miden cada palabra. El informe, sostienen, tendrá referencias también a las discrepancias, y presenta una actualización al informe ya elaborado en 2001. Ahora se hace más incapié en el papel del hombre y la sociedad en el calentamiento global. El texto señalaba entonces que había "pruebas nuevas y más convincentes de que la mayor parte del calentamiento observado durante los últimos 50 años es probable que se deba a actividades humanas". En 2001 los científicos fueron cautos y ahora lo consideran mucho más probable. El lenguaje del documento refiere siempre a más probable, ya que no existen certezas absolutas en este campo. El nivel del mar sube por el deshielo de los glaciares y el aumento de la temperatura. Desde 1961, el mar ha subido unos 0,8 milímetros al año, añade el documento. El informe de 2007 señala que el incremento de situaciones extremas -como sequías y olas de calor- "pueden ser atribuidas al cambio climático antropogénico", el producido por la acción del hombre. "Un grupo de evidencias cada vez mayor sugiere una influencia humana discernible en aspectos del clima como el hielo marino, olas de calor y otros eventos extremos, tormentas y lluvias", sostiene uno de los borradores. "El calentamiento observado en todo el mundo en la atmósfera y el océano, junto a la pérdida de masa de hielo, conjuntamente, apoya la conclusión de que es altamente improbable (menos del 5%) que el reciente cambio climático global haya sido causado por la variabilidad natural del clima", afirma uno de los borradores. De todas maneras, hay quienes sostienen que no existen mediciones confiables de largo plazo como para descartar un cambio natural del clima. La temperatura media de la superficie ha aumentado desde 1850, afirma uno de los borradores. "Las observaciones en el océano, la atmósfera, la nieve y el hielo muestran datos coherentes con el calentamiento". "La temperatura del aire en zonas terrestres han subido el doble que en el océano desde 1979. Además, "la temperatura del océano a grandes profundidades también ha aumentado desde 1955. Aunque la subida en el océano es muy pequeña, su importancia radica en la inmensa cantidad de calor necesaria para elevar la temperatura del mar. El número de noches muy frías (a un 10% de la temperatura media) ha descendido un 76% entre 1951 y 2003 y las noches muy cálidas han aumentado un 72%. Además de las mediciones directas, el informe presenta los datos de reducción de nieve en el mundo: el retroceso de los glaciares ha aumentado el nivel mar unos 0,5 milímetros al año entre 1961 y 2003 y unos 0,8 milímetros al año entre 1993 y 2003. Además, la nieve en abril en el hemisferio norte ha descendido un 5% entre 1966 y 2004. El Ártico pierde cada década desde 1978 un 7,4% de su superficie helada en verano. El calentamiento también se observa en los animales y en las plantas (desplazamiento hacia latitudes más frías, cambios en la floración, procesos migratorios, hasta cambios evolutivos). Un borrador señala: "La actividad humana desde 1750 ha muy probablemente extendido una red que calienta el clima. Es muy probable que el forzamiento de los gases de efecto invernadero ha sido la causa dominante del calentamiento observado en los últimos 50 años en el mundo". Estos gases de efecto invernadero son los que hacen habitables la Tierra, ya que si no sería demasiado fría, pero a los niveles actuales sus efectos son nocivos para el clima. "Los niveles alcanzados en la concentración de dióxido de carbono y metano exceden los valores de los últimos 650.000 años", señala el texto. Los científicos pueden conocer la concentración en la atmósfera hace centenares de miles de años gracias a las perforaciones en el hielo de la Antártida. Allí han conseguido bloques de hasta 2.774 metros de profundidad y cada capa es la nieve de un año. El aire llena los huecos de la nieve y queda atrapado cuando esta se convierte en hielo. Las burbujas permiten saber cómo era el aire cuando se formó la nieve y en qué condiciones de temperatura se formó. Así, los científicos retroceden al clima del pasado. Si en 650.000 años la concentración de gases de efecto invernadero ha oscilado entre 200 y 280 partes por millón (ppm) ahora está en 379,1 ppm y en 50 años puede llegar a 500 ppm. Otros científicos han estado divulgado, aunque con menos atención de la prensa, estudios, experimentos y conclusiones diferentes. Por ejemplo, destacan la desaparición de civilizaciones, mayas, aztecas y asiáticas, provocadas por cambios climáticos bruscos en el pasado, con lo que señalan, el actual cambio climático puede deberse a un proceso natural no provocado por el hombre. De la misma manera, cuestionan las conclusiones sobre el aumento de partículas en la atmósfera, y el método adoptado para medir y promediar las temperaturas. En general cuando surge un informe que no acompaña las prediciones de catástrofe sobre el cambio climático y su relación con la actividad humana, se sostiene que están financiados por las transnacionales y los organismos que proponen el libre comercio como una solución para todo. Sin embargo, también ex activistas ecologistas dudan sobre la confiabilidad de los datos y de las certezas de las conclusiones. "Soy danés, de izquierda, vegetariano, exmiembro de Greenpeace; y creía en la letanía de nuestro medio ambiente en permanente deterioro", así se presenta Bjorn Lomborg, autor del polémico libro "El ecologista escéptico". En ese libro de más de 400 páginas cuestiona muchas de las "verdades" medioambientales usando datos de la ONU, FAO, IPCC y otros organismos. Otros críticos a las conclusiones que responsabilizan a la actividad humana del calentamiento global, insisten en que los datos para respaldar esas conclusiones son escogidos, que sólo toman en cuentan aquellos que avalan la teoría, y para eso destcan la confesión de uno de los líderes del movimiento ecologista y profesor de Stanford, Stephen Schneider cuando, en una entrevista para la revista Discover declaró: "Nosotros no sólo somos científicos, también somos seres humanos. Como tales, queremos un planeta mejor y para conseguirlo debemos conseguir el respaldo de la mayoría. Naturalmente, eso requiere una gran cobertura mediática y, para ello, debemos ofrecer escenarios escalofriantes, debemos hacer declaraciones dramáticas y no debemos mencionar las dudas que podamos tener sobre la validez de nuestras teorías". De todas maneras, no hay margen para las dudas y la inacción, es mejor caer en la exageración previsora que en la desidia. |
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